En el PAN, ¿democracia o candidato de
unidad?
ÁLVARO SANJUÁN
“La política es tan emocionante como la guerra y no
menos peligrosa. En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas
veces”
-Winston Churchill
Las cúpulas del panismo local están “echando mano a sus
fierros como queriendo pelear” ¿La razón?: quién será la próxima presidenta o
presidente del Partido Acción Nacional. Pero todas y todos con la mira puesta
rumbo al 2018, tanto a nivel local como nacional. Como las palomitas blancas
vestidas de azul por mucho tiempo no le han abierto las puertas del partido a
muchos jóvenes, salvo excepciones, prácticamente veremos a los mismos grupos y
protagonistas disputándose la presidencia, la secretaría general, así como las
carteras de mayor peso político, tras esa fachada lo más importante: las
candidaturas a senador de la república o a una diputación federal, ya sea por
mayoría relativa o la proporcional. Esto es lo que en realidad está en juego.
Decía un viejo programa de radio: el mundo nunca duerme… y
los panistas locales tampoco. Ahora que son gobierno andan como niño con
juguete nuevo. Algunos de ellos antes del 5 de junio estaban en la tierra y
ahora viven en el cielo. En privado comentan que en los terrenos del ICED donde
está construido el bicentenario para que los saquen de ahí, como en una ocasión
dijo Winston Churchill, les costará “sangre, sudor y lágrimas”. Por eso desde
este momento se preparan para enviarle un mensaje a la sociedad de lo
democráticos y humanistas que son, siguiendo el ejemplo de Manuel Gómez Morín.
Ya los sabemos: en todos los partidos hay grupos de interés, unos son dirigidos
como si fuera una película y a otros en una obra de teatro. Entre los
principales protagonistas no podía faltar el diputado local Rodolfo Dorador,
que después de tomarse unas breves vacaciones regresa a lo suyo: la política. Y
si es como se dice que Rodolfo Elizondo Torres es su amarrador, entonces las
cosas se van a poner muy interesantes, porque también se comenta que el padrino
de Toño Ochoa es paisano de Guadalupe Victoria. Y si de medir fuerzas se trata,
no es lo mismo poner al secretario de turismo o a una hermana en el gabinete
municipal que nombrar, al próximo presidente del PAN.
El exitoso Juan Quiñones Ruiz, aunque ha sido un panista de
toda la vida, de vez en cuando le pide consejos a Plutarco Elías Calles para
seguir siendo el poder detrás del trono. Quizá por eso se la esté jugando con
Lorenzo Martínez Delgadillo. ¿Y qué hará el hoy jefe político y moral de los
panistas locales, se dedicará a mirar desde su despacho que los blanquiazules
se dividan más de lo que están? No creemos que eso suceda ni que piense, como
Ernesto Zedillo, mantener una sana distancia con el partido. Aunque parece
lejos, en política los sexenios son muy cortos y cuando menos se piense el 2022
estará a la vuelta de la esquina. Mucho tendrá que ver el rumbo que tome la
elección de la presidencia estatal del PAN y si todas y todos de los que se
mencionan ya están pensando en ser diputados y senadores, tal vez lo logren en
esta ocasión, pero si tienen planes para gobernar un largo tiempo más vale que
lo piensen dos veces, porque la política tampoco es días de vino y rosas.
Los panistas están obligados a ser democráticos como afirman
que son ¿Por qué no hacen una consulta a la base ya que su padrón lo permite?
La sociedad lo vería con buenos ojos y así habría piso parejo para todos,
comenzando con Jorge Salum del Palacio, que si bien no es perfecto sí tiene
calidad política y moral para dirigir su partido. A él le deben en mucho su
contribución para que ahora sean gobierno. Salum no tiene madrinas ni padrinos
¿Se impondrá como siempre el poder de Ricardo Anaya para nombrar al presidente
del PAN? Dejen a Toño Ochoa, Fito Dorador, Claudia Hernández, Paty Jiménez,
Lorenzo Martínez Delgadillo y a Jorge Salum que se vayan por la libre y que sea
la militancia panista quien decida el destino del PAN. Pero como alguien dijo:
allá ellos.
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