La disputa por el Poder Judicial
ÁLVARO
SANJUÁN
“Este mundo da vueltas y vueltas
tiene muchos caprichos la vida no se olviden que estando más alto duele más y
es peor la caída”
-Kiko Castro
Compositor
Seguramente cuando usted
nos haga el favor de leer este artículo, ya hubo humo blanco en el Congreso y
habrá nuevo Poder Judicial. Pero también puede ser posible que no haya habido
acuerdos, porque en política todo es posible. Desde el punto de vista de la
Constitución Política del Estado de Durango, no hay ningún problema; en el
artículo 108 párrafo tercero se establece que: “el titular del Poder Ejecutivo
propondrá al Congreso del Estado los candidatos para su aprobación, de cada
tres magistrados que propongan por lo menos uno deberá de ser de carrera judicial”
y en el artículo 110 se lee que para ser magistrado del Tribunal Superior de
Justicia se requiere: lo establecido en las fracciones I, II, III, IV, V, VI y
VII.
Sin embargo, una cosa es
lo que dice nuestra Constitución y otra la realidad política. No cabe duda: en
la actual Legislatura los días de vino y rosas son parte de la historia. Atrás
quedaron los días en los que el jefe del Ejecutivo proponía y el poder Legislativo
obedecía. “Haiga sido como haiga sido”, esta fue la primera prueba de fuego
para el gobernador José Rosas Aispuro. Por donde se vea, el problema es más
político que constitucional. Para que la victoria de la coalición PAN-PRD
hubiera sido perfecta, se requería tener mayoría en el Congreso. Esto no
sucedió, el PRI tiene mayoría junto con sus aliados, y que no le sorprenda que
este mayoriteo imponga sus condiciones. Desde un principio, en el asunto de los
magistrados se vio la mano de Aispuro con los nombres de Esteban Calderón
Rosas, Octaviano Tendón Arce y José de la Luz López Pescador y cualquiera de
ellos incluso puede quedar como presidente del Tribunal. Con méritos o sin
ellos, esa es otra historia.
¿Traerá la alternancia por
fin la independencia del Ejecutivo de los poderes Legislativo y Judicial? ¿Le
damos a la alternancia el beneficio de la duda? Cualquiera que haya sido el
resultado, la legalidad se vio rebasada por los intereses políticos que van
implícitos en el nombramiento de los magistrados. Quienes sean los favorecidos
con tan alta investidura serán, sin duda, producto de una negociación política.
Al parecer, de aquí en adelante este será el pan de cada día en la actual
Legislatura. Dicen que a Ricardo Pacheco Rodríguez no lo van a asustar con el
petate del muerto, aseguran sacará toda su experiencia legislativa para ser una
oposición de verdad, y no como las del pasado, entregadas al gobierno en turno.
Pero también, se afirma, estará abierto a las negociaciones para darle
gobernabilidad a Durango y si así es, todo en política es negociable, a menos
que por primera vez en nuestra historia tengamos separación real de poderes,
como así lo ha dicho el gobernador Rosas Aispuro.
Debe quedar claro: la
sociedad no votó por la alternancia para que personajes quieran cobrarse
agravios, rencores, revanchas y venganzas. El día de la toma de protesta del
gobernador, este mencionó: “quien la deba que la pague, pero se hará con la ley
en la mano. Soy abogado de profesión, conozco la ley y actuaré en consecuencia”.
Ya encarrerado el gato, tampoco la sociedad desea ver a Durango convertido en
un Coliseo romano o en la ley del Talión. Los duranguenses están cansados de
más de lo mismo, de los pleitos entre las elites que históricamente nos han
gobernado. Recuerden: no perdió el PRI, ni ganó el PAN o el PRD, la victoria
fue del pueblo y, por si fuera poco, para que lo hagan bien les vamos a pagar
sus salarios. En pocas palabras, mucha humildad y cero soberbias.
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