“Dime de qué presumes y te diré qué te hace falta”
Si las porras, las pancartas, las consignas y los aplausos fueran las razones de más peso para resolver la candidatura del PRI, esta ya se hubiera decidido justo el domingo pasado en el Bicentenario. Nada más alejado de la realidad, porque la política también es ciencia ficción, el arte de engañar, de no decir lo que piensas y la más importante: nunca hacer lo que dices. Hace ocho días, el informe de actividades legislativas que presentó Leticia Herrera como senadora de la república en los terrenos del señor del Bicentenario, fue la forma y su discurso político el fondo. ¿Convenció la senadora a la elite de la clase política y empresarial de Durango cuando dijo la frase: “soy leal e ideológicamente inmutable”?
La senadora Leticia Herrera encontró un día después la respuesta: se publicaron unas encuestas donde el delfín de San Juan del Río va arriba de la lagunera, o sea; valió más una encuesta que mil palabras. A los que les gusta el análisis del discurso les llamó la atención que la senadora Herrera Ale mencionara en diez ocasiones la palabra unidad, y en más de 5 la palabra lealtad. Diría Juan Gabriel: ¿Pero qué necesidad, para qué tanto problema? Si hubiera unidad en el PRI, las palabras saldrían sobrando. ¿Por qué no asistieron al informe de la senadora Leticia Herrera Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón? “Elemental, mi querido Watson”. Ellos no se iban a prestar a que su presencia fuera causa de mil rumores, y mucho menos a mandar mensajes cuando ellos saben que la pita está enredada y el engrudo hecho bolas, o como usted quiera definir lo que hoy está viviendo el tricolor local para pronunciarse por su candidato a gobernador. Los aspirantes del PRI a sacrificarse por Durango están, parafraseando a Porfirio Díaz, tan cerca dela candidatura y tan lejos de la decisión. Insistimos: tal vez unos vayan encabezando las encuestas y a lo mejor unos tienen más probabilidades que otros. Pero si les sirve de consuelo, la percepción es que de acuerdo a los expertos en política local, al día de hoy no hay nada para nadie, sino todo lo contrario. Cada quien con su estilo, cada uno de ellos con estrategias diferentes y con legítimas aspiraciones están buscando la candidatura. Óscar García Barrón, Adán Soria, Ricardo Pacheco Rodríguez y los que son un misterio porque no han levantado la mano a estas alturas del baile: nos referimos a Carlos Matuk y a Rubén Escajeda Jiménez. En política se puede dar reversa, pero no es lo mismo cuando las situaciones son irreversibles, como es el caso del enfrentamiento y la polarización entre Esteban y Lety. Las apuestas en Las Vegas están 3 a 1 a que si siguen estas condiciones, ninguno de los dos será. Es decir, si ponen en riesgo la victoria del PRI por lo dividido que quedaría el tricolor estatal. Uno de Durango capital y el otro lagunero, uno del jefe político del estado y el otro del padre de la senadora Herrera Ale.
Sin proponérselo, Esteban y Lety le han abierto las puertas de la sucesión a los demás, o como ya se le conoce: la tercera vía. Así que no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace aspirante. Los que no tenían posibilidades ahora ya las tienen y no van a desaprovechar esa oportunidad que les cayó del cielo. Ricardo Pacheco Rodríguez, que podría ser el más beneficiado. Óscar García Barrón, cuya organización social ganadera le da peso político en el estado. Adán Soria Ramírez, que conserva bastante capital político de cuando fue presidente municipal. Rubén Escajeda Jiménez, el más importante operador político de la CNC nacional y Carlos Matuk, uno de los hombres más cercanos al señor del Bicentenario.
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