De acuerdo a lo expresado ya hace algunos años en un programa de televisión, teniendo como testigos a Enrique Krauze y a Octavio Paz, el escritor peruano Mario Vargas Llosa opinó que México pasó de la dictadura de carne y hueso,- Antonio López de Santa Anna o Porfirio Díaz-, a una dictadura encarnada por el PRI como un partido de Estado, es decir, ya no tuvimos un dictador porque Elías Calles terminó con los caudillos de la Revolución para dar paso a uno de los partidos más longevos del mundo, el que ha resistido las heridas, que se niega a morir porque nadie, ni siquiera el PAN, que se dio el lujo de haberlo sacado de Los Pinos, pudo ponerle el último clavo al ataúd del PRI, como bien lo escribió en su momento Carlos Monsiváis.
Si bien de alguna manera la dictadura perfecta del partido de Estado forma parte de la historia de la “democracia a la mexicana”; la reforma política al día de hoy es como una hidra de mil cabezas. La reforma electoral engendró otra dictadura: la partidocracia. Como resultado de ello, si antes con nuestros impuestos pagábamos la campaña de un solo partido, ahora se las pagamos al PRI, PAN, PRD, PT, MC, Verde, MORENA, Alianza y Encuentro Social. Ya ve que no es lo mismo darle de comer a un hijo que mantener a diez. A todo este selecto club de partidos, el próximo año, incluyendo al otro club no menos famoso y que no canta mal las rancheras, léase el INE y los OPLEs, convertidos en una privilegiada burocracia electoral, les daremos casi 30 mil millones de pesos, y que no nos sorprenda que dentro de muy poco el presupuesto para ellos aumente a 50 mil millones de pesos para sentirnos orgullosos de ser no la democracia, sino la
partidocracia más cara del mundo y, ya encarrerado el gato, la más costosa del universo.
Ironías de la vida: nos gastaremos más en mantener a los partidos, hoy en crisis y en un desprestigio total. Es una lástima que ya no esté el Chapulín Colorado para salvar a este país de lo que un día escribió el poeta López Velarde: “el niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo”. Parafraseando a Manuel Buendía. Una parte de la partidocracia ya encontró la forma milagrosa de salvar a México. Para ello, las cúpulas del PAN, PRD y MC ya llegaron a un acuerdo, salvarán a nuestro país de la amenaza política más grave de los últimos tiempos: Andrés Manuel López obrador. ¡Y nosotros, los simples mortales, creímos que nos salvarían del PRI! Las palomitas blancas vestidas de azul, la izquierda oportunista electoral y el partido totalmente ciudadano ya dieron con el talón de Aquiles de López Obrador: ir juntos en lo que hoy se conoce como el Frente por México, atrás quedó aquello de frente opositor o el frente opositor democrático. Suena más bonito, pero también más cursi, retórico y demagógico el Frente por México.
El partido que anda chantajeando al PRI y coqueteando con el Frente por México es el partido que nació para venderse caro, como la canción de Agustín Lara, hablamos del Partido Verde Ecologista de México, cuyo dueño es el famoso “niño verde”, que al final se irá con quien le dé más, en eso ya tiene un doctorado. ¿Están seguros que yendo juntos le ganarán a López Obrador? Les recordamos que lo que están haciendo no es nada nuevo. En las dos ocasiones en que AMLO ha sido candidato presidencial, con alianzas legales o de facto han ido todos en contra del tabasqueño para ganarle han recurrido al fraude electoral y el TRIFE lo ha
legalizado. El tema es, con el permiso del compositor de la canción, Tres Veces te Engañé, con dedicatoria para AMLO de parte del Frente por México, el PRI y el TRIFE. Tres veces te hice fraude, tres veces te hice fraude, tres veces te hice fraude: la primera por coraje, la segunda por capricho, la tercera por placer. Como dijo el clásico, ¿seguiremos siendo los mismos masoquistas votando otra vez por los partidos que conforman la crema y nata de la clase política y de la partidocracia?
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