En días recientes, la directora del Instituto de Cultura del Estado, Socorro Soto Alanís, anunció con trompetas, bombos y platillos que por fin, después de varios años, el ICED dejará de pagar más de 100 mil pesos de renta mensual, porque ahora esta institución cultural despachará en el Museo Francisco Villa. La pregunta es: ¿se hizo lo correcto? Nos preguntamos esto porque para hacer del museo nacional en honor del General Francisco Villa en el Palacio de Zambrano se invirtieron más de 200 millones de recursos federales, y quedó muy claro que ese sería un museo, porque cubriría las normas y los requisitos que para ello se requieren. Por eso sorprende el anuncio de la directora de Cultura para que nos enteremos que se cambiarán a dicho museo. ¿Se hizo un estudio por expertos para avalar que el Museo se puede convertir también en oficinas de ese Instituto Cultural? Ahí podrían estar laborando alrededor de 80 trabajadores, a eso agréguele el tráfico de personas que irán todos los días, lo que sin duda puede causar algún daño al Museo, o al menos ese riesgo existe. A lo que nos ha llevado la crisis: tal vez un día nos enteremos de que el Instituto de Bellas Artes se va a llevar al Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.
Para que este anuncio quede registrado en la historia, formarán parte de la logística de la mudanza el Teatro Victoria, el Ricardo Castro y el Guillermo Ceniceros, que albergarán otras actividades del ICED. El Instituto de Cultura no tiene por qué andar pagando renta de casas que rayan en el gusto de la narcoestética, o improvisando museos y teatros. Para que quede más claro: su lugar es el Bicentenario. Hagamos otra vez un poco de historia: Desde los
tiempos de Ángel Sergio Guerrero Mier se le dio propiedad al Instituto de Cultura de los terrenos del exinternado Juana Villalobos, donde actualmente se encuentra ubicado el Bicentenario. Siendo director del ICED, Luis Ángel Martínez Diez le encargó al arquitecto Fernando Andrade Cancino elaborar el proyecto, para construir el complejo cultural más importante del norte del país el cual se conserva para aclarar dudas. Esa es la parte más importante de por qué se construyó en terrenos del ICED el Bicentenario, esa construcción faraónica que hoy es la sede del Poder Ejecutivo del estado. En este contexto, no se conoce si existe un decreto en el Congreso del Estado donde se diga que los terrenos del ICED pasaron a ser otra cosa de a lo que estaba destinado en su momento, ¿qué pasó? Despojaron al Instituto de Cultura de sus terrenos, el Bicentenario, por mucho tiempo, funcionó de día como despacho del gobierno en turno y de noche como salón de eventos para festejar desde un bautizo, una primera comunión, una boda, una quinceañera, cumpleaños y hasta divorcios.
En el tema de los terrenos del Instituto de Cultura, la comunidad artística y cultural, y la sociedad en general, espera una explicación a la que tenemos derecho. Por lo pronto hay que olvidarnos de la promesa de campaña, cuando se prometió que el Ejecutivo volvería a despachar en el Palacio de Zambrano: si es pasión, que se nos borre. Las desgracias no vienen solas, el déficit presupuestal de más de 200 mil millones de pesos que el gobierno nos está obligando a pagar. A eso agréguele los miles de millones de pesos que los diputados federales le recortaron al presupuesto de cultura y el efecto colateral llegó hasta el ICED. La misma directora anunció que en el tema de los dineros andamos con una mano atrás y otra adelante. El Instituto de Cultura se quedó sin lo que se conoce como
el “subsidio piso”, que en los hechos significa que el ICED no tendrá recursos para operar sus compromisos culturales en todo el estado. Aunque de manera oficial no se ha dado a conocer, está en riesgo el Festival Revueltas de este año, el que es, sin duda, el Festival cultural más importante de Durango. Para realizarlo se cuenta con más de 10 años de experiencia, con virtudes y defectos el equipo que encabeza Víctor Hugo Galván lo ha sacado adelante. Durante este tiempo, el funcionario cultural ha construido relaciones a nivel nacional y en varios países para traer a lo mejor de la cultura año con año. Pero ni Víctor Hugo Galván ni nadie puede hacer un festival sin recursos., porque como en todo, en la política cultural tampoco hay milagros.
Y sigue la mata dando: estamos a un paso de sufrir una parálisis cultural en el estado. Hay otras muchas actividades que ya forman parte del catálogo anual y posiblemente no se realicen Entre otros, la Muestra Nacional de Teatro, la Estatal, Concurso Nacionales de Ópera, de Guitarra, de Piano y otros más. No podemos dejar de mencionar el prestigiado Festival del Nuevo Cine Mexicano en Durango, donde se puede ver lo mejor de lo que es e presenta en Festivales como Morelia, Guadalajara o la Riviera Maya. Es una tristeza que la cultura pague los platos rotos para la corrupción de la clase gobernante, políticos y empresarios. Aunque estos últimos nos digan que son unas blancas palomitas y no han pecado ni con el pétalo de un moche. Hoy la comunidad cultural de Durango sueña con la Socorro Soto Alanís que conocimos, la que tomaba las calles, las plazas públicas apoyando a los zapatistas, a Javier Sicilia o a los 43 de Ayotzinapa. ¿Se quedará de brazos cruzados para decirnos que no habrá Festival Revueltas porque no hay recursos? No hay que preocuparse, hoy está de moda contestar: no hay dinero, hay que apretarnos el cinturón.
Pero sí hay dinero para pagar sueldos que junto a la pensión que reciben las máximas autoridades del ICED son enormes: ¿Cuál cambio? Impone el actual gober al Secretario Técnico, y éste a una "amiga" la Dirección de Programación, con muy buen sueldo. Pero a 4 meses del "cambio" aún no hay eventos programados, puras consultas que son atole con el dedo....y el tiempo pasa, y pasa....
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