domingo, 23 de octubre de 2016

Asumiré el costo político de mí gobierno: José Rosas

Asumiré el costo político de mí gobierno: José Rosas Aispuro Torres
ÁLVARO SANJUÁN
“El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto”
-Charles Chaplin

Alguien dijo una vez los políticos nunca dicen lo que piensan, ni hacen lo que dicen. Así es como se llega al poder, esta fórmula no falla. Sin embargo, la sociedad siempre ha vivido de esperanzas, tal vez porque esta es la que muere al último. Existe una especie de pacto entre los gobiernos que llegan y la sociedad para darles el beneficio de la duda. Diría Juan Gabriel: la costumbre es más fuerte que el amor, por eso los ciudadanos son siempre fieles, cumplen cada tres años o cada seis, lo que para los políticos significa una luna de miel. Esta luna, como la de octubre, empieza, pero termina y la política no es un sueño, sino la realidad que vivimos todos los días: la inseguridad, el desempleo, la impunidad, la pobreza alimentaria, la violación a los derechos humanos, las deudas públicas y los pleitos mediáticos.
Del desayuno con el gobernador Rosas Aispuro, directo, y por supuesto inédito, hay todavía cosas que comentar por quienes asistieron ese día al Bicentenario. No es común escuchar a un gobernador decir que, de ser necesario, en su momento tomará medidas dolorosas pero necesarias y que por el bien de Durango asumirá el costo político que tenga que pagar. Todos, o al menos la mayoría de los presentes, pensaron en impuestos, recortes presupuestales, gastos superfluos, adelgazar el aparato burocrático y eliminar los privilegios de los virreyes locales los que nos han gobernado por más de ochenta años. Hace unos cuantos días Enrique Peña Nieto declaró a los medios nacionales que el gobierno federal no es un barril sin fondo ¿Cómo está eso? Porque de acuerdo a Alejandro Humboldt, México era el cuerno de la abundancia ¿Ya se acabaron la abundancia y nos dejaron el puro cuerno? Si es como Peña Nieto dice, el gobierno de la alternancia está en un grave problema, tal como se acaba de dar a conocer que a Durango podría recortársele un 10% de su presupuesto ¿Se acabaron los años de los presupuestos récord?
Históricamente, desde los tiempos de Antonio López de Santa Anna con las políticas recaudatorias del feudalismo hasta Enrique Peña Nieto, las políticas públicas más exitosas de los gobiernos han sido los impuestos. Por ejemplo los gasolinazos, los que sin duda seguiremos padeciéndolos. Todos los días, como si fuera una novela de terror, los duranguenses nos despertamos con noticias que cada vez nos alejan más de la posibilidad de dejar de ser uno de los estados más pobres del país. Arturo López Bueno, el subsecretario de acción electoral del gobierno del estado, hizo declaraciones a los medios de comunicación que los recursos para combatir la pobreza en Durango están embargados: se dieron en garantía a los bancos hasta el 2040 ¿No será mejor que nos digan de una buena vez si las finanzas públicas del estado se dieron en garantía hasta el siglo XXII? Y, de esta manera, podríamos parafrasear a Manuel Buendía: a Durango solo le quedan dos vías para salir de su pobreza, una científica y una milagrosa. La científica sería que la Virgen de Guadalupe y el millón de duranguenses que viven y trabajan en Estados Unidos, nos traigan bajo el brazo los miles de millones de dólares que necesitamos y la otra, o sea la milagrosa, que los duranguenses nos pongamos a trabajar y no estar pensando solo  en el modo fácil de vivir: la burocracia.

Hablando de mujeres y traiciones, el presidente municipal José Ramón Enríquez Herrera anunció que “no habrá incrementos ni nuevos impuestos municipales” ¿El gobernador Aispuro Torres anunciará lo mismo en ámbito de su competencia? ¿Veremos, pasado el tiempo, a un presidente municipal popular que dice no a los incrementos y a nuevos impuestos? En fin, tenemos que esperar cual de las dos estrategias funciona: si la de José Ramón o la posible – que quede claro-  futura política de impuestos por parte del gobierno del estado, comenzando con el inminente regreso de pagar la tenencia otra vez. No cabe duda: estamos ante dos políticos diferentes, con distintos estilos de gobernar. Uno pensando en el futuro y el otro cumpliendo el sueño de todo ciudadano duranguense: ser gobernador. 

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.