Dice el refrán: palo dado, ni Dios lo quita. El presidente municipal José Ramón Enríquez Herrera pasó de ser el ave de las tempestades a un torbellino político, lo cual tiene sus riesgos. Por lo pronto, por estarle apostando todo a Rafael Moreno Valle, le podría salir más caro el caldo que las albóndigas. Si el oftalmólogo no aclara que es cierto o no, de manera convincente y no solo en declaraciones mediáticas que la CONAMM lo desconoció como presidente de ese organismo nacional de municipios, en el pecado llevará la penitencia. Y eso es muy sencillo. Enríquez Herrera debería exigirle a la CONAMM que públicamente se retracte, que diga que él sigue siendo su presidente, y que no lo hagan solo en las redes sociales o José Ramón, si es aún presidente como el afirma, que los convoque, y así reunidos a nivel nacional se disipe la duda que hoy anda de boca en boca.
De acuerdo a lo que se pudo saber de este tema en medios nacionales, la CONAMM desconoció al presidente municipal por haber ejercido su derecho ciudadano de apoyar públicamente a Moreno Valle. El desconocimiento en mención proviene de los integrantes de la Asociación Nacional de alcaldes, ANAC, y de la Federación Nacional de Municipios de México, FENAM, a quienes juntas se les conoce como la Conferencia Nacional de Municipios, la CONAMM. Si bien es cierto que todos los ciudadanos tenemos derechos, no es lo mismo Chana que Feliciana. ¿Usted se imagina a Jaime Mijares, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, declarando que apoya a x candidata a senadora o candidato a senador?, ¿cuál sería la reacción del organismo empresarial?, ¿lo desconocerían como su presidente? No es ético ni moral confundir los intereses políticos que hay en la lucha por la presidencia de 2018 con los derechos políticos ciudadanos que tenemos en la Constitución. Esa es otra historia.
Si a nivel local el presidente municipal de manera legítima busca ser senador por Durango, para que desde esa trinchera si se le cumple el sueño de que Moreno Valle convierta en el próximo presidente de la república, él en secretario de estado y desde esa trinchera aspire a ser candidato de la presidencia de la república, eso nos parece muy bien, después de todo, Durango ya se merece otro presidente de México. Ya ve cómo le ha cumplido a la sociedad sus promesas de campaña, comenzando por los baches, y cuando al principio de su administración anunció que todos los hogares del municipio tendríamos en nuestras tomas agua potable para consumo humano en solo ocho semanas, de la misma calidad a la que consumimos de dos famosas marcas. Seguiremos en espera, todo apunta a que los ciudadanos por millonésima vez seguiremos esperando que los políticos cumplan con sus promesas de campaña. Como la ley les permite andar de chapulines, perdón, una disculpa, ahora se le conoce como andar de trinchera en trinchera para sacrificarse por Durango y por México en la búsqueda del poder. Tienen derecho también a perseguir sus sueños, al fin y al cabo, soñar no cuesta nada.
Como todos sus amigos que están en la nómina y colaboradores del todavía presidente municipal, los que ya le dicen señor senador, le entraron a la disputa por la presidencia municipal. No les vendrían mal unos meses de vino y rosas, poder, un buen sueldo, algunos negocios y, ¿por qué no? buscar la reelección, por ese motivo todos quieren que Enríquez
Herrera se convierta en senador. En su momento, la decisión será legal y política. En Las Vegas ya se están aceptando las apuestas: o lo nombra José Ramón Enríquez o lo decide el Congreso del Estado, que tiene vela en ese entierro y facultades. Ya muchos dan por hecho que sería Claudia Hernández, pero al parecer está impedida por la ley orgánica del municipio. La síndico, el suplente y los regidores no tienen ese problema. Se menciona mucho también a Alejandro Mojica, el primer regidor, otra de las supuestas cartas del doctor Enríquez. Si así sucede, la ganadora de esta carambola sería la presidenta municipal de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale.
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