Las reformas estructurales, y la disputa por la nación.

ÁLVARO SANJUAN

México pasó de una revolución social, a la del capitalismo salvaje: la globalización. Desde los gobiernos de la postrevolución, hemos visto pasar a presidentes populistas, nepotistas y con Miguel de la Madrid Hurtado, da inicio la era de los mandatarios tecnócratas y globalizadores de ahí, como diría Elenita Poniatowska: hasta no verte Jesús mío. En este contexto, el alma mater de todos los demás es Carlos Salinas de Gortari, y han desfilado “el que no traía cash” Ernesto Zedillo Ponce de León que por cierto terminó, con el monopolio histórico de la UNAM de donde salían todos los presidentes de la república con honrosas excepciones comenzando con el cachorro de la revolución Miguel Alemán Valdés hasta Miguel de la Madrid. Luego le tocó el turno a la Ibero con el presidente “cenas y te vas” Vicente Fox Quezada. El “haiga como haiga sido” de la Escuela Libre de Derecho Felipe Calderón Hinojosa. Se unió al selecto grupo de las universidades privadas la Panamericana  que aportó el primer mandatario, dueño de una casa que ni Obama la tiene: Enrique Peña Nieto. ¿Le tocará en el futuro a algún egresado del ITAM?

Los resultados son, que gracias a estos personajes el país está como está, convertido en una fábrica de pobres, riqueza mal distribuida, lo que nos hace recordar la frase de Mario Moreno “Cantinflas”: México fue considerado como el cuerno de la abundancia solo que, unos cuantos se la llevaron y a los demás solo nos dejaron el cuerno. De eso tratan las recién aprobadas reformas estructurales por ejemplo: ¿A quién ha beneficiado la reforma laboral, a los patrones o a los trabajadores? La energética, usted saldría beneficiado si

tuviera un guardadito de mil millones de dólares como Vicente Fox. Porque la fiscal solo ha sido buena para los más ricos de este país, empresas como Wall Mart, bancos extranjeros y fundaciones con sus famosos redondeos que con nuestro dinero no pagan impuestos. Pero en las reformas estructurales no solo existen interéses económicos están también los políticos esa es la razón, por la que, el secretario totalmente SENTE Aurelio Nuño con su reforma educativa tiene puesta la mira en los pinos y ni se diga, Luis Videgaray que hasta se dio el lujo, de poner presidente del PRI nacional.

Hasta parece nombre de un dueto de música norteña: Luis y Aurelio. Estos dos secretarios son considerados los hombres del presidente, y con la llegada de Fernando Ochoa Reza al CEN del tricolor de manera oficial, arranca la carrera a los pinos en el 2018. Las reformas son la forma y el fondo es el poder. En el caso del secretario de educación Aurelio Nuño, ya se dio cuenta que no es lo mismo maicear al SENTE que enfrentarse, a la CENTE porque si fracasa, se le podría ir la candidatura. El que está jugando y en serio políticamente es Miguel Osorio Chong con la disidencia magisterial porque sabe, que de llegar a un acuerdo con los radicales de la CENTE entonces, solo se las vería con Videgaray y don Aurelio se podría quedar chiflando en la loma. ¿Qué tendría que hacer Nuño para seguir en la jugada presidencial? Como muchos han opinado: quitarle a la reforma educativa lo que en realidad es; laboral. Que a los maestros bien evaluados les aumenten sus sueldos y a quienes no los que lo aprueben ni modo, pero que a cambio de ello, no los despidan porque por ello, está trabada la reforma.

El Instituto Nacional de Educación y Evaluación no debe lavarse las manos con la simple aplicación de la ley. La norma por supuesto tiene que aplicarse pero también deben existir criterios. Tienen razón los expertos que afirman, que no debe existir la amenaza de

despedir a los maestros sino acuden a evaluarse, que lo hagan sin miedo y que si no son capaces, no sean promovidos ni se les aumente su salario, para ello, solo se necesita una reforma a la ley y esto está, en las manos de los legisladores que tienen las facultades para hacerlo. Con voluntad política todo se puede hacer, sin ella nada.