Hasta 1946, en México existían las candidaturas independientes para contender a un puesto de elección popular. No había restricciones legales, cualquier ciudadano con derechos podía participar en este tipo de procesos. Tiempo después, la Ley le dio facultades a los partidos políticos para que solo ellos pudieran postular a sus militantes a un puesto de elección popular. Así comenzó la carrera que con el tiempo se convirtió en la partidocracia, que hoy se siguen creyendo los dueños y con derecho para nombrar candidatos a presidentes municipales, diputados locales, federales, senadores, gobernadores y a presidente de la República. En ese largo camino el PRI se convirtió en un partido de Estado que decidía quién podía ser o aspirar a un puesto de elección popular y terminaron cubriendo al país con los colores de la bandera nacional.
Como dice la letra de una canción, nada es eterno en el mundo y eso le sucedió al partido que fundó Elías Calles. Es gracias a Jorge Castañeda Gutman que hoy existen de nuevo las famosas candidaturas independientes. La autoridad electoral le impidió participar en 2006 a Jorge Castañeda como candidato independiente a la presidencia de la República, este interpuso recurso de amparo ante un juez de distrito, reclamando que se había violado el artículo 35 de la Constitución. El amparo fue declarado improcedente, Castañeda Gutman siguió su lucha jurídica hasta que llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual confirmó la sentencia en contra de Jorge, con el argumento de que solo los partidos políticos podían designar candidatos a puestos de elección popular.
Agotados los recursos en nuestro país, el diplomático acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y esta la envió a la Corte Interamericana, la Corte Interamericana de Derechos Humanos consideró que se habían violado varios artículos de la Convención y el 2 de septiembre de 2008 la Corte le dio la razón a Castañeda Gutman y obligó al Estado mexicano a reconocer el derecho de los ciudadanos para participar en procesos electorales, aunque no fueran militantes de partido político alguno.
Este giro de 180° es el motivo por el cual llegamos a los candidatos independientes, que hoy le están dando vuelo a la hilacha, con muy pocas posibilidades de convertirse en representantes populares. Sería imposible en este artículo abarcar este tema tan extenso y complejo. Por ello solo mencionaremos algunos puntos. Es obligado hablar, en primer lugar, de aquellos ciudadanos que aspiran a convertirse en presidente de México. Usted ya lo sabe: fueron más de 70 personas las que acudieron al INE para inscribirse con tal fin. El mismo Instituto Nacional Electoral se encargará, llegado el momento, de decir quiénes cumplen con los requisitos para quedar oficialmente registrados, y de todos estos el más importante son las casi 900 mil firmas que se requieren. Mucho tememos que al final las candidaturas independientes resulten ser puro atole con el dedo para que todo quede igual. No existen en nuestro país las condiciones para que un candidato independiente se convierta en presidente de México. Estas candidaturas tienen más candados que la puerta negra. Quienes legislaron en la materia lo hicieron para taparle el ojo al macho y para que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se dé cuenta que en México se respetan el derecho humano a votar y ser votado y los derechos políticos de los ciudadanos.
No sabemos en qué termine la pachanga de los candidatos independientes, ignoramos también cuántos de esa cantidad original quedarán registrados como candidatos. Apostamos que serán menos de 10. ¿Logrará la candidata de los zapatistas juntar 900 mil votos?, ¿tendrán los zapatistas los recursos suficientes para ello? Con Margarita Zavala no tenemos la menor duda: ella logrará incluso sobrepasar esa cantidad, porque no le faltará algún partido político que le solucione el problema. Fernando Ríos Piter anda por las mismas. El ya no tan famoso “Bronco” es también un candidato que resolverá ese problema, tiene recursos y podrá comprar las firmas. El maestro Pedro Kumamoto, que cada día se pierde más en los laberintos de la política jaliciense, aspira a ser candidato independiente a senador, será otro que no tenga problemas para recabar las firmas y registrarse, con el apoyo de Enrique Alfaro, presidente municipal de Guadalajara, logrará rebasar el número de firmas para su registro. Sin lugar a dudas, será candidato a senador por Jalisco, solo habrá que recordarle al joven Kumamoto que no es lo mismo el distrito de Zapopan que todo el estado.
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