El trabajo de Cuerda Floja dio inicio el martes pasado en la Escuela Primaria Doroteo Arango, como muchas otras, es de las que gracias a la Reforma Educativa solo fueron tomadas en cuenta en los escritorios de los responsables de la Secretaría de Educación, y en los hechos forman parte del olvido de la burocracia educativa. Por primera vez, una Compañía de se presentó con Teatro Itinerante en esa escuela, porque José Ángel Soto Favela es de los que opinan que las obras de Teatro también deben salir de los teatros, llámese Victoria, Ricardo Castro o Durango, antes del IMSS. Sin duda, la obra Mamá Corazón de Acero merece ser llevada a las escuelas primarias, secundarias y hasta preparatorias. Cuerda Floja llegará a esos lugares a donde los políticos solo van de vez en cuando a entregar un domo o dar una gota de ayuda. El mérito de estos teatreros es que tienen
el valor de actuar donde muy pocos se atreven; los divos prefieren mínimo el Teatro Victoria, con el argumento de que es un teatro “padrísimo, con tecnología, acústica, luces” y no importa que nadie los vaya a ver aparte de sus familiares.
Los actores de Cuerda Floja como lo hicieron el pasado martes 4 de abril, lograron el milagro de que los niños se den cuenta de que no todo son los teléfonos celulares, las computadoras, la televisión o los narcocorridos. Cuerda Floja intenta rescatar a esas niñas y niños víctimas de la marginación cultural en la que viven. Casi ninguno de ellos tiene para ir a ver una Obra de Teatro Infantil, aunque sea de Televisa. La cultura no tiene que ser exclusiva, como hoy se ha puesto de moda por la gente culta que dirige el IMAC, los que harán su Festival Ricardo Castro solo para conocedores, eso sí, con nuestros recursos. Hay que valorar lo que hace Cuerda Floja: después de haber tenido éxito en varios países del mundo, se da tiempo para llevar el Teatro al estilo de los juglares, llevando sus obras a donde tienen que ir, a las escuelas donde estudian las niñas y los niños olvidados por gobiernos que han durado 87 años en el poder, el llamado “de la alternancia” o el que ahora se autodenomina “gobierno ciudadano”: si no se lleva la cultura a los espacios como donde lo hace Cuerda Floja y solo se manejan en los medios de comunicación frases retóricas como “Durango te quiero culto”, entonces las llamadas políticas públicas culturales solo serán flor de un día y, en el mejor de los casos, a hacer campaña para Senador para 2018. Se requiere, en serio, que no todo se lo dejemos al Festival Ricardo Castro, al Internacional Revueltas, o cosa que se le parezca. Se debe de tomar como ejemplo a la Compañía Cuerda Floja y no ir solo de vez en cuando a escuelas como la Doroteo Arango, ubicada en la Colonia Tierra y Libertad, que la cultura en estos espacios se convierta en algo cotidiano y no solo por tres años o seis,
de no ser así, nunca se logrará recomponer el tejido social que se vive en colonias de este tipo. Y la Doroteo Arango es solo el botón de una muestra.
Totalmente de acuerdo. La divulgaciòn de la cultura, en cualquiera de sus manifestaciones, debe llegar a plazas o espacios pùblicos marginados, independientemente de hacerlo en teatros, auditorios, etc. Quiènes estàn imposibilitados de acercarse a libros, mùsica, teatro, danza, pintura y demàs es la gente de las colonias y pueblos, ahì hay que apuntalar con fuerza. Un pueblo culto es uno pensante y participativo que contribuye al desarrollo. La diversiòn de buen nivel es fundamental para la vida.
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