Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 13 de febrero de 2015
¿Con Peña Nieto llegó a su fin el autoritarismo descentralizado?
“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”
-Refrán popular
El PRI le prestó al PAN, durante 12 años, el poder presidencial y confundieron ser una buena oposición con gobernar -asuntos totalmente distintos- y las consecuencias son que hoy estamos viviendo el regreso del nuevo PRI, tan joven como el retrato de Dorian Grey, la novela de Oscar Wilde. Pero en política cuando se pierde también se gana, bien lo dijo en su momento Maximiliano Silerio Esparza aquella noche triste del año 2000: “Perdimos la presidencia, pero ganamos el partido”, tal vez pensando en aquello de que por más de 70 años se le conoció como el misterio de la santísima trinidad PRI, gobierno y presidente. Haciendo cuentas, a la distancia, los tricolores perdiendo ganaron, Fox y Calderón no pudieron cambiar las estructuras del viejo régimen, Fox Quesada creyó que era suficiente con sacar al PRI de Los Pinos y Calderón pensó que vistiéndose de “general” terminaría con la narcoviolencia y la narcopolítica.
Afirman los que saben que se puede perder una batalla, pero no significa que se haya perdido la guerra, y parece ser que el PRI le ganó al PAN la guerra. ¿Cuáles fueron algunas de las consecuencias de estos sucesos? En primer lugar, eso les dio un poder que ni siquiera imaginaron a los gobernadores priístas en los estados de la república donde eran gobierno. No pasó mucho tiempo para que en todo el país fueran conocidos como los nuevos “virreyes” y en efecto así fue porque no es lo mismo decirle que no al presidente de la república que al de un partido, en este caso el partido del PRI. Los gobernadores priístas tenían el control político en sus respectivos estados, no se movía un dedo sin su voluntad, palomeaban y daban su bendición para que alguien llegara a un puesto de elección popular u ocupara un puesto de director hacia arriba en la administración estatal. Su única preocupación fue mandar a San Lázaro a los mejores hombres y mujeres para gestionar con los gobiernos panistas los recursos para su estado, para eso fundaron la CONAGO, que tan bien les funcionó y, de alguna manera, les sigue funcionando. Porque aunque parezca una ironía, Peña Nieto la necesita más que nunca por los escándalos que parecen no tener fin. Si Maximiliano Silerio dijo una frase profética respecto de su partido, José Alfredo Jiménez nos dejó otra de alcance universal en una de sus famosas composiciones: “Pero todo, todo se acaba, la dicha grande también se va y nos deja nomás recuerdos, recuerdos de ella que no vendrán. Hay que citar al maestro Porfirio Muñoz Ledo: “con la llegada del PAN a Los Pinos, el PRI comenzó la era del autoritarismo descentralizado”, y no se diga José Saramago: “la Tierra termina donde comienza el mar, y el mar termina donde comienza la Tierra”, y con la llegada de Peña Nieto al poder algo parecido les está sucediendo a los gobernadores del PRI, por ejemplo: al menos hasta donde sabemos, ningún gobernador logró poner a su delfín en los nueve estados donde habrá elecciones este año, tomando una serie de factores en cuenta, sí, pero la decisión final la tomó Peña Nieto. Lo mismo pasó con muchas candidatas y candidatos a una diputación federal, por eso hubo dos métodos para elegir: convención de delegados y por designación, lo que significa que los gobernadores ya no pudieron meter las manos como en ocasiones anteriores, aquí en Durango Óscar García podría ser el ejemplo de que el autoritarismo descentralizado llegó a su fin. Por eso la política del presidente Enrique Peña Nieto es muy clara: de aquí a 2018 puras candidaturas de unidad.
Esto no quiere decir que los gobernadores del PRI estén, como se dice en el lenguaje político, fuera de la jugada: todo lo contrario. Todos intentarán, por las razones que sean, dejar a su sucesor, esa es la escuela del PRI, porque eso significa su acto supremo de poder político y llevar, en su momento, hasta el escritorio del presidente Peña su propuesta. ¿Qué gobernador del PRI logrará dejar en 2016 a su delfín en los estados en que habrá elecciones para gobernador? Sin duda van a influir muchos factores, entre ellos las encuestas, su conducta pública y privada, pero el más importante se llama Enrique Peña Nieto.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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