viernes, 4 de marzo de 2016

La Ganadera Social no será un cheque en blanco: OGB


“Si no me quieres, ni modo, de amor no voy a morirme, se sufre cuando se quiere, pero se aprende a olvidar también”
-Canción Popular
Parece que la famosa operación cicatriz no llegó hasta el diputado federal Óscar García Barrón, que fue el más polémico protagonista de los aspirantes a gobernador, situación que se definió a favor de Esteban Villegas Villarreal. Y tampoco al lagunero Ulises Adame, al que le negaron la candidatura a la presidencia municipal de Lerdo, y hoy convertido en candidato independiente a presidente por ese municipio. Ulises Adame no es un candidato independiente del montón, su paso por muchos años en el PRI hoy puede cosecharlos, goza de la estimación de muchos priístas de la región, y no se sorprenda usted si el hoy expriísta se convierte en el fiel de la balanza a la hora de la verdad, porque se la está jugando como candidato independiente y no se fue a otro partido, como está de moda.

Otra roca en el zapato de los del PRI se llama Óscar García Barrón. Para nadie es un secreto que desde los tiempos de Ismael Hernández Deras, sus relaciones con la elite del poder estatal no han sido las mejores: cuando fue diputado federal, por primera vez al mismo tiempo estaba enfrente de la CNC del estado, en varias ocasiones intentaron destituirlo, pero el líder nacional, en aquellos días Cruz López, lo sostuvo, porque en ocasiones la amistad va más allá de las acciones del poder. A Óscar García Barrón le ha dado excelentes resultados tejer relaciones políticas en el centro del país, lugar donde se toman las decisiones, pero al mismo tiempo, como resultado de más de 30 años de hacer política en su partido, el PRI, fue construyendo la Unión Ganadera Estatal General del sector social del estado de Durango, la cual cuenta con un padrón de más de 22 mil socios repartidos en todo el territorio estatal. Si los multiplicamos por 3, son más de 60 mil votos, que a como están las cosas no le caerían nada mal al PRI, y como García Barrón no es solo presidente de la Ganadera Social, sino también su líder moral, que Dios agarre confesados a los tricolores.

Otra cosa que es de sobra conocida es que en 2015 su candidatura no se definió aquí: se decidió desde Bucarelli, donde sin duda el diputado se la jugará con su jefe en el 2018. También son públicas sus diferencias por las decisiones que se tomaron después de resuelta la sucesión por la gubernatura, y de acuerdo a declaraciones hechas por García Barrón el pasado fin de semana, no le cumplieron los acuerdos y lo que él pudo lograr fue desde el centro del país, así que, parafraseando al poeta; PRI nada te debo, PRI estamos en paz. Pero ahí no termina todo, en esa gira hizo público su distanciamiento de la cúpula estatal priísta y también del candidato a gobernador por el PRI, Esteban Villegas Villarreal. Ahora nos explicamos por qué si se le invitó a acompañar al candidato a La Laguna el día que tomó protesta, no asistió. Como dice el refrán: corazones vemos, priístas no sabemos. Por varias razones, creemos que Óscar García Barrón no se irá del PRI, pero también pensamos que no forma parte de la famosa unidad de los priístas. Él ha dicho que cree en la lealtad y la disciplina de su partido, pero no en las sumisiones y la obediencia a ciegas.

Algo tendrá que hacer el PRI para no correr riesgos con García Barrón y con Ulises Adame. Son perfiles ganadores. Por el doctor Ulises Adame quizá miles de militantes laguneros del PRI podrían votar por él para presidente de Lerdo, y votar por otra opción para gobernador. Tenga usted por seguro que los socios de la Ganadera Social que dirige García Barrón votarían de manera diferenciada y esto le podría dar otro rumbo a cualquier elección. Es muy probable que al PRI con Óscar y Ulises le suceda lo que a veces pasa: nadie sabe el bien que tiene, hasta que lo ve perdido.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.