Para el PAN podría ser la última llamada

“Si la fotografía que se presente es difusa y le falta claridad, los votos se van a perder”
-Salvador Salum
A las recientes declaraciones de algunos expresidentes del Comité Estatal del PAN,  le faltaron las de del famoso  “Negro” Elizondo, que a la postre fue el gran ausente. Elizondo puede darse sus lujos y más, él está más allá del bien y el mal. No estamos muy seguros de que al Secretario de Turismo con Fox y Calderón  le  interese mucho lo que suceda en el PAN o en Durango y, aunque usted no lo crea, ni la política. Con los negocios que hizo con esta noble profesión se da por bien servido. A las palomitas blancas vestidas de azul se les puede acusar de muchas cosas, menos de tontos. Si los del partido de enfrente quieren seguir conservando el poder, ellos también lo quieren y saben que con José Rosas Aispuro lo podrían lograr, pero para ello necesitan una escalera grande y otra chiquita.

Por supuesto, la virtual candidatura de Aispuro no  está en duda ni en riesgo, quienes así lo vean sus razones tendrán. En cambio, lo que sí está es el voto de los panistas, sus simpatizantes  y el famoso corredor azul en caso de que José Ramón Enríquez sea candidato “ciudadano” a presidente municipal por el PAN. Los panistas no creen en la retórica de José Ramón Enríquez cuando dice que está “dispuesto a renunciar a sus privilegios partidarios para convertirse en candidato externo y ciudadano del PRD, con lo que coronaría su participación como el principal crítico del grupo en el poder”. El famoso oftalmólogo, inteligente, astuto y brillante como es, al único privilegio que no quiere renunciar es al de acompañar a Rosas Aispuro en su aventura por la gubernatura, y mientras esto sucede no se sorprenda usted de que su familia se quede cuidando sus privilegios en Movimiento Ciudadano. El argumento que pone en la mesa José Ramón es el de los votos que obtuvo en 2013: coincidencia o fatalidad, pero esos votos fueron los que le faltaron a Jorge Salum para haber sido presidente municipal.

Si los panistas en realidad quieren tener gobernador, deben dejar de hacer medias tazas y medios acuerdos, o pretender confundir la alternancia con atole con el dedo. El PRI funciona porque, bien o mal, tiene liderazgos, hay estrategas y estrategias, esa es la diferencia entre el tricolor y Acción Nacional. Los del PRI dicen que tienen temor de que José Ramón Enríquez sea el candidato. ¿No será que en el fondo el que verdaderamente les preocupa es Jorge Salum del Palacio? Eso no quiere decir que Jorge Salum sea un santo o que José Ramón sea el discípulo más sobresaliente de Nicolás Maquiavelo, no se trata de eso: cuando se cruza el pantano se corre el riesgo de mancharse. Lo que más importa es que el PAN tenga liderazgos, estrategas y estrategias para que apuntalen la candidatura del de Tamazula. Si la decisión que se tome de quién será el que acompañe a Aispuro está equivocada, lo que están haciendo es poner en riesgo la única oportunidad que tienen para despachar en el Bicentenario.

Muchos opinan que se le están pasando los tiempos a Rosas Aispuro para convertirse en un verdadero líder político del PAN. Para que esto suceda, deben tomar el acuerdo a la voz de ya para que el liderazgo de Aispuro sea legítimo. Rosas Aispuro Torres no podrá ganar solo por el hecho de ser un buen candidato. Si los del PRI van en unidad, lo mismo deben hacer los panistas. Si los del PRI lo están dando todo allá en La Laguna, deben hacer lo mismo también. No se les olvide, amigas y amigos, que allá se va a decidir la elección a gobernador.