viernes, 7 de septiembre de 2012

La política mexicana: Los datos duros o la hoguera de las vanidades

“Desde hace 30 años dije que la democracia no podía acabar con el narcotráfico, pero que el narco sí podía acabar con la democracia de los gobiernos de América Latina” -Fernando Savater, escritor y filósofo A nuestros políticos les molesta la realidad, la que vive nuestro país o nuestro estado, pero al final del camino, son los números lo que cuenta, esto nada tiene que ver con los miles o quizá millones de spots en radio y televisión por parte de los gobiernos donde nos quieren hacer creer que vivimos en un país de primer mundo. Pero sólo basta salir de nuestras casas para darnos cuenta de que existen dos Méxicos: El que nos dibujan los políticos en los medios y el de la mayoría de nosotros: Vivimos de milagro, es una de las pruebas científicas de la existencia de Dios. Por ejemplo, recién nos enteramos que el Banco de México anunció que al día de hoy, nuestro país tiene una reserva de 161 mil millones de dólares de reservas internacionales. Como la mayoría no sabemos de finanzas y ni entendemos de economía, sólo nos preguntamos: ¿Y por qué entonces hay 52 millones de pobres en México y 13 millones en la pobreza extrema? Más en corto: ¿Por qué no se ha terminado el elefante blanco más hermoso de Durango, el Hospital de Especialidades? Ya sabemos la respuesta: Con Peña Nieto, todo será diferente. Siguiendo con la realidad nacional y los datos duros, hoy sigue siendo tema la pasada elección presidencial, el fallo del TRIFE que le da a Enrique Peña Nieto su calidad de presidente electo de México. Los jueces del máximo Tribunal Electoral ya dieron su fallo: acabamos de vivir las elecciones más limpias y transparentes de la historia de México, nada que ver con las elecciones presidenciales del 88’ o del 2006, vaya, ni siquiera con la última que organizó Porfirio Díaz el primero de septiembre de 1910, cuando Federico González Garza se atrevió a pedir la anulación de aquella elección presidencial, que curiosamente estaba compuesta de 600 páginas debido a las irregularidades de esa elección. La respuesta de los diputados porfiristas fue: “No ha lugar la anulación de la elección presidencial”, como bien nos lo recuerda uno de los analistas más prestigiados e inteligentes de México: Sergio Aguayo. En este asunto de la pasada elección, aparecen los datos duros que molestan a muchos de la clase política mexicana, vea usted: De acuerdo a la empresa ARCOP, contratada por el PAN, realizó una encuesta entre el 10 y el 15 de agosto, ejercicio que arroja los siguientes números: Respecto a que si hubo fraude, el 47% dijo que sí, y el 43% contestó que no. Cuando se les pregunta quién cree que hizo el fraude, el 43% opinó que el PRI, el 3% el PAN y 2% el PRD. En lo que respecta a la compra del voto, de acuerdo a ARCOP, sólo el 27% dijo que no y el 59% dijo que sí. Un dato importante, comentado en un programa de televisión local por los analistas Milton Eloir y Luis Ángel Martínez Diez, destaca lo siguiente: de un padrón de cerca de 78 millones, 30 millones no votaron. Por el PAN lo hicieron 13 millones, por el PRI y PVEM, 19 millones y por las izquierdas, 16 millones y tomando en cuenta a los otros partidos políticos, al final fueron más de 50 millones de votantes. Esos son los números, ahora veamos qué se desprende de esos datos. Si se suman los de Josefina y los votos de Andrés Manuel, nos dan 32 millones y sólo 19 para Peña Nieto, dicen los voceros de EPN lo siguiente: Si sumamos los 13 millones de Vázquez Mota y los 19 de Peña Nieto, suman 32 millones que votaron en contra de AMLO, y para seguir con esa sabia respuesta, si usted suma los 19 millones de EPN y los 16 de AMLO, en contra de Josefina Vázquez Mota votaron 35 millones de electores, así de elemental, mi querido Watson. De acuerdo a los brillantes magistrados del TRIFE, hubo un ganador: EPN, que obtuvo 19 millones, pero el asunto es que las cuentas se hacen alrededor del ganador, y no al contrario, porque bajo esa lógica, como bien se dijo en ese programa con Milton Eloir y Martínez Diez, EPN gobernará con poco más del 20% de los votos, como lo hizo en los años 80’s Ronald Reagan, cuando fue presidente de los Estados Unidos. Lo que los políticos mexicanos deben de entender es que están obligados a cambiar todos los números negativos que se registren en nuestro país, es decir: Más obras y menos propaganda, más inversión y una justa distribución de la riqueza, más productividad y menos burocracia, o puede seguir la clase política en la hoguera de las vanidades, que para eso, el poder se pinta solo.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.