viernes, 21 de agosto de 2015

Lo que en el PRI es unidad, en el PAN se llama aplanadora


“Guardaos muy bien de aceptar la corona, Don Agustín, porque yo sé que cuando los hombres entran a palacio pierden la cabeza”
-La “Güera” Rodríguez
El PAN cada vez se parece más al PRI. Como diría Martín Urieta: ¡Qué de raro tiene! Sin el PAN, Carlos Salinas jamás hubiera sido presidente de México, y sin el PRI tampoco lo hubiera sido Vicente Fox. Salinas pactó con el jefe Diego y el presidente de la “sana distancia”, Ernesto Zedillo Ponce de León le entregó a los panistas Los Pinos durante 12 años, tiempo en el que los priístas aprendieron que la “sana distancia” entre el PRI y el presidente de la república les hizo mucho daño. Por eso Manlio Fabio Beltrones ha declarado que eso se acabó, que al PRI lo que le ha funcionado está de regreso y que Dios agarre confesados a todos, porque del PRI que llegó para quedarse, habrá cercanía con el presidente y no habrá agendas personales.
Después del Partido Revolucionario Institucional le tocó el turno para elegir a su presidente nacional y con la aplanadora bien aceitada logró que Ricardo Anaya sea su nuevo líder, y como Gustavo Madero es el dueño de la aplanadora en referencia, él será el presidente de facto de las palomitas blancas vestidas de azul. Ricardo Anaya, el que por cierto ha prometido acabar con la corrupción, sería muy bueno y recomendable que comenzara con la que hay en su partido, y, ya de paso, el jovenazo de Querétaro podría terminar con la antidemocracia que hoy vive el blanquiazul, o solo que aplanadora sea sinónimo de democracia. Entre otras cosas, la victoria de Ricardo Anaya demuestra que en su partido no existe la autocrítica, y quien se atreve a practicarla puede terminar como el senador Javier Corral, al que le han dicho que se vería mejor en un partido de izquierda que con el PAN, pero como la zorra nunca se ve la cola, muchos panistas deberían estar en el PRI y algunos del tricolor en el PAN.
¿Con estas prácticas al interior del partido que fundó Gómez Morín, regresarán en 2018 a Los Pinos como los maderistas aseguran? Por supuesto que no. ¿Pondrá Gustavo Madero al próximo candidato a la presidencia? Sí. ¿Ganarán? No. Los tiempos de Vicente Fox ya pasaron. En el 2000 no ganó el PAN, ganó Fox. Y ganó porque los mexicanos estaban cansados del PRI. Hoy no solo se encuentran hartos del PRI, ahora el asunto es más grave: los mexicanos están cansados de todos los partidos, de todos los políticos, nadie confía en los diputados ni en los senadores, sean del partido que sea. La manera en que se eligió a Ricardo Anaya como presidente del PAN no es otra cosa que una elección cupular, alejada de toda la voluntad de los militantes, a los que se les utiliza y se les da línea. A nadie sorprende lo que sucedió en el PAN, mucho menos lo que pasó en el PRI y lo que pasa en todos los partidos. No se quieren dar cuenta de que estas conductas son criticadas por la sociedad, y cuando esta se organice y se decida, otra cosa podrá ser.
Por supuesto que la cúpula del panismo local no es ajena a la victoria de Ricardo Anaya, solo hubo excepciones de algunos panistas independientes, que los hay, votaron a favor de Javier Corral y comentan que más vale un voto libre que haber formado parte de la vergonzosa aplanadora nacional de su partido. Este acontecimiento de alguna manera se reflejará aquí en Durango en 2016, a la hora de elegir a sus candidatos a gobernador, presidentes municipales y diputados locales. Así que si los panistas locales empujaron a la aplanadora de Gustavo Madero, que este brillante demócrata militante del PAN les diga a los panistas cómo construir una para llevar a José Rosas Aispuro al gobierno del estado de Durango.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.