Bienvenido
2017: te quiero contento y te quiero feliz
ÁLVARO SANJUÁN
“Hijo mío, la felicidad está
hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña
fortuna…”
-Groucho Marx
¡Feliz Año Nuevo a todos
nuestros lectores!
Para Durango y para el país este
año que comienza no será de vino y rosas. Poco a poco a los gobernantes México
se les escapa de las manos, y no será con frases retóricas y demagógicas que
los ciudadanos de Durango y la República estaremos como nos quieren los
políticos: felices y contentos. Si hay algo que se acerca a la felicidad de la
sociedad sería su bienestar, como están hoy las cosas, con las clases medias
cada vez más cerca de la pobreza, los pobres cada día más pobres y los ricos
cada vez más ricos, se ve lejano el día en que los mexicanos logremos los niveles
de felicidad de estos últimos, que solo nos lo desean de dientes para afuera la
flamante clase política mexicana, porque ellos piensan, como aquel comercial
que veíamos en el Canal de las Estrellas: “ven a mi casa esta navidad”, pero,
¿y el resto del año? Más bien, en
nuestra entidad y en el resto del país hay un malestar social por el precio de
las gasolinas, aunque el Secretario de Hacienda declare que con el alza de los
combustibles y la electricidad no habrá inflación, ni Obama se lo cree.
Solo para poner un ejemplo, en el
estado de Nuevo León ya se anunció el aumento al transporte público, y la línea
de autobuses foráneos, el 8% en el costo para viajar. Lo más grave: la canasta
básica, de acuerdo a los expertos, costará más en los primeros días del año y
como recién declaró el presidente nacional de los expendedores de gasolina,
tendrían que pasar cinco años para que el precio de la gasolina baje. Hace unos
días en medios nacionales se comentó que en el presupuesto de ingresos había un
déficit de 131 mil millones de pesos y que la única forma de resolver el
problema sería aumentando los impuestos. Esto en realidad no debería
sorprendernos, históricamente el déficit presupuestal lo resuelven con
políticas recaudatorias, en el fondo pagamos la corrupción cínica y perversa de
políticos como Javier Duarte, Humberto Moreira, César Duarte y Rodrigo Medina,
por mencionar solo a algunos.
Los políticos piensan que con su
frase nos pueden engañar y pasar a la inmortalidad y, de paso, con ello
subirnos a los cuernos de la prometida felicidad. ¿Qué le parecen aquellas famosas frases de
nuestros políticos, que serían buenas hasta para un epitafio? Por ejemplo:
“defenderé el peso como un perro; “los mexicanos debemos prepararnos para
administrar la abundancia”; la no menos célebre “no se hagan bolas, el
candidato es Luis Donaldo”; o “hacia una sociedad igualitaria” y; “la
revolución moral de la sociedad”. También nuestros políticos locales, aunque de
manera modesta, con sus frases han sido candidatos al récord Guinness: “hacia
la grandeza”, “tenlo por seguro”, “quien no conoce la historia está condenado a
repetirla”, “Durango con valores para crecer” o “para que nada te falte”…
Mención aparte y especial merecen
las frases del Dr José Ramón Enríquez Herrera, su famoso eslogan de gobierno
municipal ciudadano, aunque con los colores azul, naranja y amarillo. Con los
que nos quiere decir que quien lo llevó al poder es la sociedad, que solo les
rentó los logos al PAN y el PRD. Las frases “Durango, te quiero contento” y
“Durango te quiero feliz”, tienen una alta dosis de solo buenos deseos por la
sencilla razón de que tan nobles sentimientos no le dan el poder a un político
para hacer realidad lo que dice, porque la política no es un acto de magia.
Las palabras y los deseos de los
políticos en esta época tan especial más bien nos parece que son cortinas de
humo navideño. Los ciudadanos respetan a los gobernantes que les dicen la
verdad, y no a aquellos que les quieren vender sueños y esperanza. Ustedes,
amigas y amigos, ¿están contentas o contentos y felices con la situación hoy en
Durango y el país? No solo de pan vive el hombre.
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