viernes, 31 de julio de 2015

Cañón de Fernández: patrimonio de la región Lagunera de Durango


Dicen por ahí que el hombre es el lobo del hombre, ¿será cierto, entonces, que el hombre ha sacado el lobo que lleva dentro para acabar con la naturaleza, de la cual podría depender su propia existencia? Los científicos nos han advertido que por obra y gracia de la mano del hombre estamos destruyendo, por ejemplo, las zonas glaciares del planeta Tierra. De ahí el sobrecalentamiento del que tanto nos quejamos, de que los ciclos que antes había hoy son impredecibles, pero lo más grave: seguimos destruyendo a los ecosistemas y a nuestros entornos naturales. Para evitar este desastre se han creado Organismos Internacionales. A nivel nacional y local, se ha hecho lo mismo, pero al final todos se han convertido en una burocracia ambiental, los recursos públicos que se invierten para mejorar el ecosistema no se reflejan. Aquí en Durango, hace algunos años una empresa papelera acabó con el Río Tunal. Contaminó todo a su cause , hasta las playas de Nayarit y el antes paraíso conocido como El Saltito, hoy solo quedaron fotografías para su recuerdo.
Como dice el refrán: el buen juez por su casa empieza. Hasta donde sabemos, en nuestro estado no se conoce un diagnóstico de cómo andamos y qué hacemos para conservar nuestra ecología, porque los 130 mil árboles que pretende repartir uno de los aspirantes a sacrificarse por Durango, significan algo así como una aspirina para curar un cáncer en su fase terminal. Durango ha sido bendecido por tener una naturaleza privilegiada: la Sierra, las Quebradas, microclimas con agua y manantiales como el municipio de Nombre de Dios, pero no así la región Lagunera, asentada en una zona desértica y semidesértica donde han logrado sobrevivir principalmente gracias al Río Nazas y la presa Lázaro Cárdenas, entre otras más. Es en el Río Nazas donde se encuentra el área natural protegida Cañón de Fernández, que nace con un decreto administrativo publicado el 25 de abril de 2004. Un año antes, en 2003, se creó el plan de manejo del Parque Estatal Cañón de Fernández, pero para que este tuviera vigencia y legalidad, se requería haber sido publicado en el Periódico Oficial del Estado, cosa que no ha sucedido al día de hoy. Para cuidar esta área natural protegida, en el año 2004 el gobierno se lo otorgó a la Asociación PRODENAZAS para que se encargara de la administración del Cañón de Fernández. Por ley, toda área natural protegida debe tener un Consejo Asesor formado, en este caso, por el gobierno del estado, el gobierno municipal de Lerdo, instituciones estatales y federales relacionadas con el ramo, así como propietarios, posesionarios, pobladores del área, organizaciones civiles y sector empresarial. El problema es que el reglamento interno del Consejo Asesor, no se ha cumplido en varias ocasiones. Para su operación y administración, el Programa Operativo PRODENAZAS recibe recursos del gobierno del estado, de SEMARNAT, CONAFOR, así como de empresas, entre ellas el Grupo Lala y Grupo Peñoles. Hasta la fecha no sabemos si han rendido cuentas a la autoridad competente, que es la Secretaría de Recursos Naturales y de Medio Ambiente del estado, ni en los aspectos técnicos o financieros. PRODENAZAS del año 2010 a 2014 recibió recursos públicos por casi 2 millones de pesos. A raíz de esto, en febrero de 2012 Jesús Soto Rodríguez, en aquel entonces secretario de medio ambiente, declaró a los medios que esta asociación civil recién había recibido 150 mil pesos que nunca comprobó, y aun así querían que el gobierno del estado les proporcionara otros 500 mil pesos sin haber comprobado gastos anteriores. Les recordó el entonces funcionario que los convenios que se firman se cumplen, y PRODENAZAS incumplió.
Sin duda, para la conservación de esta área natural protegida se requiere la intervención de las autoridades y de las instancias correspondientes para que ese paraíso de la región lagunera de Durango siga siendo uno de los humedales más importantes de México y del mundo, y que aparte de preservar este ecosistema, se impulse en toda la Comarca Lagunera el turismo y prácticas deportivas ecológicas. Por lo pronto, sería bueno que el gobierno del estado retome la rectoría y administración del parque estatal, invitando a instituciones, organizaciones y personas interesadas con el Cañón de Fernández. Que se actualice y publique el plan de manejo, así también que se reestructure el Consejo Asesor y, sobre todo, que la asociación civil PRODENAZAS rinda informes y cuentas de los recursos que recibió desde que tomó la administración del Parque.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.