Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 25 de octubre de 2015
¿Quién sacará adelante la sucesión, el viejo PRI o el nuevo?
“Quienes resulten seleccionados o elegidos en nuestras contiendas internas tendrán la obligación de integrar a los compañeros con los que contiendan en sus equipos de campaña”
-Abel Guerra Garza, delegado nacional del PRI
Muchos priístas opinan que con la llegada del delegado nacional que mandó Manlio Fabio Beltrones, Abel Guerra Garza, se respira la nostalgia política que le hacía falta al partido estatal. Quienes han tenido la oportunidad de platicar con el nuevo delegado, deducen que es un viejo zorro de la clase política nacional, que no viene a ser un espectador más de lo que esté sucediendo al interior del tricolor local en el asunto de la sucesión, que no le podrán dorar la píldora o como dice Joaquín Sabina: no lo van a dormir con cuentos de hadas. Ni mucho menos le podrán maquillar la realidad con las famosas encuestas. Los expertos en política local aseguran que Abel Guerra Garza tiene dos problemas que solucionar: el primero es no equivocarse a la hora de llevarles a Manlio Fabio y a Peña Nieto quien a su juicio sea el mejor candidato del PRI, y el segundo y más difícil de todos: ganarle al favorito, que encabeza todas las encuestas, el senador José Rosas Aispuro.
¿Por qué Aispuro? La clase política del PRI puede acusar al de Tamazula de traidor, pero no de tonto. Cuando por los motivos que todos conocemos Aispuro Torres dejó al tricolor, para ser honestos se fue con una mano atrás y otra adelante, pero en política no basta ser el consentido del poder, se requiere también tener buena estrella y suerte. Eso encontró Aispuro en el PAN y en la coalición que lo hizo su candidato, y si no hubiera sido por la graciosa huida de Gonzalo Yáñez, el rumbo de la historia de esa elección no se tendría que haber decidido en los tribunales. Seguramente, Abel Guerra Garza y compañía ya tomaron nota de lo que políticamente significa que Rubén Calderón haya sido nombrado el contralor del Senado de la República. El hombre que abiertamente apoyó a Aispuro, y eso le costó la rectoría. Sin duda, Aispuro le está pagando su lealtad a Rubén Calderón. El de Tamazula tuvo que operar fino con la élite de la política nacional, incluyendo Los Pinos, y con Emilio Gamboa Patrón, para que Rubén se quedara en ese puesto clave del senado. El hecho es que la operación política de Aispuro no deja de ser un mensaje de primer nivel al priísmo local, porque podría significar la luz verde en el semáforo político.
Otros aspectos que destacan los columnistas locales son dos: no fallarle a Manlio Fabio y al jefe político del PRI nacional, Enrique Peña Nieto. Por eso Beltrones mandó a Don Abel a Durango, porque no quiere correr riesgos. Guerra Garza pertenece al selecto grupo de distinguidos priístas que no creen en las carreras políticas de fast track al interior del partido, nadie los convence de que con ocho o diez años de carrera en el PRI sea suficiente para llegar a ser gobernador. Los priistas de la escuela de Manlio Fabio siguen practicando aquello de que lo único que respalda a un político es una larga carrera, de muchos años, porque solo así se puede adquirir la experiencia para ejercer el poder. El ejemplo es el mismo Manlio Fabio Beltrones, que ya cuando muchos lo hacían embajador en alguna embajada triple A, Peña Nieto lo mandó al PRI, sacrificando en ese momento a Aurelio Nuño, seguramente pensó el presidente en el sabio refrán: “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. La moraleja, ni pintada le pudo haber salido mejor: se dio cuenta de que el viejo el PRI aún no está preparado para dar paso a uno nuevo, con el paso de los años tal vez esto suceda.
Resumiendo: si el león es como lo pintan, no habrá problemas para elegir al candidato del PRI, pero eso lo sabremos el 6 de junio de 2016 en la madrugada. Mientras eso sucede, Abel Guerra Garza tiene dos papas calientes en sus manos, una aquí en Durango y la otra en La Laguna, y no se trata solo de deshojar la margarita: el de San Juan del Río o la de Gómez Palacio, la de Gómez Palacio o el de San Juan del Río. Si el delegado cree que resolviendo este dilema ganan en 2016, le puede quedar mal a sus jefes Beltrones y Peña Nieto. Un columnista que platicó con él, lo calificó de inteligente y lúcido en sus respuestas, entonces Don Abel debe de saber que si el edificio de la sucesión se está quemando, debe llamar a los bomberos para que apaguen el fuego, o sea a los otros aspirantes.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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