Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
sábado, 21 de julio de 2012
El talón de Aquiles de la elección presidencial: el Monexgate
“Al violar la ley, los partidos políticos y los candidatos, normalmente hacen todo lo posible para cubrir todo acto de ilegalidad correspondiente”
-John Ackerman, investigador y analista político
Cada vez nos queda más claro que en México no se gana con votos, con el voto libre y secreto, se llega al poder, como bien lo ha dicho Gustavo Madero, presidente nacional del PAN: “a billetazos”. Atrás quedaron los fraudes electorales del siglo XX, como el que le hicieron a José Vasconcelos, a Juan Andreu Almazán, o a Cuauhtémoc Cárdenas. La clase política mexicana entendió que con la llegada del siglo XXI, había que entrarle a la modernidad, y a partir del año 2000, pusieron en práctica lo que hoy parece ha llegado a la perfección, lo que ya se conoce a nivel nacional e internacional como el Monexgate. Antes de que este escándalo financiero apareciera como factor fundamental en la victoria de Enrique Peña Nieto, asunto que, por cierto, entre más se investiga, más pruebas siguen apareciendo, que en su momento el TRIFE las tendrá que tomar en cuenta para dar su fallo a favor o en contra del recurso impuesto por el Movimiento Progresista, que ha pedido se invalide la elección presidencial. Por lo pronto ya se sabe que hay nombres de distinguidos priistas relacionados con el caso, así como los domicilios fiscales relacionados con este escándalo, donde existe la presunción de que se lavó dinero para apoyar la campaña de Peña Nieto.
La sociedad estará pendiente de en qué termina todo esto, porque después de todo, tenemos derecho a ello, debido a que el pasado proceso electoral lo financiamos los mexicanos que pagamos impuestos. Por favor, no siga usted pensando que los políticos cuando son candidatos y andan en campaña sacan el dinero de sus bolsillos para regalar, en ocasiones, en algún crucero de nuestra ciudad algunas naranjas, porque el día de la jornada electoral, para llevar a la gente a votar, en esa fecha, como por arte de magia, se reparten dinero a manos llenas, y ya en el poder, quienes votamos por ellos, nos quedamos como la fábula de Esopo, esa que habla de la rana y el alacrán. En el año 2000, no había mucho que discutir. Lo cual no quiere decir que en ese año fue una elección color de rosa. Fox tuvo dos factores a su favor para sacar al PRI de Los Pinos siendo el candidato del PAN: Se encontró un país cansado de 70 años de gobiernos del PRI, el otro punto fue el voto útil de la izquierda que le ayudó a ser presidente, hoy hay que mencionarlo, este 2012, el PAN tuvo en sus manos impedir el regreso del PRI a Los Pinos, porque en el año 2000, la izquierda nacional, viendo que el PRD iba en el tercer lugar y no tenía posibilida
des, decidió apoyar a la derecha para que diera comienzo a lo que se le conoce como la alternancia. El PAN este 2012 no quiso impedir el regreso del PRI, no importa que Calderón haya dicho, de acuerdo a Julio Scherer, que su padre le enseñó a odiar al PRI. Eso no cuenta, en política lo que vale son los acuerdos con las élites del poder, como lo son el PRI y los poderes fácticos. Que lástima que el PAN le haya cerrado las puertas a una verdadera alternancia en nuestro país, prefirió abrir la puerta trasera para lo que en el futuro puede ser un bipartidismo.
Regresando al histórico año 2000, es importante recordar dos aspectos de aquellos tiempos. Primero, el descomunal financiamiento de los amigos de Fox, claramente detallado por quien fue el responsable de apoyar con recursos económicos la campaña de Vicente Fox, nos referimos al tamaulipeco Lino Korrodi, fue tan bueno este “amigo” de Fox, que hasta dinero del extranjero llevó a la campaña. El segundo apunte, aunque la presidencia de la república la perdió por primera vez el PRI, siendo su candidato Francisco Labastida, ni siquiera los mil quinientos millones de pesos que el Sindicato de Petroleros le aportó a la campaña, fueron suficientes para la victoria. Tiempo después, con las investigaciones se comprobó lo que hoy se conoce como el Pemexgate. Su operador fue el senador electo Carlos Romero Deschamps, prueba indiscutible de que el PRI, es decir, el nuevo PRI, premia a sus mejores hombres. La historia del Pemexgate terminó en las manos del IFE, pero como este instituto sólo tiene facultades para multas administrativas a los partidos que se portan mal, le aplicó una sanción al PRI de mil millones de pesos. ¿Y de dónde cree usted que pagó el PRI esa multa?, ¿Pasaría la charola a sus militantes, a sus líderes seccionales, a sus presidentes estatales, a sus diputados y senadores? Por supuesto que no. Esa multa famosa, por ser ofensiva y escandalosa, la pagamos usted y yo, todos los mexicanos que pagamos impuestos, y como dijo Don Teofilito, como están las cosas, parece que seguiremos pagando las culpas ajenas. El asunto que está cobrando fuerza, como es el Monexgate, puede ser una historia que podría cambiar el rumbo de la elección. Como muchos han afirmado: Para variar, otra vez estamos en las manos del TRIFE.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seguidores
Datos personales

- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario