viernes, 28 de octubre de 2016

¿Cuándo regresan el ICED al Bicentenario?

¿Cuándo regresan el ICED al Bicentenario?
ÁLVARO SANJUÁN
“La política es la actuación pública de pasiones privadas”
-Carlos Fuentes

Desde hace varios años, donde hoy es la sede del Instituto de Cultura del Estado se pagan más de cien mil pesos de renta mensual. Algo así como un millón trescientos al año. ¿Por qué? Esta es parte de la historia: En el sexenio de Ismael Hernández Deras, el escritor, escultor, arquitecto y crítico de arte Fernando Andrade Cancino hizo un proyecto, el cual le fue fusilado cuando lo presentó a las autoridades, que al final se convirtió en lo que hoy conocemos como el Bicentenario. La propuesta original para el ICED consistió en que mientras se construía la obra, de manera temporal y provisional rentaran una propiedad para seguir funcionando. Pero “haiga sido como haga sido”, hasta la fecha sigue en esa casa. Sin embargo, han pasado ya dos sexenios, además del que comienza, y no se ve cuándo regrese el ICED a de donde lo sacaron. ¿Quiénes lo hicieron? Fueron las nuevas generaciones con gustos faraónicos y sueños de poder los que convirtieron al Bicentenario en la sede del ejecutivo estatal y, ya encarrerado el gato, les hicieron la competencia a los salones de eventos del Club Campestre, Empleados de Comercio y al Club de Leones.
Fue el exgobernador Ángel Sergio Guerrero Mier quien le dio en propiedad los edificios y los terrenos del ex internado Juana Villalobos, al Instituto de Cultura del Estado, donde duró hasta el sexenio de Ismael Hernández Deras. Los ciudadanos nos parecemos a los maridos cornudos, que son los últimos en enterarse cuando su mujer los engaña. Decimos esto porque hasta la fecha la sociedad ignora, por ejemplo, qué tuvo que hacer el Congreso del Estado de aquellos tiempos para que en vez de estar ahí el ICED, de un día para otro y en lo oscurito, se convirtiera en la sede del Poder Ejecutivo, dejando el Palacio de Zambrano. Los duranguenses tenemos el derecho de que se nos explique si el Instituto de Cultura ha sido víctima de un despojo o entregó en comodato al gobierno del estado o si existe alguna otra figura jurídica para que ahí despache el gobernador en turno. Por fortuna, el gobernador del estado José Rosas Aispuro Torres prometió que regresará a la sede histórica del Palacio de Zambrano a despachar como jefe del ejecutivo. ¿Seguirá el ICED rentando la casa en la que hoy es su sede? Todos sabemos que la flamante directora de cultura, la poeta y escritora Socorro Soto Alanís, sin duda tomará cartas en el asunto. Ella conoce como nadie el tema porque estuvo del otro lado de la trinchera cultural, la escritora siempre fue crítica de lo que pasaba en el Instituto de Cultura, comenzando porque se pagaba renta y porque el Bicentenario se construyó en terrenos del ICED (y existe escritura pública que así lo demuestra).  
A ver si no se sacan un as de la manga, como acostumbran, sobre la figura jurídica de los terrenos del Juana Villalobos. Que no se nos olvide,  nos prometieron transparencia y honestidad. El ICED no se merece eso, después de que durante más de diez años construyó los pilares fundamentales de nuestro Festival Revueltas que, con defectos y virtudes, se ha ido abriendo caminos para competir con los mejores Festivales culturales del país. De entre quienes más han impulsado al Festival está Luis Ángel Martínez Diez, que, por increíble que nos parezca, estuvo en las finales para dirigir al Instituto por tercera vez. Usted ya sabe, los diplomas siempre se los llevan los directores en turno. Sin ser monedita de oro, con críticas a favor y en contra, Víctor Hugo Galván es quien por muchos años ha operado temas culturales municipales y estatales. A él se le debe, por mucho, la organización de los Festivales Revueltas, porque sus directores le han brindado su apoyo y confianza. El Festival da para crecer y hablarse de tú con sus homólogos de Tamaulipas o Chihuahua, se requiere cuando menos entre setenta y cien millones de pesos, pero como el dinero no es todo en la vida para el Festival se ha utilizado la experiencia y la imaginación. Pero si por consignas o políticas de grupo se privilegia otra cosa, como alguien dijo: allá ellos.

Una vez Edgar Allan Poe escribió: “es tan corta la vida, y tan largo el camino del arte” Es cierto que en nuestra cultura hay mucho por hacer. En el pasado Festival no todo fue bueno, pero tampoco estuvo tan mal. Como en el baseball, una jugada en la serie mundial desquita un boleto, por caro que esté. Si usted asistió al Festival y, entre otras cosas, pudo ver el concierto de violín que presentó Ara Malikian, fue testigo de ver a un artista fuera de serie. No se diga la que nos quiere como si fuéramos sus paisanos por los orígenes de su papá y abuelo: la maestra Alondra de la Parra, que cimbró la IV Centenario dirigiendo a nuestros extraordinarios músicos duranguenses. Podemos decir: los Festivales Revueltas bien valen una misa.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.