domingo, 3 de noviembre de 2013

En 2015: PRI, referéndum; PAN, el regreso; PRD, su registro

“Te pareces tanto a mí que no puedes engañarme, sé que me vas a abandonar y sé muy bien por quién lo haces” -Juan Gabriel, compositor ¿Qué más veremos, qué más harán los partidos para conseguir el poder y seguir teniendo secuestrada a la sociedad? Ni siquiera Walter Mercado o Florencio Rodríguez nos podrían hacer un pronóstico de ello. La luna de miel entre el PRI y el PAN, que comenzó con Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos en 1988, cuando se “cayó” el sistema, parece que, si no ha llegado a su fin, sea un divorcio político, y como sucede en estos casos, uno se quedará con la custodia de los hijos y los dos con la patria potestad. A este maridaje muchos lo conocen como PRIAN, y lo definen como un solo partido dividido en dos. El pacto entre Salinas y el “jefe” Diego siempre tuvo un noble fin: que la izquierda en México jamás llegue a Los Pinos, por favor, no la vaya a confundir con la izquierda tribal de Chucho Ortega, Guadalupe Acosta Naranjo y Chucho Zambrano, esa izquierda que Agustín Lara define muy bien con su canción “Aventurera”. En el año 2000, el PAN hablaba de una transición democrática y de una alternancia, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta de que no es más que un simple bipartidismo, es decir, turnarse los sexenios en Los Pinos, para decirlo con todas sus letras: hoy te toca a ti y mañana a mí. Sin embargo, por la reforma hacendaria recién aprobada, el pleito entre los “herederos” de la Revolución de 1910 y las palomitas blancas vestidas de azul, podría tomar rumbos impredecibles. Los panistas se han convertido en el “Robin Hood” de uno de los poderes fácticos: los empresarios y, de paso, quieren ser los ídolos de la clase media, todo ello porque consideran que la reforma hacendaria les pega con los impuestos a estos dos sectores. Por esta situación, las cosas están más claras que el agua: el tambaleante Pacto por México se acordó en Los Pinos entre las cúpulas del PAN y el PRD, motivo por el cual puede fracasar tarde o temprano, porque una cosa son los panistas y otra Gustavo Madero, lo mismo sucede con los chuchos, que ni siquiera representan al PRD, y mucho menos a la izquierda mexicana o a los 16 millones de votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en la pasada elección presidencial. Ya que hablamos del tabasqueño, es muy probable que con Morena el PRD quede desmantelado, con el riesgo de convertirse en satélite y palero del PRI como muchos otros, luchando sólo para conservar su registro, porque sin López Obrador, jamás alcanzarán un 39% en la votación total. En las elecciones federales del 2015, se podrá medir con toda su magnitud el verdadero significado de la nueva reforma hacendaria y de la reforma energética que podría convertirse en una especie de referéndum del gobierno de Peña Nieto, o el posible regreso del PAN en el 2018 a los Pinos. Si es cierto, como algunos afirman, que fueron los empresarios ricos de este país los que hicieron ganar a Enrique Peña Nieto en el 2012 y no a López Obrador, bajo esta premisa, también pueden poner al próximo presidente de la república, a cualquier candidato, menos al del PRI, ¿será? No podemos pasar por alto que en el año 2000 fue una sociedad cansada de la dictadura perfecta del PRI y encabezada por Vicente Fox, que terminó siendo más priísta que Plutarco Elías Calles, quienes lograron sacar al PRI de los Pinos, a diferencia del año 2006, fueron los poderes fácticos, entre ellos los empresarios que hoy están en contra de la reforma hacendaria, pero no de la energética, los que hicieron ganar a Felipe Calderón, sin embargo, la élite empresarial no quedó satisfecha con la política del sexenio calderonista y en el 2012 sólo había una de cal y una de arena: Enrique Peña Nieto o Andrés Manuel López Obrador. El priísta les ofreció el cielo y las estrellas, López Obrador, hacer justicia en el país, los empresarios se fueron con las promesas y le dieron la espalda a la realidad. A como están las cosas por dicha reforma, parece ser que la beneficiada políticamente son la derecha mexicana y el PAN, de la izquierda no podemos hablar porque no está representada en el Pacto por México. Sólo para recordar: la reforma laboral el PRI y el PAN la sacaron adelante, la de comunicaciones y la financiera, lo mismo, en la educativa, el PRD puso su granito de arena, en la hacendaria, los que la decidieron fueron el PRI y el PRD. Viene la reforma política: ¿la sacarán adelante el PAN y el PRD?, eso lo veremos. Finalmente, vendrá la energética, que es la verdadera reforma, ¿irán juntos el PRI y el PAN con ese propósito? Ya lo sabremos en su momento. Veremos entonces de qué están hechos los panistas, si sólo son jarabe de pico y oportunistas, si el supuesto rompimiento con el PRI por la reforma hacendaria es en serio, o si ya está todo negociado, como siempre sucede y todo es mediático y atole con el dedo para el pueblo.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.