Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 7 de marzo de 2014
El viejo PRI cumplió 83 años y el nuevo PRI 2
¿A cuál novela relacionaría usted con el PRI?, ¿Con En Busca de Tiempo Perdido de Marcel Proust o con la de Oscar Wilde, El retrato de Dorian Grey? Si hiciéramos una consulta popular, y si la suprema corte nos hace el favor de decirnos que sí, con toda seguridad ganaría la de la del maestro universal de la ironía, Oscar Wilde. La novela El tiempo perdido no tendría ninguna posibilidad de ganar, porque en los doce años que gobernó el PAN, el tri color en realidad no se fue de vacaciones. Como dice una canción popular: andaba de parranda, así que los del PR no perdieron el tiempo, sino todo lo contrario, como sí saben de política, esperaron los tiempos como Penélope esperó a Aquiles, tejieron bien y fino, planearon muy bien su regreso a Los Pinos, sólo era cuestión de esperar. El PAN, en lugar de haberse aliado con el pueblo y la sociedad, las organizaciones sociales, sindicatos independientes y toda la izquierda para gobernar, al final de cuentas sólo sacaron al PRI de Los Pinos dejando intactas sus estructuras y en el pecado llevaron la penitencia: Si Los Pinos fueran su pasión, es mejor que se les olvide.
A raíz de la crónica de una candidatura anunciada, nos referimos al hoy presidente Enrique Peña Nieto, desde que era gobernador del estado de México esperaron el momento para empezar a decir que el nuevo PRI regresaría a Los Pinos, un nuevo PRI que aprendiera las mañas del viejo partido, pero, sobre todo, de sus errores. Al parecer, los priístas han entendido muy bien la dialéctica, la que se define como que de lo viejo nace lo nuevo, por eso opinamos y decimos que el PRI que fundó Plutarco Elías Calles llegó a su fin cuando cumplió 83 años y el nuevo partido cumple 2 con la llegada de Enrique Peña Nieto. Dorian Grey, la novela del irlandés Oscar Wilde la
resumiremos en pocas palabras: Un pintor le hace un cuadro a un joven dueño de una belleza extraordinaria, cuando el artista le entrega el retrato a Dorian, se contempla tan bello que decide quedarse joven y hermoso como está en ese retrato, sin importar el precio que tenga que pagar para ello. Logró su objetivo y sus pecados y perversidades sólo se reflejarían en su retrato. Los expertos en política nacional y local han tratado de encontrarle la cuadratura al círculo y nomás no han podido. Porque una cosa es que el PRI tenga en el poder a un presidente joven y otra es que el viejo grupo Atlacomulco renuncie al viejo PRI, que tanto les ha dado.
¿Cómo llamar al PRI del día de hoy? Como la novela de Óscar Wilde o como la de El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, ¿A usted cuál le gusta más? En el 2015, ya próximo, Peña Nieto nos dará una probadita de si el que regresó fue el PRI de siempre o el nuevo del que tanto se habla. Si Peña Nieto le permite a los gobernadores en los estados donde es gobierno el PRI poner sus candidatos a diputados federales, dará una señal, por pequeña que sea, de un nuevo estilo de gobernar y no aplicar una política autoritaria y centralista, como antaño. Pero si ya les quitó el IFE para dar paso al INE, los Institutos Electorales de Participación Ciudadana a los gobernadores de todos los estados y, en especial, a los del PRI, entonces, sería un retrato de que en la oficina de Los Pinos se tomará la decisión de quién llegará a San Lázaro por este partido. Esto sin contar, como bien lo acaba de declarar Otniel García Navarro a los medios de comunicación: “Las elecciones en el 2015 serán difíciles, la sociedad nos puede cobrar facturas por las reformas”. Y no anda equivocado el joven presidente del PRI estatal, no es lo mismo cobrarles impuestos a los pobres que a los ricos.
¿Qué hubiera pasado si el viejo PRI hace las reformas del nuevo varios sexenios atrás? Ya sabemos que el hubiera no existe, pero vamos a ponerlo sobre la mesa. El nuevo PRI nos hizo pensar que las reformas se reflejarían desde el primer día del 2014, ya en la realidad aceptaron que habría que esperar cinco o diez años para ver los resultados, los más optimistas opinan que puede ser más tiempo. Si las hubiera hecho Salinas, que se autodefine como un ex presidente reformador, si hubieran funcionado, seríamos hoy, sin duda, de los países más ricos del mundo. Hoy podemos decir que las “reformas” de Carlos Salinas fracasaron como la del artículo 27 o el Tratado de Libre Comercio. Pero lo más grave: Si las reformas a las que le apuesta todo el nuevo PRI resultan como las de Salinas, que Dios no lo quiera, ¿qué sucederá?
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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