viernes, 29 de noviembre de 2013

Un grave error haber desaparecido la CONASUPO

“Pero qué necesidad, para qué tanto problema” -Juan Gabriel, cantautor Si usted le pregunta a cualquier campesino o productor de granos, sobre la CONASUPO, le contestará lo siguiente: comparada con los acopiadores era, con defectos y virtudes un paraíso. Lo que quieren decirnos nuestros amigos del campo que trabajan con las uñas para hacerlo producir es que las actuales empresas acopiadoras son el infierno y que les recuerdan el cuento de Alí Baba y los 40 ladrones. Hace apenas unos días el líder de la CNC Paco Ibarra, declaró a los medios de comunicación que hoy los acopiadores se han modernizado, y se tiene la leve sospecha que han echado a andar, lo que se conoce como operación periférica que consiste en enviar a sus propios compradores de frijol conocidos como coyotes, pagando el kilo a $6 o $7 a la vez sus empleados les llenan sus bodegas para venderlos en su momento a $14 o $16. Haga cuentas, cuánto ganan por tonelada, en la operación periférica ¡claro, para eso es, la ley de la oferta y la demanda! faltaba menos. La CONASUPO se funda en el sexenio de Adolfo López Mateos, con la finalidad de garantizar la compra y regulación de precios de los productos de la canasta básica particularmente el maíz. ¿Qué pasó? Nada, pues llegó el famoso neoliberalismo económico primero con Miguel de la Madrid, siguió con Carlos Salinas de Gortari y ahí fue, donde comenzó el principio del fin de la CONASUPO, porque se la dio a su hermano Raúl Salinas, amigos y parientes. Raúl se hizo millonario en dólares, la corrupción en la CONASUPO llegó a su máxima expresión con el hermano incómodo y la gota que derramó el vaso fue el descubrimiento de las miles de toneladas importadas en leche en polvo contaminada derivada del accidente atómico de Chernóbil en Rusia. Esto le da el pretexto a Ernesto Zedillo para iniciar su venganza en contra de Carlos Salinas, el resto de la historia usted, ya la conoce muy bien. Sin embargo, Zedillo disfraza su venganza tomando como pretexto la crisis económica del país y en 1999 la desaparece, acabando con 60 años de una institución de gobierno que ayudaba a los pobres de este país y como siempre sucede, estos pagaron los platos rotos de la corrupción, que había en la CONASUPO que alcanzó, paradójicamente su clímax en los primeros 18 años de políticas neoliberales. Esta Compañía Nacional de Subsistencias Populares y la única esperanza de campesinos y productores de maíz y frijol del campo mexicano pasó a mejor vida, el gobierno dejó de comprar las cosechas y comercializarlas, motivo importante por lo cual empezó a crecer la pobreza y los pobres en el campo de México. Desaparecida la CONASUPO, llega Fox en el 2000 a Los Pinos y confunde al país con la Coca Cola y se dijo: el buen juez por su casa empieza. Fundó el esquema que hoy conocemos como acopiadores y aprovechando la economía de libre mercado donde la oferta y la demanda son los amos y señores, fue la oportunidad de oro para los hermanos Bibriesca, los hijos de la señora Sahagún a los que les regaló una poderosa empresa acopiadora que les ha dado miles de millones de pesos por cierto aquí en Durango, los quieren mucho, aquí tienen amigos con los que han hecho y hacen negocios incluyendo la vivienda, y se ha filtrado que siguen comprando frijol aquí en Durango. Ante este problema, de los acopiadores el gobierno del estado necesita palabras suaves pero mano firme con los coyotes, disfrazados de acopiadores. El gobernador Jorge Herrera Caldera ha trabajado muchas horas en este asunto, le dio instrucciones precisas a Francisco Gamboa Barrón secretario de la SAGADR, para que le cuide las manos a los multicitados acopiadores, el joven secretario de Agricultura y Desarrollo Rural tiene estilo, dialoga con dichos empresarios para que el frijol se compre al precio anunciado por el gobernador y Baltasar Araujo, por su origen campesino, Gamboa Barrón se preocupa por defender a los campesinos del sector al que pertenece la CNC. Todos los que tienen que ver con el campo, también tienen la obligación de hacer un frente común, en contra de dichos acaparadores, no permitir que se queden con el esfuerzo de su trabajo y el de sus familias, los acopiadores argumentan como buenos “economistas” que son, que ellos sólo, se basan en la oferta y la demanda la cual practican de la siguiente manera: mandan a sus coyotes para que compren a $7 el kilo de frijol, ellos a la vez en su momento, lo venden en $14 y nosotros, en las tiendas de autoservicio compramos el kilo de frijol mínimo a $20. Sería mejor que en lugar de llamarse acopiadores llamarlos por su nombre: especuladores, para vernos decentes. En un futuro no vemos otra alternativa: se debe regresar a la CONASUPO que funcionó no importa que le pongan otro nombre, el gobierno debe de tomar otra vez en sus manos, el problema de comprar y comercializar los granos, para asegurarle al país su independencia alimentaria y reconocer que el esquema neoliberal actual falló.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.