domingo, 18 de noviembre de 2012

Las alianzas: ¿Por qué no las quiere el PRI y la oposición sí?

Las alianzas son como las llamadas a misa: el que quiere escuchar la palabra del señor va a misa y el que no quiere, no va -Víctor Hugo Castañeda, presidente estatal del PAN La respuesta parecería sencilla, pero es más compleja de lo que parece. Esto tiene que ver con varios factores y algunos escenarios. La primera razón de peso que tienen los priistas locales tiene que ver con la pasada elección de gobernador en el 2010. Si tomamos como ciertos los resultados de la votación, que sólo fueron 15 mil votos de diferencia a favor del PRI, resultado ratificado por el TRIFE, significa que durante el pasado proceso electoral de ese año la moneda siempre estuvo en el aire y el triunfo pudo ser también de José Rosas Aispuro. Pero como dicen los clásicos: En la democracia se gana con un voto de diferencia. ¿Por qué la oposición quiere ir junta otra vez? Argumentos le sobran. Los resultados del 2012 no les favorecieron en nada, los candidatos a diputados federales del PAN y del PRD nada pudieron hacer frente a los del PRI, si no ha sido por Alejandro González Yáñez, que hizo temblar al PRI en el distrito 04, si no fuera por el rescate que hicieron desde las más altas esferas del poder, Jorge Herrera Delgado jamás hubiera sido diputado federal. Lo malo es que el hubiera no existe. La oposición, hoy, no tiene mucho que discutir para ir armando una posible alianza. Si fuera posible hacerla realidad, lo que construyan no sólo debe de ser electoral, porque esa se termina el día de la elección, lo que deben construir es un acuerdo político para cogobernar en los municipios donde obtengan la victoria, para que lleguen fuertes política y electoralmente en lo que piensan todos los días: en que el PRI pierda, después de más de 80 años, por primera vez la gubernatura. De lo contrario, los tri colores pueden cumplir un siglo gobernando el estado, eso es lo que está en juego. La posible alianza cuenta con tres políticos de primer nivel: Jorge Salum del Palacio, José Rosas Aispuro y Gonzalo Yáñez, los dos primeros, del PAN, y el otro, del PT. Por cosas del destino y las circunstancias diría Ortega y Gasset, el obstáculo principal para la posible alianza son Aispuro y Salum. Las cartas están en la mesa: Salum no la quiere y Rosas Aispuro sí. Esto podría significar que al interior del panismo estatal puede estar sucediendo lo mismo. La oposición no tiene mucho para pensar lo que va a hacer. El 31 de marzo, para el registro, parece lejos, pero en política, como en todo, el tiempo es oro. Si no hay acuerdos hoy, mañana podría ser demasiado tarde. Si no se ponen de acuerdo Aispuro y Salum, la alianza será imposible. El futuro de los dos panistas depende de los escenarios en que se desarrollen los acontecimientos, ¿Qué escenario podría ser el de José Rosas Aispuro? No hay que olvidar que hoy es un senador de élite, no recordamos un político duranguense que haya alcanzado, en el senado, las alturas en las que se encuentra el político de Tamazula. Si él fuera el candidato, tendría que pedir licencia para disputar la presidencia municipal, al que sea el candidato del PRI, ya sea Carlos Contreras, Esteban Villegas, “Meño” Herrera o Enrique Benítez en el 2013. De no ser el elegido, seguirá en el senado, ganando un sueldo que ya lo quisiera Barack Obama como presidente d los Estados Unidos. Si los panistas no le dan la posibilidad de encabezar la alianza, las posibilidades de Aispuro para ser candidato a gobernador en el 2016 se verían seriamente afectadas. En el caso de Salum, si no es candidato, tiene varias alternativas, incluyendo que puede ser diputado federal en el 2015. Los militantes de todos los partidos tienen el derecho de elegir a sus candidatos, eso quiere decir que no escuchen lo que opina la sociedad. Por ejemplo, en el caso de las encuestas. No hace mucho, un periódico de circulación semanal publicó unos datos donde Aispuro, Gonzalo y Salum estaban muy bien posicionados. Ya no se han publicado otras, sin embargo, los partidos hacen muy seguido encuestas que se conocen como de consumo interno. Así que el PRI sabe como andan Carlos, Esteban, “Meño” y Benitez. En el PAN deben saber el grado de aceptación que tienen en la sociedad Salum y Rosas Aispuro y por supuesto qué porcentaje de ciudadanos están a favor de la alianza y quiénes no.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.