“Los dictadores son libres ellos, pero esclavizan al pueblo”
-Charles Chaplin
Si usted le pregunta a los expertos en cine qué es lo más importante de una película todos le responderán: sin duda, las imágenes, que son el lenguaje con el cual un director de cine se comunica con nosotros a través de sus actores. Gracias a las redes sociales, hoy nos enteramos en pocos segundos de lo que sucede en el mundo. Gracias a ellas cayó la dictadura de Mubarak en Egipto y nos enteramos de que la hija del líder petrolero Romero Deschamps pasea a su mascota por el mundo en avión privado, cuando nosotros, en ocasiones, no tenemos para comer y menos para alimentar a nuestra mascota, a la cual solo la podemos llevar al parque Guadiana, claro, las nuestras son de la prole.
Si algo le podemos criticar a las redes es, en ocasiones, su uso indiscriminado o que desde ellas se puede esconder el anonimato, pero esa es otra historia. Antes, la vida de los políticos y la de los partidos a los que pertenecen era un misterio, hoy las cosas son diferentes. Tal es el caso del recién celebrado Congreso Nacional del Partido del Trabajo, que se llevó a cabo el 5 de septiembre del año en curso en la Ciudad de México. Gracias a Diego Garay, un joven cercano a Alejandro González Yáñez, y gracias también a Gustavo Pedro Cortés, hoy distanciado no del PT, sino de Gonzalo, fueron quienes subieron a las redes sociales imágenes por las cuales nos enteramos de lo que acontecía en el Congreso del PT. La figura importante de este suceso, paradójicamente no fue Alberto Anaya, el que, por cierto, ya contrató al mariachi Vargas para que en 2015 le toquen las golondrinas a su su partido. Para sorpresa nuestra, la figura protagónica fue Mari Páez, la cual, todos sabemos, es la presidenta de MORENA en Durango, y eso no es nada malo. El problema radica en cuando se hacen cosas “buenas” que resultan malas. Sabemos que entre la maestra Mari Páez y Gonzalo hay amistad, relaciones políticas, pero también intereses, y en ese mundo paradisiaco del poder nada nos debe sorprender, eso se da en todos los partidos. Pero, diría Cantinflas, “ahí está el detalle”. La pregunta es: ¿Ya tan pronto MORENA, en vísperas de su registro, se parece al PRI? Esto lo decimos porque en Durango los priístas pueden ser diputados locales y regidores de otros partidos, sin estar afiliados y llegan a representarlos por los acuerdos de las cúpulas, y todos contentos, como bien lo acaba de declarar el diputado local del PRI, ahora convertido en flamante presidente del comité municipal del Partido Revolucionario Institucional, qué importa que sea diputado del Partido Duranguense, para que vea que gracias al famoso “Maky” nos enteramos de que Durango sigue siendo surrealista. Entonces, en el tema de la maestra Páez, no nos explicamos cómo acudió al congreso nacional del PT siendo presidenta de MORENA en Durango, ¡y como delegada efectiva! Seguramente, los estatutos de MORENA no lo permiten, solo que dichos estatutos contengan artículos transitorios donde diga que sus militantes pueden pertenecer a uno o varios partidos políticos a la vez. Y qué cosas tiene la vida, Mariana, el que sí debió asistir como delegado efectivo a ese congreso es Gustavo Pedro Cortés, que es consejero nacional, ha sido diputado local por ese partido y fue delegado político del PT en el estado, hasta que quiso Gonzalo, por supuesto. Aunque usted no lo crea, con los años de militancia que tiene en este Partido del Trabajo, Gustavo Pedro asistió como delegado fraterno, que no significa nada. Por eso hay que recordar lo que dicen los clásicos: cuídate de tus amigos en la política, porque ellos te llevarán a los brazos de tu enemigo, y a lo mejor hasta te hacen un favor.
La maestra Mari Páez y Gustavo Pedro Cortés tienen problemas políticos muy serios que resolver, y a eso se le conoce como definición. Para nadie es un secreto que la mano que mece la cuna tanto en Morena como en el PT es Gonzalo, y que Gustavo Pedro y la maestra Páez son las víctimas de quien hoy, en los hechos dirige a ambos partidos. Pero una cosa es un partido político, al cual los ciudadanos lo mantenemos, y otra que sus dirigentes los conviertan en feudos. No queremos ni pensar que el presidente nacional de MORENA, Martí Batres Guadarrama y su líder político, Andrés Manuel López Obrador, no estén enterados de lo que sucede con MORENA en Durango: ¡qué grave sería! Si este partido al que hacemos referencia quiere tener credibilidad, solo necesitaría aplicar los estatutos a sus militantes, ¿o qué?, ¿qué MORENA se convertirá en más de lo mismo?
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