“Este mundo da vueltas y vueltas, tiene muchos caprichos la vida. No se olviden que estando más alto duele más y es peor la caída”
-Kiko Castro “El Felino de la Sierra”, compositor
Qué cosas tiene la vida, Mariana. Nadie puede hablar de Alejandro González Yáñez sin pensar en el PT, en algunas ocasiones se llegó a comentar que Gonzalo decía: el PT soy yo, parafraseando a Luis XIV. Ningún partido de izquierda en Durango estuvo tan cerca y tan lejos de gobernar el estado como lo fue en su momento el Partido del Trabajo. Tampoco ningún otro partido de oposición (cuando la había) logró repetir dos veces seguidas en la presidencia municipal de Durango. Y si no hubiera sido por Ismael Hernández Deras, lo hubieran hecho por tercera vez con Arturo López Bueno. Y es así donde de alguna forma comenzó el principio del fin del PT, su estrella se prolongó porque tuvieron tiempo de tener presencia en el Congreso Local, en municipios, en la Cámara de Diputados y en la de Senadores. Pero la agonía tuvo que llegar, y eso fue a partir de 2012 y 2013.
Negar que el PT y Gonzalo tuvieron sus días de vino y rosas sería ofender al eterno, lo mismo sería si no comentamos que posiblemente en la última semana de agosto se haga oficial que perdió su registro como partido nacional, porque esa milésima que los separa del 3% que exige la ley para conservar el registro, en la realidad es una distancia de como aquí a la luna. Otro trago amargo que podría pasar el controvertido Gonzalo Yáñez, es que su partido, de acuerdo a la ley local, no pueda participar en el proceso electoral en 2016, aunque haya conservado su registro estatal. Leyendo la ley del actual IEPC, nos enteramos de que si un partido con registro no postula candidatos a la presidencia municipal al menos en 20 municipios y 12 candidatos a diputados locales en la elección anterior, o sea la de 2013, no podrá participar en 2016. Eso dice la ley, el problema es que se cumpla. De entrada, las próximas consejeras o consejeros del ya inminente OPLE, tendrán en sus manos la responsabilidad de determinar si dicho partido cumplió o no la norma que se requiere. En lo que respecta al requisito de diputados locales, sí cumplió. No así con los candidatos a presidencias municipales.
Como usted ya sabrá, el Partido del Trabajo a nivel nacional ha sido intervenido por las autoridades del INE para cumplir con lo que mandata la ley: tomar en sus manos las funciones administrativas, financieras y del patrimonio del partido. Esto como medida provisional hasta que el fallo del tribunal decida sobre el recurso que interpuso el PT para alcanzar su registro nacional. Aquí en Durango, de muy buena fuente sabemos que los funcionarios del INE no encuentran a Gonzalo ni con el GPS para que entregue lo que sea patrimonio del PT local. Naturalmente, los beneficiados de la tragedia política del PT son los de Morena. Apenas el día de ayer, líderes de colonias que acompañaron por muchos años a Gonzalo, los hermanos Cruz y algunos otros, se fueron a Morena, dejando poco a poco solo al PT. Figuras como Gustavo Pedro Cortés así lo demuestran. Los planes de Gonzalo eran quedarse con Morena y el PT, solo que no contaba con alguien que lo conoce muy bien: Carlos Medina Alemán. Este lo desbancó del primer círculo de López Obrador demostrándole al líder moral de Morena quién es verdaderamente Gonzalo: un ícono de la negociación en las más altas esferas del poder y del PRI.
Los militantes del PT, decepcionados del que por muchos años fuera su líder, que hoy buscan seguir luchando en las filas de Morena y con el tiempo se pueden convertir en la fortaleza de ese partido. Los líderes que hoy se han ido al partido recién estrenado en Durango, podrían sin duda hacer muy buen papel en el proceso electoral de 2016. Porque como dice el refrán: muerto el rey, viva el rey. Gonzalo pasará a la historia, eso ni quién se lo quite, pero pensar que el poder es eterno es el primer error que cometen los políticos: el segundo es que la historia no los juzga por sus aciertos, sino por sus errores.
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