viernes, 4 de septiembre de 2015

Los famosos OPLEs y sus prietitos en el arroz


“Hemos avanzado, pero no es la solución”
Una cosa es lo que se dice, y otra lo que se hace. Solo leyendo la novela El Gatopardo de Giuseppe di Lampedusa podríamos entender que en nuestro país todo cambia para que todo siga igual. Un ejemplo entre muchos sería el IFE, que con el tiempo no sirvió para nada, excepto para organizar elecciones y muchas de ellas cuestionadas en varios estados de la república, por lo que al final se resolvían en los órganos jurisdiccionales correspondientes. Por ello, después de todo esto lo único que nos dejó a los mexicanos ese monstruoso Instituto Federal Electoral son los miles de millones de pesos que nos costó mantener a todo el aparato burocrático electoral, con el argumento de que nuestra democracia es la más cara del mundo y así será mientras esta no exista en México. Alguien nos podría explicar si en Suiza o en Suecia, por ejemplo, a sus ciudadanos les cuesta tanto como la nuestra.
Por los fracasos del IFE y de todo el aparato electoral en su conjunto después de las elecciones de 2006 y 2012 se tuvo que llegar a la conclusión de que el IFE se había agotado y esto dio origen a lo que hoy es el Instituto Nacional Electora, conocido por sus siglas como el INE. Este organismo autónomo será el encargado de sacar adelante la elección presidencial en 2018, la cual será, al menos para el PRI, muy complicada. Y por irónico que resulte, es el jefe del ejecutivo federal con frases como “el populismo es un peligro”, “avanzar sin destruir”, “el populismo, falsa salida”, etc. Con ello, lo único que hacen es hacerle propaganda gratuita a López Obrador porque él es el destinatario del discurso de Los Pinos. El INE, en teoría, es un organismo autónomo con patrimonio y recursos propios. Además, se les dieron otras facultades, entre las que hay que destacar la que tiene para nombrar los Organismos Públicos Electorales de los estados, estar pendiente de los procesos locales y si en un momento dado hubiera problemas en alguna elección, está facultado para atraerla tomarla bajo su responsabilidad. En teoría, mientras no se demuestre lo contrario, supuestamente el INE le quitó a los gobiernos y a los congresos estatales el poder que tenían para quitar y poner consejeras y consejeros a su gusto y así cuidar sus intereses electorales.
Insistimos: organismos como los OPLEs deben estar integrados por consejeras y consejeros que representen a los ciudadanos, por ser ellos los que eligen a quienes nos gobiernan, y como dicen los clásicos: “que las elecciones sean limpias y transparentes”. Aunque la convocatoria que lanzó el INE en su momento para integrar a los OPLEs fue muy rigurosa, nos estamos dando cuenta de que eso no fue obstáculo para que el poder o los partidos políticos colocaran a sus consejeras y consejeros, como es el ejemplo de un consejero de Veracruz que en su currículum dijo que anteriormente director jurídico del ayuntamiento de Xalapa. Algunas y algunos de diferentes estados de la república, como es el caso de la consejera Laura Bringas de Durango, que fue impugnada por Pablo Gómez del PRD por su reciente pasado en actividades gubernamentales. Y no se trata de que nos den atole con el dedo. Que, por ejemplo, tengamos en el OPLE de Durango a un consejero presidente, Enrique Kato Rodríguez, a Fernando Román y a Mirsa Ramírez, que de cobrar en el INE ahora lo harán en sus nuevas responsabilidades. Y el resto de quienes lo integran nos dejen la duda de que representen a partidos o a otros intereses o a los ciudadanos. Nos parece que el caso de la consejera Laura Bringas debería ser aclarado.
 ¿Cuál sería el prietito en el arroz en el asunto de los OPLEs? En otras ocasiones lo hemos mencionado y hoy lo haremos de manera más amplia: no entendemos por qué si el INE puede atraer una elección en cualquier estado de la república no puede pagar los sueldos de las consejeras y de los consejeros locales. En una ocasión, durante un seminario sobre la reforma electoral que se realizó en la casa de la cultura jurídica se le preguntó a la consejera del INE y paisana nuestra, Margarita Favela, la razón de por qué el INE no les pagaría los sueldos a los funcionarios de los OPLEs, dejando todo en manos de los gobiernos de los estados. Nos contestó que eso no estaba contemplado en la ley, ni el INE tenía facultades para ello a pesar de los recursos financieros millonarios que maneja el INE de nuestros impuestos. ¿Por qué este vacío de la ley y de las facultades del INE no se ha subsanado? Dejar que los sueldos de los funcionarios de los OPLEs los decidan los congresos estatales, podría estar bien pero no sería correcto, como diría Santiago Creel: “es sospechosísimo”. ¿Por qué si había mujeres duranguenses que concursaron para consejeras y obtuvieron mejores calificaciones que Laura Bringas no alcanzaron tal honor?

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.