Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 20 de marzo de 2015
No es justo, muchos no tienen nada y pocos tienen todo: JHC
A Rubén Escajeda Jiménez y su familia. Un abrazo solidario.
Como es normal, en un informe de gobierno todo mundo está atento escuchando los avances y progresos del estado. La inversión pública, la privada, la generación de empleos, infraestructura ferroviaria y carretera, es decir algo así como recuperar el tiempo perdido por lo que en Durango se dejó de hacer por muchos años, y nunca pensamos que un día llegaría el siglo XXI y nos alcanzaría. Resulta que ya nos alcanzó. Y con ello la imperiosa necesidad del crecimiento económico, el desarrollo y la modernidad. ¿Se han sentado, por fin, las bases económicas, políticas y sociales para que Durango deje de ser el Chiapas del norte? Démosle una mirada a la geografía económica del país y nos daremos cuenta que son los estados con más conectividad los que tienen más crecimiento y desarrollo. Para mencionar ejemplos: El estado de Querétaro, las zonas del Bajío, Nuevo León o Aguascalientes. Durango por muchos años se dedicó a ser un simple espectador de los estados de la república que se iban desarrollando o creciendo, nos convertimos en una especie de isla desde donde veíamos pasar a los barcos.
Es justo reconocer lo que se ha hecho, pero debemos preocuparnos también por lo mucho que falta por hacer, y ese es el principio de hacer las cosas. No recordamos, al menos en la historia reciente de los informes que han rendido algunos exgobernadores, algo parecido a la frase que dijo casi al final de su mensaje el gobernador Jorge Herrera Caldera: “Es necesario terminar con la brecha que separa a las mayorías que carecen de todo, de aquellos que lo tienen todo y cada vez más”. No pudo ser más directo el gobernador con estas palabras dirigidas a la crema y nata de la política nacional reunida en el auditorio del pueblo, donde había gobernadores de varios estados, senadores, figuras importantes del CEN del PRI y sectores como la CNC y la cúpula empresarial de Durango. El gobernador Jorge Herrera Caldera sin duda alguna puso en la mesa los logros de su administración, pero también dijo la realidad que vive nuestro estado y por supuesto el país, donde los pobres son más pobres cada día y los ricos son cada vez más ricos. Sentimos que el gobernador no solo desea que Durango se desarrolle y crezca, sino que el crecimiento se refleje en los ingresos de todos los duranguenses, sobre todo en los de los que menos tienen.
Pensando en las palabras del gobernador Herrera Caldera, no solo son para aplicarse en Durango: también en todo el país. El gobernador planteó el ancestral problema estructural de la injusta distribución de la riqueza. ¿Se pueden hacer grandes obras de infraestructura, de conectividad como la supercarretera Durango-Mazatlán, y disminuir al mismo tiempo la brecha entre los pobres y los ricos? Diríamos que sí. En primer lugar, las millonarias inversiones que hace el gobierno del estado no solo deben ir encaminadas a facilitarle a los empresarios locales, nacionales y extranjeros la infraestructura para que ellos inviertan y obtengan ganancias, como bien lo ha dicho Herrera Caldera, se tienen que privilegiar las inversiones con sentido social, es decir que si los empresarios ganan, que los que trabajen en sus empresas hagan lo mismo, y para ello hay que pagarles salarios justos , ya sean obreros o técnicos, especialistas o profesionistas, lo menos que les puede exigir el gobierno a los que invierten en Durango y a cambio de todo con lo que se les apoya y las facilidades que se les dan, es que a cada trabajador, sea quien sea, le paguen lo justo, porque nada se gana con que el gobierno del estado haga esfuerzos para generar miles de empleos si estos no son bien pagados por los empresarios.
Ojalá que el próximo gobernador, sea quien sea y del partido al que pertenezca, se fije como objetivo invertir y construir pero con el fin que apuntó en su informe el gobernador Herrera Caldera: reducir la brecha perversa de los que no tienen nada y de unos cuantos que lo tienen todo. No se trata entonces de que te quites tú para ponerme yo, que se acabe el mito de los gobiernos sexenales, que se aproveche todo lo que su antecesor realizó y lo supere, ya es tiempo de que se hagan planes de gobierno mínimo a 50 años y no, como sucede, cada 6. Necesitamos ese tipo de políticas públicas, sin importar de qué partido sea el gobernador en turno.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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