domingo, 24 de enero de 2016

Acuerdo de partidos o los renglones torcidos de Dios


“Botín que no se reparte, se hace motín”
-Plutarco Elías Calles, fundador del PRI
En el ocaso de su dictadura, el General Porfirio Díaz en una entrevista que le hiciera un periodista norteamericano le dijo que México ya estaba preparado para la democracia. Desde entonces, los mexicanos hemos intentado ingresar al selecto club de las democracias europeas o, sin ir tan lejos, la de Costa Rica o la uruguaya. Como dice el refrán: “ojalá no nos vayamos a morir en el intento”. Hace algunos años, el escritor Mario Vargas Llosa conmocionó a la clase política mexicana cuando en un programa de televisión comentó que en México existía una “dictadura perfecta”, hubo quienes pidieron que se le aplicara al escritor el artículo 33 de la Constitución, que prohíbe a los extranjeros hablar de política interna. Claro, los que protestaron fueron los del PRI, porque fue a ellos a los que les quedó el saco. Sin embargo, en este país no pasa nada, nada sucedió. La frase de Vargas Llosa solo dio para el título de una famosa película que se filmó en Durango. 

En este momento, los dos partidos más importantes del estado, el PRI y el PAN, debido a las diputaciones  y a las presidencias municipales, se andan dando hasta con la cubeta todos contra todos, para ser regidor en cualquier municipio, aunque sea, que bien vale una misa. El PRI ya resolvió las candidaturas de Durango, Gómez Palacio y Lerdo. Los de Acción Nacional, son tantos los miles de militantes que no saben qué hacer. Pero estos dos partidos que disputarán la gubernatura del estado, lejos de practicar la democracia partidista, recurren a la “democracia” de las cúpulas: los acuerdos. Y háganle como quieran, parafraseando a Luis XIV, el partido soy yo. En este contexto, las palomitas blancas vestidas de azul tienen un problema grave que resolver, y nos referimos a la élite del Comité Ejecutivo estatal del PAN. José Ramón Enríquez Herrera se ha convertido en la manzana de la discordia, asunto que les podría traer resultados de pronóstico reservado. Por un lado el Dr. Enríquez  y Gonzalo son los dos político más astutos y audaces que tenemos; a  Gonzalo hay que reconocerle un mérito: logró conservar el registro nacional del PT con ayuda del “Gato” Adame y Jesús Salazar, pero esa es otra historia.

Lo que pretende José Ramón es muy sencillo: sabe que solo yendo junto con Rosas Aispuro tiene la única oportunidad de ser presidente municipal para hacer del municipio su trampolín político, y así intentar llegar en 2022 al Bicentenario. Si se va como candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia, solo podría obtener unos 15 mil votos y se requieren mínimo 80 mil votos para lograr ese objetivo. Ni yendo a bailar a Chalma los obtendría, si de veras José Ramón quisiera la alternancia que tanto pregona, si no va arriba en las encuestas debe dejarle libre el camino al puntero Jorge Salum del Palacio, para no dividir el voto del PAN o anularlo. En cambio, José Ramón sería un excelente candidato a un distrito urbano, podría ganar y así contribuir a la alternancia, y esta no se construye con caprichos o con decisiones cupulares. En el PRI de un momento a otro estarán listas las candidatas y los candidatos al resto de las presidencias y diputaciones locales. Y ya se dará cuenta usted: no serán las mejores candidatas ni los mejores perfiles, porque todas y todos saldrán de los acuerdos que tome ese partido. En aras de estos acuerdos, muchas y muchos, aunque tengan todo con qué ganar, se van a quedar en el camino, todo para dar paso a lo que hoy está de moda en el PRI: el cambio generacional, del cual hablaremos en su momento.

Comentaremos solo dos ejemplos de priístas de toda la vida que en ocasiones han llegado hasta el estoicismo por demostrar lealtad y disciplina a su partido. Los dos son cenecistas. En el sexto distrito todo hace suponer que Katy Mercado va en lugar de un candidato natural y ganador; el actual procurador agrario, Pedro Silerio. El PRI no debe privilegiar los acuerdos sacrificando a quienes tienen más posibilidades de obtener el triunfo. En el Distrito 14, el otro cenecista, Paco Ibarra, le garantiza el triunfo al tricolor. A propósito, en este distrito, el PRI a través de su sucursal preferida, el Partido Verde Ecologista quiere imponer como candidato a Gerardo Villarreal, ¿cómo le caerá a la militancia tal decisión? Resumiendo: los partidos toman acuerdos, designan candidatos, los ciudadanos votamos por ellos y por si fuera poco les pagamos sus campañas políticas. Como el programa de Chabelo: en familia. 

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.