domingo, 8 de diciembre de 2013

La segunda vuelta presidencial: Cuando el PRI deje el poder

Dicen los clásicos que en política lo que se pospone se cancela De entrada: Cuando sea aprobada la reforma energética, el Pacto por México llegará a su fin. Peña Nieto y el PRI le darán las gracias al PAN y a los chuchos del PRD les dirán en lo oscurito: Gustavo Madero, Chucho Zambrano; nada les debemos, estamos en paz. A los del PAN si con la reforma hacendaria los del PRI les quedaron debiendo, con la energética los pusieron a mano. A los del PRD les pagaron con no haber aprobado el IVA en alimentos y medicinas, y de pilón les dijeron: “Y si les sobra algún cambio, pueden quedarse con él”. Durante los doce años que los priístas le prestaron Los Pinos a los del PAN para irse a disfrutar unas merecidas vacaciones, en realidad no perdieron el tiempo, se reagruparon, respiraban por la herida, pero seguían trabajando. Los panistas no quisieron o no supieron ejercer el poder, el PRD, secuestrado por los chuchos, se quedó muy lejos de construir un verdadero proyecto de izquierda para el país y terminaron vendiéndose al mejor postor, fueran del PRI o fueran los del PAN. Hoy, el PAN y el PRD han despertado, han vuelto a la realidad: Se les acabó la luna de miel que vivieron con el poder, lo que no sabemos es si el día de mañana este matrimonio político terminará en el divorcio. Como olvidar que hace muy poco tiempo el PAN hizo temblar al sistema político mexicano, cuando Gustavo Madero declaró: “Primero la reforma política, después la energética”. Agregó, además, que querían la segunda vuelta presidencial, el Instituto Nacional Electoral, el pretendido Tribunal Judicial Único, desaparición de los tribunales electorales de los estados, de los institutos electorales de participación ciudadana, reelección de presidentes municipales, de diputados locales, federales y senadores, penalizar la compra del voto y si esto sucedía, quitarle el registro a partidos y candidatos, anular la elección, los que rebasaran los topes de campaña y otros sueños guajiros de nuestra supuesta democracia, todo esto apoyado por sus socios de ocasión, los chuchos del PRD, lo bueno de esto es que por soñar no se paga. En fecha reciente, cuando estuvo de visita en Durango el priísta Humberto Roque Villanueva, se le preguntó sobre el tema de la reforma política y contestó: “Habrá Instituto Nacional Electoral, pero no segunda vuelta presidencial en un proceso electoral, a los priístas se nos puede acusar de muchas cosas, menos de lo que ustedes están pensando, no nos arriesgaremos a perder la presidencia en el 2018. Porque ya juntos el PRD y el PAN nos la pueden quitar”. Roque Villanueva sabía, tenía información de primera mano y la reforma político electoral quedó como los del PRI querían, salvo lo que opinen los del PRD y los del PAN. ¿Usted recuerda que la segunda vuelta se discutió en los días recientes? Por supuesto que no, porque ese asunto ni siquiera se puso en la mesa, sólo fue asunto mediático. Pero como dicen los gringos: es mejor un dólar que nada. La derecha y la “izquierda” tendrán que conformarse con lo que Peña Nieto les concedió, y por si fuera poco, les envió un mensaje: “En este país, la democracia son las mayorías”. Lo que no les hizo saber el presidente es que se refería al voto de las mayorías que tiene en la cámara de senadores y diputados con el PRI, amigos y partidos que lo acompañan a la hora de votar. A cambio de que no haya segunda vuelta presidencial, el PAN obtuvo el INE, que, por cierto, nos costará a los mexicanos más de mil millones de pesos, para que vea que los planes de austeridad son sólo para el pueblo, pero no para las élites del poder. También consiguieron la reelección de presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y senadores, pero no se asuste usted, esto surtirá efectos para unos en el 2018 y para otros en el 2024. Se aprobó, además, algo importante para las candidaturas: 50% serán para las mujeres y el otro 50% para los varones, los cuales no quedaron muy contentos, de eso hablaremos en entregas posteriores. En el asunto de la reelección, hemos escuchado a muchos priístas decir que no están de acuerdo del todo, la razón principal es que pueden pagar los platos rotos los cuadros más jóvenes del PRI, que se tardarían mucho tiempo en calmar sus ansias de novilleros, llegar a ser diputados o presidentes municipales, porque rompe con el esquema que hoy prevalece: Como están las cosas aquí en Durango, en ocho años se puede ser diputado local, presidente municipal, diputado federal y gobernador del estado y como viene la nueva reforma, les podría cambiar la “pichada”. Pero, ¿y dónde quedaron, por ejemplo, la revocación de mandato, el referéndum, el plebiscito o la consulta popular? Lo cierto es que esta reforma político-electoral sólo deja contentas a las cúpulas del poder, pero no a la mayoría, que somos los mexicanos, que no son los diputados y senadores de todos los partidos, como nos lo quieren hacer creer. En una encuesta publicada hace unos días en un periódico de circulación nacional, el 61% de los mexicanos no está de acuerdo con la reelección y sólo un 23% sí. Podemos comentar que en el tema de la reelección, lo único que ha hecho dicha reforma es legalizar lo que ya existe, lo que se conoce como los “chapulines” o “trapecistas”. Hay muchos políticos locales y nacionales que tienen 12 o 18 años de pasársela en una cámara o en la otra, ¿dónde está la novedad? Por falta de espacio, terminamos nuestra aportación con los topes de campaña. Seguirá siendo lo mismo, será casi imposible demostrar quién gastó más, aunque exista dicho rebase, no se podrá comprobar, ¿verdad, Andrés Manuel?

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.