¿Hasta ahora los cenecistas sacan el
rebelde que siempre llevaron dentro?
ÁLVARO SANJUÁN
No cabe duda: el PRI necesitaba una sacudida para bajarlos de
la nube en la que andaban, como dijo Cornelio Reyna. O la frase de Simón Bolívar:
el arte de vencer se aprende de las derrotas. Primero fue el ONMPRI, las
mujeres del tricolor se rebelaron contra el autoritarismo disfrazado de
democracia. Si bien no se pudo hacer mucho, al menos mandaron un mensaje de que
en el futuro ya nada será igual, es decir no más imposiciones, vengan de donde
vengan. Sin autocrítica y democracia al interior de este partido, en el 2018 a
nivel nacional podrían estar mirando como el PRI sale por segunda vez de Los
Pinos, pero en esta ocasión será por un largo tiempo y no solo por unas vacaciones
como las que se tomaron dejando al PAN en la residencia oficial por doce años,
tiempo que a los mexicanos nos pareció un siglo.
En la CTM, las aguas no llegaron al río y, como dijo don
Teofilito; ni llegarán. Ya hubo acuerdos, Ricardo Pacheco Rodríguez se hará
cargo del relevo en su momento. El diputado cetemista será, sin duda, una de
las figuras más importantes del priísmo local en el futuro. Qué bueno que la
militancia de los sectores del tricolor se está volviendo rebeldes, ¿pero por
qué hasta ahora? ¿qué les faltaba antes? ¿otros cinco de junio? Hoy le tocó el
turno a la CNC. Hay un movimiento en contra de Carlos Matuk López de Nava para
que este deje la organización estatal. A estos inconformes de pronto les salió
el rebelde que han llevado dentro, se tardaron: nadie les cree. Si hubieran
mostrado su rebeldía en el momento de la llegada de Carlos Matuk, hasta les
hubieran aplaudido, porque esta hubiera sido dirigida a su jefe político, pero como
el miedo no anda en burro, le midieron el agua a los camotes y dejaron la
rebeldía para otro momento. Estos rebeldes, como alguien los definió, vivieron
87 años de rodillas y ahora pretenden luchar de pie.
La inconformidad de algunos cenecistas tiene más preguntas
que respuestas. Dejemos a un lado el hecho de no rebelarse al llegar Carlos
Matuk a la CNC, cuando era la oportunidad de hacerlo. Veamos: ¿Tienen calidad
moral para hacerlo? Mucho tememos que no. Como siempre sucede, siempre existe
la mano que mece la cuna ¿Quién de ellos puede tirar la primera piedra? Nadie.
En el fondo este tema es muy sencillo: antes del cinco de junio tenían un
General y había un Estado Mayor, ahora solo quedó el Estado Mayor, pero sin su
General de división y si ya no hay cabeza que los dirija, no les queda más que
pensar con los pies. La CNC local históricamente ha sido muy codiciada, de ella
han salido diputados locales, diputados federales, senadores y un gobernador.
Esa es la verdadera razón de la ‘rebelión’, para ello cualquier pretexto es
bueno, incluyendo la derrota del famoso domingo negro del mes de junio.
Los que encabezan esta inconformidad no son una perita en
dulce, ni tampoco les creemos que son redentores del siglo XXI para defender a
los campesinos. Lo que están haciendo tiene una lectura: que se vaya Matuk para
que llegue el que está meciendo la cuna y así en 2018 pueda ser candidato a
diputado federal. Los tiempos políticos en la CNC llegarán y vendrán
acompañados no solo de los estatutos, sino también de las circunstancias. Si
los inconformes quieren que haya democracia al interior del sector campesino,
entonces que consulten a las bases. Cuando esto suceda, hay mucha tela de donde
cortar: hay mujeres como Nancy Ríos o Coco Ramírez. Por el lado de los
caballeros, Miguel Astorga o Pedro Silerio, cenecista de toda la vida, que
podrían formar parte de una tercera vía para que así se acabe la ‘rebelión’ y
la mano que está meciendo la famosa cuna.
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