Nadie obtendrá la complacencia de
este gobierno: José Rosas Aispuro
ÁLVARO SANJUÁN
“Una cosa es el respeto a las ideas ajenas y otra muy diferente la complicidad
con los criminales”
-Álvaro Uribe Vélez, expresidente de
Colombia
En efecto, uno de los fines del Estado, como afirman los
expertos en este tema es resguardar el orden, la paz, la seguridad, la vida y
la libertad de lo ciudadanos. Palabras más, palabras menos, ese fue el mensaje
que envió el gobernador Aispuro Torres el día que tomó protesta a los que
integran el COPLADE 2016-2022. Los conocedores de la política local comentan
que este sexenio no solo será el de la alternancia, sino también el de los acontecimientos
inéditos. Al menos eso se puede interpretar de las frases que el gobernador del
Estado le dedicó al reciente acontecimiento violento que revivió la psicosis de
la violencia vivida en el pasado reciente.
Inéditas también las palabras del gobernador: “Ninguna
amenaza nos va a doblegar, si lo hicieron con la intención de desestabilizar al
Estado, aquí estamos nosotros para impedirlo”. Otro acontecimiento del actual
gobierno es que, por primera vez en la historia reciente, se les dice a los
funcionarios y servidores públicos que podrán tener problemas con la justicia
si caen en las redes de la corrupción o cosa que se le parezca. Sin la sociedad
Aispuro no sería gobernador, y quien siga pensando que fue por el PAN-PRD está
equivocado, gracias a ello pudimos escuchar ese discurso del gobernador. Ahora al menos la sociedad sabe de manera
oficial a dónde han ido a parar nuestros impuestos los últimos doce años. No
somos el ingeniero Florencio Rodríguez para hacer pronósticos de lo que pueda
pasar en corto plazo, para comprobar si todo cambió para que todo siga igual,
el poder es “la misma gata, nomás que revolcada” o “la mona aunque se vista de
seda, mona se queda”. Si el señor gobernador pasa del discurso a los hechos
podríamos estar en la antesala de por fin tener al mejor gobernador del estado
de Durango.
Sería importante no pasar por alto que a los actuales
funcionarios y servidores del gobierno, les tocó una parte del discurso del
gobernador: “Si se apartan de las políticas de seguridad pública de este
gobierno, habrán de ser sancionados conforme a la ley”. La sociedad se
pregunta: ¿Por qué hay impunidad? ¿Por qué hay ciudadanos de segunda y
ciudadanos de primera ante la ley? Ese es el fondo del discurso que se escuchó
en el Bicentenario. Para que haya impunidad tiene que haber complicidad. Los
ciudadanos somos respetuosos de la ley y el pago por ello es que a nosotros sí
se nos aplica, por ejemplo, cuando alguien se roba un pan en algún centro
comercial, en cambio hay otros que los vemos en la revista Forbes o en revistas
como HOLA en español, en el jet set internacional, en lugar de estar en un
centro de alta seguridad como el del Altiplano. Las leyes no son optativas ni
selectivas, están hechas para todos. Para enfrentar y resolver los problemas
que hay en Durango se necesita voluntad política, y en esta cuestión hace más
el que quiere que el que puede.
En otras ocasiones ha dicho el gobernador:
“Haremos respetar el estado de derecho, no me temblará la mano para que se
cumpla la ley, en mi gobierno no habrá privilegios: justicia sí, venganza no”.
Si el discurso es real, entonces en un futuro no muy lejano, tendremos el Durango
que tanto tiempo hemos anhelado. Un Durango donde ya no se detengan a los
ciudadanos sin órdenes de aprehensión en vehículos no oficiales con personas
que no se identifican, un Durango donde se respeten los derechos humanos y
garantías, lo mismo con los términos de ley para poner a disposición a quien
corresponda por parte de la fiscalía, ojalá que la nueva policía investigadora resuelva
esta problemática. No queremos que en Durango ser pobre signifique que se aplique
todo el peso de la ley, no deseamos que las cárceles se sigan llenando de
pobres, de inocentes o que no obtengan su libertad quienes no tienen para pagar
una garantía económica. Ya es tiempo de que quienes se supone cometen delitos dejen
de andar libres por las calles y, por supuesto, amparados.