Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 2 de agosto de 2015
Los OPLEs: ¿la iglesia en las manos de Lutero?
“Lo importante no es tener poder, sino autoridad”
-Adolfo Ruiz Cortines
Cuando, derivado de las reforma política en materia electoral, aparecen en los estados del país los Institutos Electorales de Participación Ciudadana, su espíritu era originalmente que los ciudadanos que los integraran fueran de la sociedad para organizar y calificar las elecciones locales. Solo que muy pronto nos dimos cuenta que resultaron ser primos hermanos del hoy desaparecido IFE, que nunca tuvo facultades para resolver problemas post electorales y, paralelamente a ello, se establecieron Tribunales estatales para resolver los recursos de impugnación de los partidos cuando el IEPC y el IFE se lavaban las manos y evadían su responsabilidad. Lo demás era otra historia. Los fallos de los tribunales estatales se iban a las salas regionales, que no eran más que salas revisoras. Si era necesario, de ahí pasaban al Tribunal Federal, donde las sentencias son inatacables, y los institutos estatales o el IFE solo se concretaban, al final, a entregar las constancias de mayoría a las candidatas o candidatos ganadores.
¿Cuál fue el fondo del fracaso de los Institutos de Participación en los estados de la república? Existen varias respuestas, pero dos son fundamentales: las consejeras y consejeros eran nombrados por los gobernadores en turno, y por supuesto tomando acuerdos con los partidos políticos, como en el caso de Durango, del actual IEPC, la aplanadora del PRI se despachó con la cuchara grande y los del PAN, para variar, se conformaban con la famosa gota de ayuda porque solo lograban poner un consejero. El IFE cayó en el total desprestigio, a tal grado que tuvo que pasarle la estafeta al INE, institución en la cual están puestas todas las esperanzas para que la democracia en México sea respetada por los partidos. Vea usted, para muestra basta un botón: en vez de quitarle el registro al Partido Verde Ecologista de México, solo ha querido multarlo. Las sanciones económicas que este partido ha pagado lo han hecho con recursos públicos, para que compruebe usted que en el nuevo INE todo cambió para que todo siga igual, y este cambio nos costó a los mexicanos las elecciones más caras de la historia.
Otra facultad que la ley le confirió al INE es la de nombrar los OPLEs en los estados. En esta ocasión le toca el turno a Durango, las 25 mujeres y 25 hombres presentaron hace unos días la segunda etapa del proceso, consistente en un ensayo. Quienes logren aprobarlo irán a una entrevista con magistrados y consejeros para que de ahí surja una consejera o consejero presidente y 6 consejeras y consejeros en total.
En teoría, todo está bien pero, ¿y en la realidad? Puede usted apostar que los requisitos para ser consejera o consejero no serán solo los conocimientos, o haber aprobado los exámenes anteriores. Ello no es ninguna garantía para que un aspirante, a pesar de haber quedado en los primeros lugares en el examen de conocimientos se convierta en automático en consejera o consejero. Sin temor a equivocarnos, los gobernadores a través del partido al que pertenezcan, harán presión con los consejeros que deciden en el INE. Por tal razón, se podría dar el caso de que el OPLE en Durango se politice y que sean los actores políticos y del poder los que elijan a las futuras consejeras y consejeros. Otro asunto del que poco se habla y que no es cosa menor es que si en teoría los gobernadores no pueden meter las manos en los OPLEs, en cambio sí lo harán para pagarle sus sueldos y prestaciones vía congresos estatales, y ya sabe usted, el refrán dice que el que paga manda.
No sería bien visto por nadie que al final los partidos fueran los que impusieran a las consejeras y consejeros estatales, porque en el INE hay consejeros de todos los colores y sabores. Entre las y los aspirantes para integrar el OPLE de Durango, existen mujeres y hombres que no militan en partido alguno, cuentan con los suficientes conocimientos académicos y son expertos en temas electorales, gerenciales y ejecutivos. Además cuentan con prestigio moral y social, no tienen cola que les pisen. Hay hombres y mujeres respetados por la sociedad que solo tienen una moral y no una pública y otra privada. Las próximas consejeras y los próximos consejeros del OPLE deben representar a la sociedad y no a los partidos o los intereses del poder. El INE tiene la palabra, no los partidos y el poder.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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