domingo, 10 de mayo de 2015

Lo importante no es ganar este 2015, sino no perder en 2016


“La política es como un rompecabezas: si tú eres la pieza que se necesita para completarlo, irán por ti hasta tu casa”
-Gustavo Baz
Mucho se ha dicho sobre la sorpresiva salida de la SEDESOE de Arturo Yáñez Cuéllar para incorporarse a la cúpula del PRI estatal, cuyo presidente es, todavía, Manuel Herrera Ruiz. Todos sabemos quién es el jefe real del tricolor en el estado, y él es el que dice quién llega o quién sale del partido. Así que no se hagan bolas: la llegada del hoy exsecretario de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado al PRI estatal es una jugada política desde el Bicentenario para comenzar a operar, desde ahora, el reto político que tiene el PRI para seguir conservando la gubernatura, la mayoría en el Congreso, el mayor número de presidentes municipales y regidores. Cosa nada sencilla por el candidato que tendrán que enfrentar en su momento, el cual desde ahora tiene nombre y apellido.
Hasta donde se sabe, la salida de Yáñez Cuéllar no obedeció a un mal manejo de dicha secretaría, o que hubiera de por medio un escándalo de la magnitud del de aquel de Mariana Trinitaria, donde se utilizaron con fines electorales miles de toneladas de cemento donadas por esa institución.
Como consecuencia de ello, desde entonces Durango perdió el apoyo de esta organización con sede en el estado de Oaxaca y con lazos a nivel internacional y con organizaciones filantrópicas de primer nivel. La SEDESOE desde hace mucho tiempo se convirtió en una de las secretarías más codiciadas del gabinete estatal por los profesionales de la política con aspiraciones a futuro. Cabe mencionar que Adán Soria Ramírez pidió licencia como diputado local para irse como secretario de la SEDESOE, de ahí saltó para convertirse en presidente municipal, y si no fuera porque la política es como el amor, donde nada está escrito, hoy sería otra la suerte del nativo de Rodeo, Durango. Por eso, manejar la política social del gobierno del estado tiene su premio con el transcurso del tiempo.
Sería frívolo pensar que el PRI estatal se convierta en una especie de exilio para los que dejan el gabinete estatal. Lo que podría estar sucediendo es que el jefe político del PRI ya esté moviendo su ajedrez político para operar lo que será la elección del siglo, que se hará en 2016. Para ello, requiere de un equipo de operadores al interior del PRI y quién esté al frente para hacer diagnósticos periódicamente de los perfiles de cada uno de los distinguidos cuadros priístas que aspiran a ser gobernador, presidente municipal, diputados y regidores. Para no correr, llegada la hora, el riesgo de elegir a las y a los candidatos equivocados. En Durango, al menos en 2016, el PRI no podrá darse lujos que se dio en el pasado, cuando cualquiera podía ser el candidato y ganar. El arribo de Arturo González Cuéllar al tricolor estatal no es casualidad, porque esto en política no existe. Nos da la impresión de que en el Bicentenario no quieren que alguien utilice al partido para sus aspiraciones políticas de grupo o personales. Como dice el refrán: todos coludos o todos rabones. O el otro que apunta: para los toros del jaral, los caballos de allá mismo.
Independientemente del mensaje político que se quiera mandar o a quién vaya dirigido, si mandaron a Yáñez Cuéllar para apoyar a los candidatos del PRI en la recta final, hicieron lo indicado: tiene carrera política y experiencia. Buscando en los periódicos del pasado, nos enteramos que ha sido regidor en dos ocasiones. De la FADER, donde fue presidente de la sociedad de alumnos, pasó a ser dirigente del PRI juvenil. Ya fue diputado local: ha aprendido de las figuras míticas del PRI local, entre ellos Sergio Guerrero Mier. Resumiendo: desde 1998 a la fecha se ha dedicado a lo que sabe hacer: política. El tiempo y las circunstancias políticas nos dirán por qué y para qué fue enviado al PRI el exsecretario.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.