Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 3 de abril de 2015
Otra vez la crucifixión, y una vez más lejos del ejemplo de Cristo
“Hasta un descreído no puede dejar de pensar en Dios”
-José Revueltas
Cristo es, y seguirá siendo, uno de los más grandes misterios del hombre. No sabemos qué es más importante para la humanidad: Si su nacimiento, cuando se celebra navidad, o la semana santa, cuando de acuerdo a la iglesia católica murió en la cruz por nosotros, para salvarnos de nuestros pecados. ¿Logró su objetivo? Porque seguimos pecando todos los días, al fin y al cabo de antemano sabemos que Cristo murió en la cruz para salvarnos de ellos. Si así fuera, sería muy simple hablar de Cristo. El problema que tenemos es comprender el significado de su muerte, por qué murió, qué significa el mensaje de su sacrificio al morir en la cruz y si como cristianos tenemos la capacidad o al menos la voluntad de seguir en algo su ejemplo. Y lo más complicado: llevarlo a la práctica con nuestros semejantes o al pragmatismo, como dirían los políticos.
Seguir el ejemplo de Jesús o imitarlo, quién o quiénes lo han ha de hacer es una de la misión fuera de serie. Puede ser que solo sea el privilegio de unos cuantos. Pero por fortuna Jesús mismo se definió cuando se refirió al poder político de sus tiempos: “mi reino no es de este mundo”. Y aunque los políticos piensan en lo más íntimo de su ser que este reino terrenal es pasajero y que el eterno es el que Cristo nos prometió, mientras llega ese momento ellos se las arreglan para vivir como reyes o como príncipes aquí en la tierra, para eso son nuestros impuestos. Muchos de nosotros no somos expertos en temas bíblicos, y, para ser honestos, no nos ocupamos, de vez en cuando, de leer el Génesis o los evangelios. En cambio, sí hemos escuchado hablar de alguna de sus parábolas que quizá sean el equivalente al Quijote de nuestro idioma: palabras y refranes escritos hace varios siglos por Miguel de Cervantes Saavedra, los cuales utilizamos a todas horas y todos los días. Así que las parábolas de Jesús, después de miles de años no han perdido su vigencia. Nos parece que las parábolas de Jesús de Nazaret son una guía para aquellos que se decidan a seguir su ejemplo. ¿Qué le parece si intentamos ver una de las tantas parábolas a las que nos referimos?: “Aquel que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra” Esta se origina gracias a una de las protagonistas femeninas de los pasajes de la vida de Jesús, nos referimos a la famosa María Magdalena, de la que se han escrito varias historias, novelas, obras de teatro y ha sido llevada al cine. Tal vez estemos de acuerdo o no, ¿pero no les parece que Jesús fue desde hace más de 2000 años el primer defensor de las mujeres? Al menos eso podríamos pensar porque defendió a Magdalena cuando estuvo a punto de ser lapidada, acusada de ser una pecadora por su oficio. Hablemos de otra: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre al reino de los cielos”, ¿pero qué sucede en la realidad? Los hombres solo ambicionan el poder político y la riqueza, aprovechándose de un puesto público para hacerse de fortuna, y los otros que ya la tienen buscan el poder político para hacerse cada vez más ricos.
Es el hombre que con su obra histórica se aleja del ejemplo de Cristo. Sistemas económicos van y vienen, pero el fin es el mismo: la riqueza y el poder. Desde el feudalismo hasta el actual sistema neoliberal, el hijo del capitalismo salvaje solo nos conduce a conductas de consumo y al mundo virtual que nos da el internet, porque ese es el mundo en el que quieren que sigamos viviendo, unos cuantos países, que son los dueños del mundo, y que, como en México, son dueñas solo unas cuantas familias. Podemos asegurar que el Jesús que murió en la cruz no quería eso para nosotros. Ojalá que el sacrificio de este hombre extraordinario no se pierda con nuestra indiferencia.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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