viernes, 15 de enero de 2016

Los reacomodos del PRI y el efecto Manlio Fabio


Me quitaron los caminos, pero las veredas ¿cuándo?
-Refrán popular
Por increíble que parezca, por irónico o paradójico que suene, el colmillo político de Manlio Fabio Beltrones se reflejó al interior del PRI después del desenlace de la candidatura a la gubernatura. Al más puro estilo de José Fouché, la sombra del político sonorense se dejó sentir. En su momento, Beltrones tuvo mucho cuidado en no cargar los dados a favor de uno de los más cercanos a su círculo, el hoy presidente estatal del PRI, Ricardo Pacheco Rodríguez, cuando este figuró como serio aspirante a ser candidato del tricolor a la gubernatura del estado. Como Manlio Fabio tiene un doctorado en materia política al interior del Revolucionario Institucional, siempre tuvo un plan B para su amigo, y cuando se hizo oficial lo de Esteban Villegas se dijo: “me deben una, pero no voy a permitir que me deban dos”, en política amor con amor se paga.

“Ya que se fueron las nieves de enero”, echemos una mirada para ver cómo quedaron las “flores de mayo”. El efecto Beltrones también le alcanzó a Meño Herrera, el virtual candidato del PRI a la presidencia municipal de Durango. Manuel Herrera Ruiz sabía que no era el favorito del Bicentenario, por mucho que se la “debieran”, siempre estuvo consciente de que Héctor Vela Valenzuela y Otniel García Navarro le llevaban la delantera. Tampoco ignoraban que el jefe político del grupo del Mezquital estaba metiendo las manos por el hoy coordinador de la campaña de Esteban Villegas, Enrique Benítez Ojeda. Pero Meño desde hace algunos años se acercó a Manlio Fabio cuando estuvo en la CNOP, por eso hoy se sabe que la decisión se tomó en las oficinas de Insurgentes Norte de la capital del país. Como no le pudieron decir que no al presidente nacional del partido, Meño es hoy el candidato a la presidencia municipal, y Ricardo Pacheco Rodríguez el presidente estatal del PRI. Esa es la razón por la que no llegó Héctor Vela, que era el puntero, ni Otniel García Navarro, que era el candidato del más influyente personaje político del sexenio.

La inclusión de Enrique Benítez al equipo de Esteban Villegas como coordinador de su campaña es quizá lo único “químicamente puro” que pertenece al grupo del Mezquital. No sabemos de otro, como sería el caso de Adán Soria Ramírez, que al parecer no será protagonista en este escenario electoral, y a cambio de ello es probable que se integre al Comité Ejecutivo Nacional con una importante cartera. Esteban Villegas, aunque tiene sus propios operadores de lujo como es Valentín Aragón, con Ricardo Pacheco y Enrique Benítez puede estar tranquilo. Benítez y Pacheco son amigos, han vivido historias, se conocen, entre ellos existe química política. Pacheco Rodríguez tiene maestría y doctorado en los laberintos del poder a nivel nacional, es uno de los discípulos más destacados de Manlio Fabio; y Carlos Aceves, recién nombrado secretario general de la CTM, le guarda una especial amistad a Ricardo.  Sería bueno apuntar que ganarse el respeto y el reconocimiento de los que integran la élite del poder priísta en México, no es cosa sencilla, y Pacheco Rodríguez se ganó eso y más.

Pero no todo será un cuento de hadas para el presidente del PRI ni para el coordinador de la campaña de Esteban. Serán dos protagonistas quizás de la historia político-electoral que está por escribirse, y la más importante de los últimos años. José Rosas Aispuro Torres viene con todo, ganarle no será cosa sencilla, si no hay una diferencia de más del 5% entre Aispuro y Esteban, habrá problemas para definir la elección. Y ya sabemos: la historia la escriben los ganadores, Ricardo Pacheco y Enrique Benítez tienen la palabra.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.