domingo, 24 de septiembre de 2017

César Franco Mariscal y el derecho humano a la salud


En la glosa del informe del gobernador Rosas Aispuro ha habido de todo, desde aplausos, felicitaciones, agradecimientos y uno que otro miembro del gabinete estatal como los toreros que triunfan en la Plaza de Toros Alejandra han salido en hombros del Congreso o de las Comisiones. El que no la tuvo tan sencilla fue el secretario de salud del estado, César Franco Mariscal, que, por cierto, citando la historia reciente, dos secretarios de esa institución terminaron siendo presidentes municipales: nos referimos a Esteban Villegas Villarreal y al oftalmólogo totalmente ciudadano, José Ramón Enríquez. Y otro dato más: en su momento, Villegas Villarreal fue candidato a gobernador y el actual presidente municipal que desde su protesta anda en campaña para despachar un día de estos en el Bicentenario. Pero primero es lo primero, necesita reponerse del sismo político y jurídico que recibió del Tribunal Estatal Electoral con el tema de Paseo Universitario, al resolver que la consulta ciudadana fue inconstitucional e ilegal, de lo cual hablaremos en los próximos días.

Desde hace mucho tiempo, el sector salud estatal se ha convertido en un dolor de cabeza para los secretarios en turno, en el caso de César Franco Mariscal, por problemas heredados de administraciones pasadas, su gestión se ha complicado, y más ahora que la salud como consecuencia de las reformas a la Constitución en 2012 se ha convertido en un derecho humano. Algunos diputados centraron sus preguntas en algo que es el talón de Aquiles de dicha Secretaría: la carencia de medicinas, de clínicas al interior del estado, lugares a los que los médicos se niegan a ir a trabajar por considerar
que están en regiones de alto riesgo. También en el tema de equipos médicos de alta tecnología, César Franco no maquilló ninguna de sus respuestas porque él mismo reconoció ante los diputados que no se puede tapar el sol con un dedo. Aceptó que es cierto el desabasto de medicamentos y llamó la atención que a diferencia de otros miembros del gabinete que han comparecido echándole la culpa a los que se fueron. Informó cómo encontró la Secretaría y el esfuerzo que ha realizado todo el sector salud: trabajadores, áreas administrativas, médicos y enfermeras para sacar adelante a la Secretaría, que es lo que importa.

Les dijo a los diputados: ustedes son una parte muy importante para contribuir a que el sector salud salga de sus carencias, les pidió que dentro de sus facultades se sumen a gestionar recursos económicos para mejorar los servicios. Se requieren plazas para encontrar médicos especialistas, pagarles dobles salarios a aquellos que trabajan en zonas de alto riesgo y que ya cercano el tiempo de aprobar la Ley de ingresos y de egresos, tomen en cuenta dichas carencias. El secretario fue claro al decirles también a los diputados que si se abandona al sector salud conociendo sus problemas, también será su responsabilidad. Puntualizó que independientemente de buscar a los mejores proveedores en el tema de los medicamentos se tiene un presupuesto de 163 millones de pesos, pero se requiere el triple de esta cantidad, y lo mismo sucede en otras áreas del sector salud. Se refirió a las dificultades médicas y de logística para llegar a los lugares más apartados y vulnerables del estado, donde se agravan los problemas de desnutrición, donde en ocasiones se carece de los más mínimos satisfactores para atender a ese sector de la población.
Apuntábamos que la salud es un derecho humano y que es el Estado el encargado de cumplir este mandato constitucional, para ello se necesita que las políticas públicas sociales del gobierno en materia de vivienda, educación y salud sean una política prioritaria. Y ya que andamos en los terrenos del desabasto de medicinas, falta de médicos, enfermeras, especialistas y de infraestructura hospitalaria, por mencionar un ejemplo, no solo en la Secretaría de Salud sucede esto, lo vemos en el IMSS y en el ISSTE. Pero lo más grave es que el llamado Seguro Universal de Salud viene a complicar más el problema del derecho humano a salud, que no se resolverá por estar en la Constitución o con los buenos deseos de los gobiernos federal, estatal y municipal. Este círculo vicioso debe de romperse.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.