“¿Sería el destino?, ¡qué casualidad!, ¡qué casualidad!”
-Ramón Ayala
Qué cosas tiene la vida, Mariana. No hace mucho tiempo se decía que el PRI por tener tantos cuadros brillantes y con calidad de exportación, los demás partidos políticos los importan. Por ejemplo, el Verde Ecologista, PANAL y Partido Duranguense, donde hoy distinguidos priístas los representan en el Congreso local. Pero no piense usted que esto es ilegal, no, por favor, nuestra ley electoral es tan perfecta que permite eso y más. Los partidos antes mencionados, amparados por esta ley les permite tener a Esteban Villegas Villarreal, que siendo el candidato del PRI es también el del Verde, Duranguense, del PANAL y, a como están las cosas, el Dr. Villegas Villarreal es el candidato de facto de otros partidos.
Pero en el asunto de la calidad de exportación el PRI no está solo: el PAN no se ha querido quedar atrás, también está produciendo cuadros inteligentes, tantos que no caben en ese partido. Por eso las dos expalomitas blancas vestidas de azul Nancy Vázquez y Sandra Amaya, abandonaron el nido del blanquiazul para irse al partido Encuentro Social, que como acaba de ascender a la primera división están armando su equipo para estar en la liguilla que llegará a su fin el primer domingo de junio próximo. Tienen todo para hacer un buen papel: recursos e incluyendo a un entrenador de lujo. Así que si pensábamos que el PAN estatal no tenía cuadros de calidad de exportación estábamos equivocados. Y ya que estamos hablando de
militantes brillantes dentro del panismo local, Antonio Ochoa se las verá con Sugey Torres en el cuarto distrito. La priista viene de la cantera del OMNPRI, donde Ali Gamboa dice, parafraseando a Julieta Hernández Camargo; sí hay mujeres en el PRI. Sugey Torres, de acuerdo a su círculo cercano se ha propuesto no solo ganar, quiere superar los dieciocho mil votos en ese distrito para imponer récord. Comentan que Sugey también se propone no solo hacer que las cosas estén bien, sino que sean correctas, y además tiene como propuesta que se entienda de una vez por todas que en el Congreso se legisla, y por ese motivo pondrá en un lugar estratégico de su distrito una oficina de gestión social, para que no sean sus oficinas en el Congreso donde se atiendan los problemas.
Hasta el día de hoy, el PRI no tiene resuelto al 100% el tema de las planillas, donde sin duda tendrá que hacer la operación cicatriz que estará a cargo de un especialista en microcirugía. El distrito 14, por ejemplo, les podría causar un dolor de cabeza con síntomas de migraña. Haber puesto a la hija del actual presidente municipal de Victoria no fue la mejor decisión. Eso agravió a los priístas y a la sociedad. El que ha entrado a operar para hacer una jugada de tres bandas, es el líder de la CNC local Carlos Matuk. En ese distrito, para que el acuerdo que se hizo entre el PRI y el Verde Ecologista no raspe tanto a su partido el tricolor, va como candidato el “Niño Verde de los Llanos” Gerardo Villarreal, que ha demostrado que juega mal pero se acomoda. Esteban Villarreal va en candidatura común con el partido que dirige en el estado el joven Villarreal, pero aun así eso no garantiza el triunfo en automático. Ese distrito está herido, por eso Carlos Matuk meterá en su momento una cuña con un cuadro del PRI y del sector que dirige para que la CNC tenga el mayor
número de diputados en el Congreso local y esta cuña podría ser Paco Ibarra Jáquez.
Siguiendo con el tema político-electoral, el que nos involucra a todos y no solo a las candidatas o candidatos, porque seremos los electores los que vamos a decidir si habrá voto diferenciado, útil o de castigo o si gana otra vez el voto de aquellos que están decepcionados de los partidos políticos y de la política y acaban refugiándose en el abstencionismo, que tanto dinero cuesta de nuestros impuestos. Parece que los mexicanos no tenemos memoria, pero al menos que no se nos olvide lo que acaba de suceder en Bolivia: Evo Morales pretendió convertirse en otro de los nietos de Porfirio Díaz, pero la gente salió a votar de forma masiva y así terminaron los sueños de Evo Morales de convertirse en otro clásico dictador sudamericano. Los bolivianos dijeron “no, ya basta”. ¿No nos hará falta a los mexicanos un “no” y un “ya basta”?
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