domingo, 8 de septiembre de 2013

Lauro Arce: La crónica de una dirección anunciada

“El nacionalismo cultural que conocemos se impuso desde arriba, fue consigna de unificación, vínculo contenido por decreto” -Carlos Monsiváis, escritor La designación de Lauro Arce como nuevo director del Instituto Municipal del Arte y la Cultura, no fue una sorpresa. Ni siquiera hubo sorprendidos, lo que sí es que la comunidad cultural de Durango, esa que se conoce que unida jamás será vencida, recibió la decisión del presidente municipal no como un balde de agua fría, sino con resignación, esa que se siente con la frustración de cuando nada se puede ya hacer. Como dicen: Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, nuestra comunidad cultural tiene también las instituciones culturales que se merecen y quienes están al frente de ellas. “Haiga por lo que haiga sido”, la comunidad cultural ha sido incapaz de construir un proyecto colectivo de política cultural que obligue a los respectivos niveles de gobierno, para que sean tomados en cuenta, a cambio de ello, sólo logran sus propuestas personales o de grupitos, se olvidan de la cultura nacional, o como dice Sédar Senghor: “Asimilar sin asimilarse”. Ignoramos si Esteban Alejandro Villegas tomará en cuenta a la comunidad cultural para su proyecto de cultura municipal 2013-2016. A una de las reuniones que convocó en un salón de conocido hotel, no acudió a la cita, y mandó a su síndico municipal, quien en un acto de honestidad, reconoció no saber nada de cultura, pero que con mucho gusto le llevaría al entonces candidato del PRI las inquietudes y planteamientos de la comunidad cultural ahí reunida. Es justo recordar que ningún candidato a la presidencia municipal convocó a los artistas y creadores duranguenses a un foro donde estuvieran todos reunidos, en mesas de trabajo y análisis cultural de donde pudiera haber salido un proyecto de cultura municipal, como una aportación a los problemas de la cultura en Durango que tienen que ser resueltos, pero la comunidad cultural también es responsable de que hoy no exista ese proyecto, trayendo las consecuencias del caso: más de lo mismo. Lauro Arce como director del IMAC, de manera mínima está obligado a darle seguimiento o continuidad a lo que hizo Jesús Alvarado del 2010 al 2013, pero no sólo eso, debe superar a su antecesor. Durante el trienio pasado, se manejó, en su momento, que Durango era la catedral cultural del norte, por supuesto que no lo es, pero si se trabaja y desarrolla esta gran idea, es posible que en 20 o 30 años sí lo seamos, y no lo diremos nosotros, lo dirán en todo el país. Dicen los clásicos: por supuesto que se gobierna con los amigos, y no con los enemigos. Otros opinan que hay que invitar a tu enemigo a gobernar, para que acabe siendo tu amigo, porque, en ocasiones, los amigos de hoy terminarán mañana siendo tus enemigos, y no necesitamos ir tan lejos, las historias del poder aquí en Durango dan para escribir una novela de las traiciones. Eso de invitar o llevar amigos a un gabinete, sea quien sea, no es nada nuevo, forma parte de la cultura política mexicana. También invitan a grupos de interés, con los que llegan a acuerdos y que son aquellos que se niegan a morir, a vivir fuera del presupuesto o de la nómina. El golpe ya está dado, Lauro es el director del IMAC, y la comunidad cultural y la sociedad, para variar, otorgarle el beneficio de la duda: Sonrían, tal vez los cantantes de Durango estén muy contentos de que, por segunda vez, uno del gremio sea el director del IMAC, Corín Martínez fue la primera, y también llegó al ICED, ¿Veremos a Lauro en el 2016 como director del INSTITUTO DE Cultura del estado? Los cantantes siguen contentos. Por primera vez, uno de ellos llega a la presidencia municipal de Durango, así que, a nuestros amigos que se dedican al difícil oficio de cantar, esa noble actividad profesional los puede llevar a otra todavía más noble: la noble y sacrificada profesión de ejercer el poder. Ni modo. Parece que el destino de nuestra distinguida comunidad cultural, es quedarse siempre en el camino o a punto de cruzar el río. Todos esperaban que el nuevo director del IMAC tuviera una amplia trayectoria cultural reconocida, con experiencia en difusión y promoción de cultura, mínimo algún premio nacional de novela de cuento o de poesía, con liderazgo para convocar a toda la comunidad cultural con políticas culturales democráticas e incluyentes, alguien que no confunda los espectáculos artísticos con la cultura. Si alguien de la comunidad cultural aspira a ser, un día, director de alguna institución cultural estatal o municipal, no se hagan bolas: dedíquense, desde ahora, a la cultura nacionalista, o sea la del Estado y apártense de la cultura nacional, y si militan en el partido indicado, será mucho mejor. Suerte te dé Dios, que el saber nada importa, dice el refrán popular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Datos personales

Mi foto
Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.