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José Ramón Enríquez y su estilo personal de gobernar
ÁLVARO SANJUÁN
“La política es mucho más real que la ciencia, porque se compone de situaciones únicas en que el hombre se encuentra de pronto sumergido, quiera o no.”
-José Ortega y Gasset
En un célebre ensayo, Daniel Cosío Villegas afirmaba que cuando alguien tenía el poder, a la hora de ejercerlo le imprimía su sello personal. Luis Echeverría Álvarez fue un populista con tintes folklóricos. José López Portillo, actor, nepotista y frívolo. Adolfo López Mateos una especie de playboy. Vicente Fox Quesada manejó al país como si se tratara de una empresa refresquera. Felipe Calderón, presidente durante el día y bohemio por las tardes. Esas fueron, entre otras cosas, las características que los distinguieron. Esas son las historias de los hombres que han ejercido el poder, no pueden sustraerse a la condición humana. La historia universal registra los estilos de reyes y emperadores: Fernando, que impuso en varias partes del mundo la religión católica con la espada y la cruz. Luis XIV decía “el Estado soy yo”. Benito Mussolini afirmaba “todo por el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”. Y el más famoso de los emperadores romanos, Calígula, que será recordado por haber nombrado senador a su caballo favorito.
En contraparte, la historia registra también garbanzos de a libra: José Mujica, el expresidente de Uruguay, que dio una muestra de cómo se ejerce el poder, llegó pobre a la presidencia y pobre se fue, no se robó un solo peso de los impuestos de los uruguayos. En cambio, los actores de la política mexicana se pelean por el récord Guinness de la corrupción. En Durango, nadie recuerda un presidente municipal con el estilo personal de gobernar como lo
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tiene el oftalmólogo. Desde que tomó protesta como presidente del municipio empezó su campaña rumbo al Bicentenario. No tuvo que pasar por el famoso “librito”, ser regidor del Ayuntamiento, diputado local o diputado federal, su buena fortuna lo ha puesto en la antesala de un escaño en el Senado y desde ahí cumplir su sueño: convertirse en gobernador de Durango y, aunque usted no lo crea, se ha fijado otras metas más allá de ser gobernador. Sin embargo, él podría ser, en el futuro, su propio caballo de Troya. Sus enfrentamientos con los panistas locales por tratar de imponer a sus piezas de ajedrez en la próxima Legislatura, en lugar de dividir a las palomitas blancas vestidas de azul le podrían hacer una especie de TUCOM, pero no todo termina ahí. La mayoría de los analistas locales coincide en que la gota que derramó el vaso fue que Jaime Mijares, sin consultarlo, se registrara como precandidato al quinto distrito local.
Se comenta también que un acto administrativo se convirtió en un asunto político, para clausurar una obra en construcción existen procedimientos contemplados en los reglamentos municipales, y estos, por supuesto, deben aplicarse. Hemos sido testigos en diferentes rumbos de la ciudad de cuando se inicia, por ejemplo, la construcción de una casa y de pronto vemos los sellos de clausura a unos días de iniciada la obra. Pero nunca hemos sido testigos de que la obra de una vivienda sea clausurada cuando solo les faltan las protecciones a las ventanas. Esta analogía, con sus matices, le sucedió a la obra del empresario Jaime Mijares, ya casi para concluir este centro comercial, después de mas un año de haberse iniciado su construcción, de pronto se dan cuenta de que hay irregularidades, la pregunta es: ¿por qué hasta ahora?, ¿si Jaime Mijares no se hubiera registrado como precandidato se hubiera clausurado la obra? “Haiga sido como haiga sido”, el presidente abrió otro frente con uno de los poderes fácticos del
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estado: los empresarios. El problema no es Jaime Mijares en lo particular, sino, en general, todos los organismos empresariales que representa. Ya se supo que Enríquez Herrera también le buscó al empresario con el pago del agua de sus hoteles, no encontró nada en su historial, como así lo confirmó el ingeniero Corrujedo, director de Aguas del Municipio. Por esa razón también se filtró que varias lonas se quedaron en alguna bodega con letreros donde se le pedía a Jaime Mijares que pagara el agua.
La otra cara de la moneda: reporteros de la fuente del gobierno del Estado le preguntaron al gobernador José Rosas Aispuro cómo era su relación con los empresarios de Durango, a lo que contestó: mi relación con los empresarios de Durango es mejor que nunca, estamos trabajando con proyectos de inversión que se reflejarán en el desarrollo y crecimiento del estado, así es como se debe trabajar, en armonía con todos los sectores de la sociedad. No sabemos cómo vaya a terminar el enfrentamiento de José Ramón Enríquez con los empresarios. Se puede sancionar la violación a un reglamento municipal, pero este acto administrativo de la autoridad no debe caer en las reglas del juego de un proyecto político personal.
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