domingo, 18 de agosto de 2013

¿Cómo juzgará la historia a la LXV Legislatura?, ¿La absolverá?

“En México no sólo se puede vivir de diputado; también se puede vivir de senador” -César Garizurieta Muchos opinan que pasará a la historia como la legislatura del siglo XXI, en cambio, otros piensan que no será conocida como la del siglo XXI o la 450, sino todo lo contrario. Así que, si usted la define como la teoría del vaso con agua medio lleno o medio vacío, también estará en lo correcto. Lo que sí es cierto es que desde hace mucho tiempo ninguna había sido tan polémica como la actual, a unos días de que termine su responsabilidad como diputados locales. La mayoría de los diputados pasará sin pena ni gloria y muy pocos, los que más o menos desquitaron sus quincenas y privilegios económicos colaterales, entre ellos Enrique Benítez Ojeda, Emiliano Hernández Camargo, Juan Antonio Ochoa, Gustavo Pedro Cortés, Sergio Duarte Sonora, Jorge Salum del Palacio, Adrián Valles, que, “haiga como haiga sido”, tejió fino para sacar iniciativas polémicas adelante. Hubo reformas interesantes, como la que restituye al ejecutivo la facultad de nombrar o remover a quien se haga cargo de la fiscalía del estado. También la que se convierte en política de estado la dotación de los famosos uniformes en los niveles de preescolar, primaria y secundaria, con su respectivo prietito en el arroz, por las fechas en las que se reparte y más cuando son tiempos electorales, es decir, no hagas cosas buenas que parezcan malas. Una de las pruebas de fuego de la actual legislatura para ser juzgados en su momento por quienes los elegimos, es la recién aprobada ley orgánica de la UJED y la otra, que está por aprobarse, llamada por Emiliano Hernández Camargo: “La Constitución del siglo XXI”. El 2010 también pasará a la historia por los cambios vertiginosos que se dieron al interior de nuestra casa de estudios, cuando Rubén Calderón convirtió a la UJED en una especie de estado Vaticano. El artífice de este suceso fue el cada día más polémico Enrique Benítez Ojeda, del cual se comenta que el asegura que nació político y así se morirá, lo que no aclara es en cuál partido y en compañía de qué personajes- A raíz de lo que estamos recordando, hemos tenido una rectora y dos rectores, aunque se rumora que en un tiempo no lejano tendríamos otro más, por lo cual el señor rector Erasmo Návar, para evitar especulaciones, declaró hace unos días: “seré rector por seis años”. Más claro, ni el agua. “Haiga que hacer lo que se tenga que hacer”, la nueva Constitución será aprobada. Habérsela dejado a los diputados que están por llegar, se hubiera convertido en un riesgo posponerla, y usted ya sabe que lo que se pospone se cancela. Después de maratónicas discusiones, de reservas de artículos en lo particular, la nueva Constitución será aprobada con 24 votos a favor y 6 en contra y volveremos a preguntar, todo eso estará muy bien, ¿será lo correcto? Desde ahora, el PAN y el PT anuncian un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de la Nación. Dicen los diputados del PRI y sus aliados, que eso no les preocupa, porque puede suceder que la nueva Constitución sea aprobada dos veces: una en el congreso y otra en la Suprema Corte. ¿qué posibilidades tienen el PAN y el PT de ganar este recurso: Los expertos en amparo y derecho constitucional pueden sacarnos de la duda. No sabemos en qué terminará después esta situación. Por lo pronto, la democracia mayoritaria se impondrá por millonésima vez en el congreso local y ya sabemos que palo dado ni Dios lo quita. Siguiendo con el tema, leemos en los medios que dicha constitución tendrá vigencia por los próximos 50 años. ¿Significa eso que en esa fecha tendremos otra con miras al siglo XXII? ¿En ese tiempo estarán las cosas como al día de hoy? Por supuesto que en el futuro tendremos mucho que comentar, sobre todo cuando la sociedad esté bien informada de lo que se votó en el congreso. Por lo pronto, vale la pena comentar lo siguiente: La reducción de 30 a 25 diputados, de entrada suena muy bien, sin embargo, en opinión de muchos, es que el asunto de los diputados no es cuestión de cantidad, sino de calidad, sin embargo, la realidad es que los diputados, en la actualidad producen muy poco, y eso es de lo que se trata y aunque “trabajen” todo el año como está previsto, no habrá mucho resultado. Si en el 2016 tenemos en el congreso 25 o 20 diputados, en el fondo todo será lo mismo. Seguirá vigente la democracia mayoritaria y la oposición sólo estará de adorno y cobrando sus quincenas. Los diputados de la actual legislatura tienen en sus manos los destinos del pueblo de Durango, votar es el acto más sencillo, lo que no lo es si se hace por consigna. No se les olvide a nuestros flamantes legisladores que no ha nacido el político que se salve del juicio de la historia.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.