viernes, 5 de abril de 2013

Las intercampañas o el silencio de los inocentes

La ley es muy clara: todos los partidos políticos tienen la obligación de retirar toda la propaganda política de sus precandidatos, ya sea espectaculares o las pintas en bardas y el plazo termina el 21 de abril. Si eso se cumple, estaremos 45 días sin ver las gigantescas fotografías de los que aspiran a sacrificarse por Durango. Por cierto, en algunos no han pasado los años, unos cuarentones parecen de 20, pelo y bigotes de un negro azabache, que ya la quisieran para un comercial de conocido producto que “elimina” las canas. Por supuesto, extrañaremos la propaganda que vemos en todos los rumbos de la ciudad, donde una alianza promete crecer y mover hasta las montañas, otra que afirma que ya es tiempo de que vayamos por la dignidad de Durango y los que se fueron por la libre nos recuerdan que nunca se han ido, que siempre han estado con nosotros. Esto puede suceder si los partidos y sus respectivos precandidatos cumplen al pie de la letra lo que mandata la ley electoral: cero propaganda política, ¿usted cree que la respetarán?, ¿les damos, por millonésima vez, el beneficio de la duda? Todos los partidos, sin duda, se van a esperar hasta el último minuto para dar cumplimiento a la ley electoral. Así que no le sorprenda que el día 22 de abril veamos un espectacular o barda de algún partido o candidato que se le “olvidó” quitar su propaganda. Otra cosa que podemos ver, para que no sea sorpresa, es a algún candidato quitando la propaganda que traen muchos carros particulares y taxis, o que regrese a la casa de los militantes de su partido, donde también hay propaganda en puertas y ventanas, la cual, por supuesto, ahí la seguiremos viendo. El periodo intercampañas también prohíbe que los precandidatos realicen mítines, reuniones públicas, que pidan el voto a su favor o que pidan que voten en contra de tal o cual partido o candidato. Porque la ley establece que sólo podrán tener actividades al interior de sus partidos. Lo que sí les concede dicha ley es que, en uso de libertad de expresión, puedan hablar de problemas estatales, nacionales y, ya encarrerado el gato, también de problemas internacionales. Si usted ve a algunos de los precandidatos en algún café, restaurante, antro, club social o cosa que se le parezca, por favor, no piense usted que están violando la ley. Andarán como simples ciudadanos, al estilo de José Rosas Aispuro, saludando mesa por mesa, pero, no se preocupe, serán incapaces de pedirle su voto: sólo con una breve sugerencia lo harán y asunto arreglado. ¿Por qué los precandidatos y los partidos violarán la ley electoral de un momento a otro? Muy sencillo: no les pasará nada. Cuando mucho, una sanción administrativa o una multa. Muchos de nosotros no sabemos si la ley electoral contempla que si algún partido o pre candidato incurre en la violación de dicha ley, pueda perder su registro. Los llamados que les hacen las instancias electorales como el IEPC resultan como el refrán popular “por una les entra y por otra les sale”. Sucede que los mexicanos no tenemos la cultura de respetar la ley, no siquiera aquellos que juran la Constitución y las leyes que de ella emanan, para muestra basta un botón: existe una ley donde se obliga a los funcionarios públicos a presentar su declaración patrimonial, recientemente, Enrique Peña Nieto la presentó, entre otras cosas, obras de arte, joyas, casas, departamentos un “terreno” de 57 hectáreas, pero todas ellas son herencias y regalos. Omitió decir cuánto cuesta todo eso, pero Peña Nieto tiene razón: cuando tomó protesta para asumir el cargo de Presidente de México, tal vez usted recordará que juró respetar la Constitución ya las leyes que de ella emanen, pero nunca se refirió a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Algo parecido le sucedió a Barack Obama cuando juró por primera vez como Presidente de los Estados Unidos. Algo faltó y tuvo que jurar otro día en la Casa Blanca, pero aquí, estamos en México En el periodo de las precampañas, todos los partidos y sus candidatos violaron la ley electoral, unos más que otros, pero todos incurrieron en esta conducta. La ley dice que sólo se puede estar con la militancia o en sus casas. Así no fueron las cosas: los más importantes cruceros de la ciudad fueron testigo de ello. Un precandidato hasta se dio el lujo de desayunar en la casa de un militante de abolengo de otro partido, lo grabó y lo presentó en una entrevista de un canal de televisión local. ¿Verdad que sí vivimos en un Estado de Derecho y nada ni nadie sobre la ley?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Datos personales

Mi foto
Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.