viernes, 27 de enero de 2017

Los muros que vienen: uno para México y otro para AMLO


Porque eso significa enfrentar un muro de piedra y entender que ese muro no cederá ante ninguna de nuestras súplicas
-Czeslaw Milosz
La política exterior del Estado mexicano quedó para el México de nuestros recuerdos. Cuando Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos, la OEA, allá por los años 60’s, México fue el único que se opuso a que fuera echada de esta Organización. El gobierno cubano nunca olvidó ese gesto de la diplomacia mexicana, porque el gobierno mexicano se opuso a aceptar las órdenes que se dieron desde la Casa Blanca para expulsar a Cuba de la OEA. Hoy son otros tiempos, vivimos en un mundo globalizado, unos cuantos países ricos y el resto lleno de pobres. Una vez dijo Porfirio Díaz: pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. Si viviera el dictador tal vez nos diría: “se los dije”. Somos vecinos del país más poderoso del mundo y nunca hemos podido sacar ventaja de ello, estamos condenados a ser el eterno David frente a Goliat, y la piedra para derribarlo nunca la hemos encontrado en nuestro camino.

Las circunstancias derivadas del resultado de las elecciones en Estados Unidos nos han venido a recordar lo débiles que somos frente al Imperio, aunque nos desgarremos las vestiduras con un falso discurso nacionalista disfrazado de intenciones electorales, con frases patrioteras de los políticos y sus respectivos partidos. ¿Cómo hacerle frente al hombre más poderoso y peligroso del mundo,
Donald Trump?, ¿con un presidente en tal desprestigio y a quien nadie respeta? No existe en la clase política mexicana actual un líder con las condiciones para que pueda unir al pueblo de México en torno a su figura, para encabezar una lucha contra el presidente de Estados Unidos. México desafió a las empresas petroleras norteamericanas cuando Lázaro Cárdenas les expropió el petróleo, porque el General Cárdenas del Río tenía calidad política y moral para unir a una nación. Hoy los políticos se disputan al país en cada elección, están en competencia para ver quién entra al récord Guinness como el más corrupto y más ratero, ¿quién puede dejar a un hermano, una prima o un primo de gobernadora o gobernador en algún estado de la república, o de perdido a su delfín? Tal vez el muro que construya Trump para cerrar la frontera lo acabemos pagando los mexicanos, ojo, el pueblo, no los gobernantes, o tal vez la solución esté en el chiste que le hacían a Luis Echeverría: “hay que declararle la guerra a Estados Unidos, y si la perdemos nos harán resurgir, como lo hicieron con Alemania y Japón, que hoy son países de primer mundo” ¡Qué cosas tiene la vida, Mariana! Tal vez sea la sociedad norteamericana la que le pudiera impedir a Trump la construcción del muro. Como nos diría Jaime Maussan: aunque usted no lo crea.

Hay de muros a muros, el que Trump piensa construir en la frontera con México, y el otro es el que el PRI y el PAN le están construyendo en el estado de México a Andrés Manuel López Obrador para que no llegue a Los Pinos. Y ya empezaron con la frase que recorre el país: cualquiera, Margarita Zavala, Miguel Osorio Chong, Ricardo Anaya, Aurelio Nuño, José Antonio Meade o Luis Videgaray, cualquiera de ellos, del partido que sea, menos López Obrador. Nadie duda que el
PRI y el PAN ya hicieron una alianza de facto para enfrentar a Delfina Gómez, la candidata de MORENA, es decir, la candidata de AMLO.

Netzahualcóyotl es uno de los municipios más grandes del país, ahí están varios millones de votos de los doce que podrían votar en el Estado de México. En este momento, de acuerdo a las más recientes encuestas, MORENA va en primer lugar, el PAN en el segundo y el PRI en el tercero. Si este escenario fuera cierto, el PAN por su lado y el PRI por el suyo no le ganarían a MROENA, necesitan ir juntos y hacer la alianza que se hará o ya se hizo desde Los Pinos, como diría Álvaro Delgado: un amasiato. Pero aún juntos el PRI y el PAN están en riesgo, por mal que le fuera en las elecciones a MORENA, quedará en segundo lugar, y ya lo verá: la elección va a ser muy cerrada, y la consecuencia sería la crónica de una victoria anunciada de Andrés Manuel López Obrador para la presidencia de México.

No somos Walter Mercado o el ingeniero Florencio Rodríguez para hacer un pronóstico de lo que pueda pasar con el muro y Donald Trump, el mensaje del magnate convertido en presidente del vecino país es de políticas proteccionistas y aislacionistas, lo que podría dar un giro de 180° a la economía mundial. Sin embargo, en Estados Unidos sí hay contrapesos, su sistema legal puede poner en aprietos a Trump, allá si caen gobernadores o senadores por el más mínimo escándalo. Cayó, no se nos olvide, Richard Nixon. Es más fácil que López Obrador derribe el muro que le han hecho el PRI y el PAN que Peña Nieto y sus gurús impidan que México siga siendo el patio trasero de Estados Unidos, como siempre nos han visto.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.