domingo, 16 de diciembre de 2012

La reforma educativa, el pretexto, el objetivo: Acabar con la maestra

Los hombres del poder olvidan, pero no perdonan. Esa parece ser hoy la premisa que se le está aplicando a la profesora Elba Esther Gordillo, quien durante muchos años ha manejado el que quizá sea el sindicato más grande de América Latina, algo así como 1 millón 600 mil maestros. ¿Quién era Elba Esther antes de Carlos Salinas de Gortari? Nadie. Precisamente, el camino de la gloria y el poder de la maestra de Chiapas, se puede decir que fue el efecto colateral del megafraude de Salinas de Gortari en el 88’ para legitimarse, cuando Joaquín Hernández, “La Quina”, ya preso pierde el control del sindicato petrolero y Carlos Jongitud Barrios es invitado cortésmente a dejarle el sindicato de los maestros a Elba Esther Gordillo, hoy, dice el nuevo secretario de educación que el Estado mexicano, con la reforma educativa recobrará la rectoría sobre la educación en México. Entonces: ¿desde cuándo la perdieron, que ni cuenta nos dimos? Quizá, pudo ser desde hace 40 años con Luis Echeverría Álvarez, en los años 70’, donde se inicia Carlos Jongitud Barrios, pasando por los sexenios de José López Portillo y Miguel de la Madrid. Llega Carlos Salinas y de ahí en adelante, Elba Esther conoció la gloria. Se mantuvo como líder del SNTE con el ya mencionado Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón y mientras son peras o son manzanas, ya comenzó el otro con Enrique Peña Nieto. No recordamos, al menos en la historia reciente de México, una mujer tan poderosa como la señora Gordillo, ni siquiera lo fue Martha Sahagún, que una vez soñó con ser la Evita Perón mexicana. Sin el PRI y el sistema político mexicano no podríamos explicarnos fenómenos como el llamado Elba Esther Gordillo. Durante 70 años, el PRIgobierno fabricó y consintió líderes para sostenerse en el poder. La premisa era: Tú dame el poder político y yo te doy el de los sindicatos, junto con sus privilegios. Con la pasada reforma electoral el PRI perdió la oportunidad histórica de hacerlo, de lo contrario, no nos explicamos por qué Romero Deschamps sigue manejando el sindicato petrolero y al mismo tiempo es senador de la república. El caso de Elba Esther es distinto. Terminó siendo amiga de Vicente y Martha, rompió con Madrazo y con Emilio Chuayffet, se fue del PRI, fundó su partido, se hizo inmensamente rica y poderosa, y, por supuesto, la cereza del pastel: Hizo presidente de la república a Felipe Calderón. Pero como el poder no es eterno y nunca lo será, la maestra, que ha vivido en las nubes muchos años, nunca escuchó con atención la canción de Cuco Sánchez: “La vida es la ruleta en la que apostamos todos y a ti te había tocado nomás la de ganar” En política, tarde o temprano se cobran facturas y se pagan favores. Hoy, el PRI regresa rejuvenecido y escogió muy bien a qué personaje poderoso utilizar para enviar mensajes a los líderes que se sienten intocables y vitalicios, quién mejor que la maestra y quién mejor para hacerlo que Emilio Chuayffet, por aquello de que un clavo saca a otro clavo o pa’ los toros del jaral, los caballos de allá mismo. Lo paradójico es lo siguiente: Muchas cosas que hoy plantea la reforma educativa, aseguran Elba Esther y los voceros del SNTE, que desde hace muchos años ellos ya la habían puesto en práctica. Por ejemplo, escuelas de tiempo completo, capacitación a los docentes, exámenes de oposición, entre otras cosas, pero con todo y eso, no es la reforma educativa a fondo que tanto necesita el país. No se trata de que te quites tú para llegar yo. Hasta donde sabemos, de acuerdo a la Constitución, es el Estado al que le corresponde el manejo de la educación. Si hoy acusan al SNTE de que ellos son los que manejan la distribución de las plazas, que han hecho ley y costumbre para que sean hereditarias. Entonces, que se nos explique por qué el Estado lo ha permitido tanto tiempo, ¿por qué van sobre Elba Esther Gordillo y no sobre Carlos Romero Deschamps?, ¿Cuál es la diferencia? Por supuesto que los mexicanos no pedimos, exigimos una profunda reforma educativa, no es posible que hoy estemos calificados muy mal por organismos internacionales. No queremos que nuestros impuestos se sigan yendo a la basura o a las cuentas bancarias de los líderes, por supuesto que queremos escuelas de primer mundo, alumnos de primer nivel, maestros de primera clase, todos anhelamos que un día nuestros estudiantes, cuando egresen de bachillerato hablen tres idiomas, por supuesto que queremos ver el día en que a la UNAM no sólo entren a estudiar 11 mil jóvenes de los más de 100 mil que presentan su examen. Deseamos que la reforma educativa les exija a los maestros superarse, pero también que les paguen sueldos como en Japón. Qué bueno que el Estado recupere el tiempo perdido en los asuntos de la educación, pero no queremos que caiga en la tentación de ser juez y parte. Al César, lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios. Cuando el PAN sacó al PRI de Los Pinos, todos lo daban por muerto, y ya ve lo que pasó, ¿Fue suficiente el golpe que le dieron a Elba Esther para acabar con ella? ¿Usted qué opina?

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.