domingo, 28 de julio de 2013

¿A quién nombrará Esteban director del IMAC?, ¿Escuchará a la comunidad cultural?

“En la democratización de la cultura, es lo que justifica el gasto de dinero público. La cultura no es producto de un gobierno, su función debe limitarse a favorecer su creación” -Jorge Sánchez Cordero, maestro de la Universidad Pantheón Assas Durante la campaña de Esteban Villegas como candidato a la presidencia municipal de Durango, lo escuchamos hablar de su proyecto “Visión Durango”, lo mismo de empleo que de seguridad pública, que son los ejes de su próxima administración. Sin embargo, la comunidad cultural se quedó esperando a ser convocada por todos los candidatos de todos los partidos a la presidencia municipal a un foro de consulta y mesas de trabajo para que se elaborara un anteproyecto de cultura municipal. Todo esto, independientemente de quién fuera la próxima directora o el próximo director de cultura municipal, pues a los artistas y creadores de Durango lo único que les interesa es empezar, de una vez por todas a atacar los problemas que tiene el IMAC desde su fundación en 1995 en la administración de Marcos Cruz, los que, a la fecha, sigue arrastrando. Han pasado desde entonces como directores del IMAC: Antonio de la Riva, cineasta, Luis Ángel Martínez Diez, escritor, Elia María Morelos, directora de Kicham, Corín Martínez Herrera, cantante, Enrique Escajeda, arpista y el actual, Jesús Alvarado, escritor. Cada director, en su momento, le imprimió su estilo personal de ver la cultura y eso le corresponde sólo a usted juzgarlo, el asunto, sin embargo, es que aunque han tenido éxito como directores del IMAC dos de ellos, El “Churumbel” y Jesús Alvarado, todos los directores que han desfilado por el Instituto nos salen debiendo. Cuando nace el IMAC, la idea era que funcionara como un instituto de cultura y no como dirección de asuntos culturales del municipio, en lo que hoy se ha convertido, al menos esa es la fama que tiene en la comunidad cultural de Durango. ¿Por qué? Es ahí donde estará a prueba la voluntad política y cultural del presidente municipal electo, Esteban Villegas. Aunque terminó como político, a Esteban alguna fibra de artista le debe de quedar para entender la problemática de la mayoría de los artistas locales. Quizá, la mayoría de los directores del IMAC pasaron sin pena ni gloria, porque aunque siempre supieron las fallas de fondo del IMAC, nunca quisieron o nunca pudieron terminar con ellas. Por ejemplo: El IMAC no tiene autonomía, depende directamente del presidente municipal en turno, de ahí que se corra el riesgo de perder la libertad cultural tan necesaria en quien dirija el IMAC. Esta falta de autonomía conlleva a la dependencia financiera del Instituto a la Secretaría de Finanzas Municipales, que a su vez limita las actividades culturales del IMAC. Si el Instituto de Cultura Municipal, aun teniendo aprobado su propio presupuesto, en los hechos, depende de cuándo y cómo le dan los recursos para que funcione, esa es la razón por la cual históricamente cuando contratan a los artistas, no les pagan en tiempo y forma. Otra falla que tiene el IMAC como responsable de la cultura municipal, aunque suene a broma surrealista, es quizá la única razón por la que una única capital importante del país, donde están aceptados los poderes municipales, no es dueño de su propio teatro, que en este caso, sin discusión alguna, debe de ser el hermoso Teatro Victoria. No es posible que cuando el IMAC requiere un teatro se lo ande rentando al ICED y eso si no están ocupados. No contento con ello, el ICED administra todos los teatros y museos del municipio. ¿Con qué se quedará la presidencia municipal si hasta le quitaron la organización de la feria? El próximo cabildo tiene la responsabilidad de tomar cartas en el asunto, para que el Instituto de Cultura Municipal sea autónomo, maneje sus propios recursos, que tenga su propio teatro, que administre los museos que se ubican en el municipio, que tenga la capacidad de llevar la cultura a todas partes, y no sólo a la Plaza de Armas o a la Calle Constitución o a la Plaza IV Centenario, es la obligación del próximo cabildo que el IMAC funcione como un verdadero Instituto de Cultura y no como una dirección más de la presidencia. Por falta de espacio, sólo mencionaremos que al municipio le urge construir el tan necesario Instituto Municipal de las Artes, el cual vendría a resolver muchos problemas, empezando con que el IMAC tenga una sede fija y ya no siga rentando más casas como lo ha hecho desde 1995. El Instituto Municipal de las Artes, entre otras cosas, tendría escuela de cine, danza, ballet, teatro, música, una explanada para eventos masivos, cafeterías, biblioteca, salas de teatro, salas de cine, una sala para presentar conciertos, etcétera. Si algo nos faltara, la respuesta la tiene el arquitecto y crítico de arte Fernando Andrade Cancino, quien, por cierto, ya fue víctima de un plagio con el proyecto que hizo del Centro Estatal de las Artes.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.