Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 30 de septiembre de 2012
Hay reformas que cruzan el pantano y no se manchan, como la laboral
“Cuando recibas esta carta sin razón, ‘Ufemia, ya sabrás que entre nosotros todo terminó”
-Canción Popular
Para cuando usted me haga el favor de leerme, seguramente ya tendremos una reforma laboral. Porque de acuerdo a los dueños del país, ya era necesaria para que México pueda crecer a un ritmo del 6% anual, ya que, desde hace más de treinta años, este país no tiene crecimiento económico, ¿Sería por la falta de una reforma laboral o por el modelo neoliberal que ha fracasado? Da tristeza decirlo. Más que laboral, en el fondo, se va a aplicar una política económica que sólo será en beneficio de las grandes empresas transnacionales y sus primas-hermanas, las nacionales, ¿Por qué? El siguiente dato es revelador: El 90% de las empresas que generan empleos en el país, son la pequeña, la micro y la mediana empresa, cuyo promedio de trabajadores en sus negocios es de 10. Por lo cual, resulta ilógico que puedan atender la demanda de un millón doscientos mil empleos que requiere el país al año. Muchos temen que en poco tiempo nos demos cuenta de que esta reforma laboral será como la electoral, que no corresponde a una profunda reforma del estado que México necesita. Acabamos de vivir una elección presidencial y se comprobó que dicha reforma sólo sirve para dos cosas: Que dos televisoras y los poderes fácticos, entre ellos decidan quién sea el presidente de México.
Uno se pregunta si detrás de la reforma están Franz Kafka o André Breton, lo decimos por el siguiente dato que contempla la reforma laboral: “Será motivo para despedir a un trabajador si este le hace mala cara a un cliente o a un proveedor”, o el de notificarle por correo que está despedido, este detalle tiene su lado positivo: El servicio postal mexicano, que ya no tiene razón de ser porque ha sido rebasado por la tecnología y la modernidad, tomará un segundo aire. En su momento, sus empleados no se darán abasto para repartir las cartas de los patrones, por correo electrónico para la mayoría no será posible, porque si no tienen para comer, menos para pagar el internet. Otro detalle kafkiano en la reforma laboral, es el pago por horas. Dicen los del PRI y los del PAN que esto no debe de ser motivo de preocupación, que serán el trabajador y el patrón los que se pongan de acuerdo para el pago. ¿Usted conoce un patrón que haya aceptado las condiciones salariales del trabajador?, ¿Pues dónde quedó aquello de que el que paga, manda? Nos aseguran que la ley será para que de una vez por todas el país tenga crecimiento económico, desarrollo, mejores salarios, más consumo, empleo y no se asombren si en poco tiempo estemos mejor que en China o los países del norte de Europa. Haberlo sabido antes. Pero, que cosas tiene la vida, Mariana, si bien es cierto que México no ha tenido crecimiento en los últimos treinta años, lo es también que la acumulación de la riqueza del país ha crecido en unas cuantas manos. Entonces, no nos explicamos, si no ha habido desarrollo, por qué tenemos algunos mexicanos entre los más ricos del mundo y entre ellos al más rico de la Tierra: Carlos Slim.
Con la reforma laboral se comprueba una vez más que el PRI y el PAN son un solo partido divido en dos: Tan así es, que hoy pretenden implantar un modelo bipartidista, la alternancia y la transición pueden esperar para el siglo XXII, y como son un producto no perecedero, no les pasará nada. Sin los acuerdos de Calderón y Peña Nieto, la aprobación de la reforma laboral no se puede explicar: “Tú, Felipe, no te metas con los sindicatos corporativos, con su autonomía, su rendición de cuentas y su libertad sindical y, a cambio de eso, te vamos a aprobar todo lo demás” Así de sencillo. Todos sabemos que las leyes y las reformas en la cámara de diputados se aprueban con la mayoría de los votos, y esos los tienen el PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza. En la reforma laboral, no se toca ni con el pétalo de una rosa a los líderes del sindicato de PEMEX, SNTE, FESTE, CFE, entre otros. Es decir, la corrupción sindical ha quedado intacta. Los líderes a los que nos referimos, ganan un sueldo de 24 mil pesos, y eso les da para tener aviones privados, yates de lujo, casas y departamentos en México y el extranjero. Los líderes pueden manejar más de tres mil millones de pesos al año sin ser molestados, líderes que le pueden aportar mil quinientos millones de pesos a un partido y a una campaña presidencial. Eso es, entre otras cosas, lo que la reforma laboral no se atrevió a tocar. Por esa y otras razones, quedó incompleta y, por lo mismo, podría fracasar, como ha sido un fracaso la reforma electoral, porque no se atreven a ir al fondo de los problemas. Nadie, en su sano juicio, está en contra de una reforma de Estado, la laboral, la fiscal, la energética y otras más. El problema es más bien que como se están haciendo dichas reformas, sólo benefician a unos cuantos y perjudican a las mayorías, es decir, siempre ganan los hombres del poder y pierde el pueblo.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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