Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 23 de diciembre de 2012
Un réquiem para Discos Pepe y para Discos Plaza
¿Quién podrá sepultar al capitalismo salvaje y a la globalización?, ¿La utopía?, ¿Recuperaremos en corto plazo la callada y tranquila Ciudad Colonial, la del corrido de Miguel Ángel Gallardo, con la historia? La Caverna, la novela del escritor portugués y premio Nobel de Literatura, José Saramago, nos narra, en una hermosa historia de amor, al mismo tiempo el otro rostro: el desamor, el precio que estamos pagando por las políticas neoliberales y globalizadora, que en aras del progreso y la tecnología, nos van dejando, conforme pasa el tiempo, con sólo recuerdos de lo que fuimos, condenados al olvido. Por ejemplo, olvidar que, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde hoy se encuentra la Plancha del Zócalo o el Palacio Nacional, la Basílica Catedral Menor, o donde hoy despacha Miguel Ángel Mancera, quedó sepultada para siempre la obra más grande del imperio azteca: El Templo Mayor, Tenochtitlán, la hermosa ciudad que cautivó a los españoles, pero pudo más la espada y la cruz que todo aquel esplendor.
Alguien dijo una vez que no podemos andar por estas calles de Dios sin saber quiénes somos. El Cerro de los Remedios no siempre fue como hoy lo vemos, convertido en una zona residencial. El Cerro del Mercado, tampoco, los empresarios regiomontanos se llevaron el cerro y sólo nos dejaron el mercado. Lo mismo sucede con la esquina de 20 de Noviembre y Pasteur. Ya no volverá a ser la misma, al menos sin Discos Pepe, que desde los años 60’s tuvo 2 dueños, primero, Salvador Rodríguez Remy, el segundo, Pepe Ramírez y hasta el final, sus hijos. Rodríguez Remy fue dueño de varios negocios, entre otros, de Discos Pepe, El Tizonazo, La Pequeña y los famosos Discos Plaza. A estos dos pequeños empresarios, Salvador y Pepe, los alcanzó el destino y los quebró la piratería. También contribuyó a eso la tecnología del internet, una de las maravillas que ha llevado a la ruina a miles de familias dedicadas a la venta del disco, pero no crea usted que todos los que se dedican a esta industria están en bancarrota, unas cuantas marcas son las que controlan toda este negocio. Estas empresas están todas relacionadas entre sí. La globalización no tiene fronteras, sólo tiene un límite: que el mundo esté sólo en unas cuantas manos.
Claro que la catedral del disco, conocida como Discos Pepe, será un día materia para el historiador Javier Guerrero, o quien sea el cronista de la ciudad de Durango. El réquiem para Discos Plaza y Discos Pepe sólo es emblemático para un día recordar qué es y lo que nos deja la globalización. No cabe duda que muchos Salvadores Rodríguez Remy y Pepes Ramírez fueron, en principio, las víctimas directas de la piratería, esto se lo damos como un dato: Después de las drogas, es el que más deja recursos financieros a quienes lo controlan, más increíble resulta que estén involucradas las mismas compañías disqueras que manejan este negocio, de lo contrario, no nos explicamos que usted encuentre en el metro de la Ciudad de México un disco de Luis Miguel con un costo de 10 pesos, y más aun, meses antes de que lo presente dicho artista. Hoy, tenemos en México leyes que condenan a secuestradores, leyes que criminalizan la protesta social, pero no existe una ley que castigue la piratería, como consecuencia, no se les paga a los intérpretes y compositores su obra intelectual, por donde quiera vemos libros pirata, lo mismo que películas, ropa y hasta cigarros, para decirlo con todas sus letras: México es el paraíso de la piratería y lo será hasta el día que deje de ser negocio de unos cuantos.
¿A cuántos negocios más como los de Salvador y Pepe les dedicamos el réquiem de Mozart? No hay que permitir que la modernidad sea la tumba de lo que fuimos, hay que decirle sí al progreso, pero que esto no nos lleve al abismo, hay que luchar para que un día le toquemos un réquiem a la globalización y al neoliberalismo económico. Si para ello fallan la democracia o el socialismo social-demócrata, entonces nos queda un recurso, la utopía o lo que sea necesario.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seguidores
Datos personales

- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario