viernes, 23 de septiembre de 2016

La disputa por el Poder Judicial


La disputa por el Poder Judicial

ÁLVARO SANJUÁN

“Este mundo da vueltas y vueltas tiene muchos caprichos la vida no se olviden que estando más alto duele más y es peor la caída”

-Kiko Castro

Compositor

Seguramente cuando usted nos haga el favor de leer este artículo, ya hubo humo blanco en el Congreso y habrá nuevo Poder Judicial. Pero también puede ser posible que no haya habido acuerdos, porque en política todo es posible. Desde el punto de vista de la Constitución Política del Estado de Durango, no hay ningún problema; en el artículo 108 párrafo tercero se establece que: “el titular del Poder Ejecutivo propondrá al Congreso del Estado los candidatos para su aprobación, de cada tres magistrados que propongan por lo menos uno deberá de ser de carrera judicial” y en el artículo 110 se lee que para ser magistrado del Tribunal Superior de Justicia se requiere: lo establecido en las fracciones I, II, III, IV, V, VI y VII.

Sin embargo, una cosa es lo que dice nuestra Constitución y otra la realidad política. No cabe duda: en la actual Legislatura los días de vino y rosas son parte de la historia. Atrás quedaron los días en los que el jefe del Ejecutivo proponía y el poder Legislativo obedecía. “Haiga sido como haiga sido”, esta fue la primera prueba de fuego para el gobernador José Rosas Aispuro. Por donde se vea, el problema es más político que constitucional. Para que la victoria de la coalición PAN-PRD hubiera sido perfecta, se requería tener mayoría en el Congreso. Esto no sucedió, el PRI tiene mayoría junto con sus aliados, y que no le sorprenda que este mayoriteo imponga sus condiciones. Desde un principio, en el asunto de los magistrados se vio la mano de Aispuro con los nombres de Esteban Calderón Rosas, Octaviano Tendón Arce y José de la Luz López Pescador y cualquiera de ellos incluso puede quedar como presidente del Tribunal. Con méritos o sin ellos, esa es otra historia.

¿Traerá la alternancia por fin la independencia del Ejecutivo de los poderes Legislativo y Judicial? ¿Le damos a la alternancia el beneficio de la duda? Cualquiera que haya sido el resultado, la legalidad se vio rebasada por los intereses políticos que van implícitos en el nombramiento de los magistrados. Quienes sean los favorecidos con tan alta investidura serán, sin duda, producto de una negociación política. Al parecer, de aquí en adelante este será el pan de cada día en la actual Legislatura. Dicen que a Ricardo Pacheco Rodríguez no lo van a asustar con el petate del muerto, aseguran sacará toda su experiencia legislativa para ser una oposición de verdad, y no como las del pasado, entregadas al gobierno en turno. Pero también, se afirma, estará abierto a las negociaciones para darle gobernabilidad a Durango y si así es, todo en política es negociable, a menos que por primera vez en nuestra historia tengamos separación real de poderes, como así lo ha dicho el gobernador Rosas Aispuro.

Debe quedar claro: la sociedad no votó por la alternancia para que personajes quieran cobrarse agravios, rencores, revanchas y venganzas. El día de la toma de protesta del gobernador, este mencionó: “quien la deba que la pague, pero se hará con la ley en la mano. Soy abogado de profesión, conozco la ley y actuaré en consecuencia”. Ya encarrerado el gato, tampoco la sociedad desea ver a Durango convertido en un Coliseo romano o en la ley del Talión. Los duranguenses están cansados de más de lo mismo, de los pleitos entre las elites que históricamente nos han gobernado. Recuerden: no perdió el PRI, ni ganó el PAN o el PRD, la victoria fue del pueblo y, por si fuera poco, para que lo hagan bien les vamos a pagar sus salarios. En pocas palabras, mucha humildad y cero soberbias.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.