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De los cazafantasmas a los cazabaches 

ÁLVARO SANJUÁN 

Si el pintor Salvador Dalí hubiera conocido Durango, tal vez podría haber dicho otra de sus frases célebres: no regresaría a la tierra del General Francisco Villa porque los duranguenses son más surrealistas que mis pinturas. Por motivos del oficio periodístico, como un ritual checamos todos los días lo que sucede en el ámbito internacional, nacional y local. En el contexto nacional y local no hay día que los políticos no nos regalen frases que se quedan para la historia. Por ejemplo, la de hace unos días, del secretario de Relaciones Exteriores: si los dreamers mexicanos regresan a nuestro país, será un sueño. Lo que no nos dice el flamante secretario que sigue aprendiendo de los asuntos de la diplomacia mexicana, es que para esos mexicanos que se fueron de nuestra patria siendo niños, es que su regreso sería una pesadilla al encontrar un país lleno de desigualdades, sin oportunidades, pero también se darán cuenta que unos cuantos mexicanos son los dueños de México. 

Aquí en Durango, hace unos días nos enteramos por los medios de comunicación que, debido al ancestral problema de los baches, después de reconocer que hay que tapar 5 mil, el municipio lanzó la operación “cazabaches”. De pronto pensamos que era el título de una película que se filmaría en Durango o Los Cazafantasmas parte II. Pero esto que leímos no forma parte de la ciencia ficción. Hemos podido constatar que a varias camionetas del municipio a su logo le agregaron “cazabaches”. Nos da una inmensa alegría, ojalá sea parte de una política pública que no se acabe con la presente administración para que de una buena vez los famosos cazabaches formen para siempre parte de nuestro entorno urbano, ya que no ha nacido en Durango el presidente municipal 

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que acabe con los baches. Ah, pero eso sí, forma parte del discurso y promesas del candidato en turno que busca la presidencia municipal. ¿Cuántos presidentes municipales veremos desfilar en el futuro que prometen acabar con los baches y no lo logran? 

Varias cosas se desprenden del tema de los baches: la primera es que a cualquier automovilista le puede suceder un percance. Hace unos días, un ciudadano sufrió un daño en su automóvil y esto le costó dos mil pesos. ¿Quién debe pagar este daño? Tendría que ser el municipio. ¿Pero sabe qué? Ya declaró que ellos no tienen por qué reparar los daños de nadie, ¡órale! Ahora resulta que la autoridad municipal dice cuándo tiene responsabilidad y cuándo no. ¿Qué no son los órganos jurisdiccionales competentes los facultados para decidir cuándo la autoridad es responsable por sus actos? Sin necesidad de interponer un recurso en contra del municipio, este debe hacerse responsable por lo que le suceda a cualquier ciudadano en el tema de los baches y cualquier otro. Se les olvida que pagamos con nuestros impuestos para que nuestras calles estén en condiciones de transitar por ellas, pero todas, no solo los de la Zona Centro, que están muy bien para que los turistas se vayan con la impresión de que somos una capital de primer mundo, cuando la realidad es otra.  

No dejan de ser interesantes las declaraciones del Arquitecto Rosales Badillo cuando afirma que se han tapado 160 mil baches, más los otros 5 mil que se tienen que tapar también. Declara Rosales Badillo que en ello se gastarán 4 millones. Si hacemos cuentas, cinco mil baches por 80 pesos serán los 4 millones que él aceptó que se invertirían, más los otros 160 mil que afirma ya se cubrieron, nos dan un total de 12 millones 800 mil pesos, y si lo 

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sumamos a los cuatro de los cinco mil baches, estamos hablando casi de 17 millones de pesos de nuestros impuestos.  

El otro punto que no nos aclaran es si los 5 mil baches son nuevos o forman parte de los 160 mil. ¿De veras no habrá en alguna parte del mundo un material que solucione el problema de los baches por varios años, llueva o no? Mientras los baches se sigan tapando con arena, grava y chapopote, tendremos el mismo problema. Y no se trata de echarle la culpa a los de enfrente o a los del pasado. Se requieren soluciones.