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En la final: Adán Soria Ramírez, Enrique Benítez y Clemente Mojica
ÁLVARO SANJUÁN
Para hoy 18 de agosto, el PRI ya habrá publicado su convocatoria para renovar su dirigencia estatal, así que casi es un hecho que para mañana sábado 19 los priístas estatales comiencen a recuperar el tiempo perdido, la brújula les volverá a funcionar, le darán vuelta a la hoja: aquí no ha pasado nada, y harán lo que siempre les ha funcionado: habrá planilla de unidad. En este momento inédito e histórico que están viviendo, no pueden darse el lujo de consejeros o convención de Delegados, porque los acuerdos a los que ya llegaron podrían ponerlos en riesgo, y con los tiempos electorales encima, no están en condiciones de poner en práctica lo que ellos llaman el nuevo PRI, mejor se fueron con las viejas reglas del viejo PRI, porque esas no fallan, y las aplicarán, parafraseando el refrán, más vale viejo PRI que nuevo por conocer.
Será interesante saber quién se queda con la dirigencia del PRI, si el grupo de La Laguna o la del Mezquital. Nos comentan que la moneda está en el aire, en cambio, otros aseguran que ese arroz ya se coció, y que solo es cuestión de horas para enterarnos donde quedó la bolita: si en la región lagunera o en la cuadra del Mezquital. Para nadie es un secreto que la propuesta para dirigir el Partido por parte de Lety Herrera es Clemente Mojica, no importa que sea un “duranguito”, como se nos conoce por aquellos rumbos. En política no importan los medios, lo que interesa son los fines, y Clemente Mojica representa los intereses del grupo más poderoso de La Laguna. Como usted lo sabe, Clemente juega mal, pero se acomoda. Vivió sus mejores años como presidente municipal, pero hasta ahí llegó. Después, el
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destino lo ha llevado a ser el director de un periódico y políticamente logró colocar a su hijo como primer regidor con José Ramón Enríquez. En un descuido, Alejandro Mojica se puede convertir en presidente municipal, claro, si Claudia Hernández no se le atraviesa.
El grupo encabezado por el Senador Ismael Hernández Deras, que ha regresado rejuvenecido y con su segundo aire como profesional de la política, les lleva ventaja, tiene un plan A y un plan B en dos priístas con millas recorridas en la política: Adán Soria Ramírez y Enrique Benítez Ojeda. El orden de los factores no alterará el resultado. El contador Soria Ramírez desde hace muchos años ha estado en las jugadas de la política, pero no ha sido sencillo, ha vivido en carne propia las traiciones y las deslealtades del fuego amigo, que ni Obama las vivió. Irse un tiempo a la banca, con la amargura que le causaron aquellos en los que confió: hoy, el político de Rodeo regresó como MacArthur, no perdió el tiempo. Se lo llevaron a Puebla, aprendió que la política y el poder no son un lecho de rosas, lo tumbaron, pero se levantó. El diputado local de mayoría en la actual legislatura siente que tiene la capacidad de dirigir al PRI, para que vuelva a ser lo que una vez fue su partido.
El otro de ese grupo es Enrique Benítez Ojeda. Este es un priísta que no necesita presentación, tiene una cualidad como pocos: es odiado y amado dentro de su partido y fuera de él. Al polémico priísta lo pueden acusar de muchas cosas, pero no de tonto. No hay muchos como él en el PRI, es autocrítico con su partido y si en algo se distingue el PRI, es por su total ausencia de autocrítica. No recordamos a un diputado del tricolor en el Congreso del Estado que sea respetado y en ocasiones temido por sus compañeros
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diputados y sus adversarios políticos. Nadie es monedita de oro, ni siquiera Enrique Benítez, sin embargo, creemos que sí está considerado seriamente para que mañana sábado pueda ser el candidato de unidad. Y así convertirse y hacer realidad un viejo sueño: convertirse en el nuevo presidente estatal del PRI. Usted todavía tiene tiempo de apostar: ¿quién será el nuevo presidente?, ¿Adán Soria, Enrique Benítez o Clemente Mojica?, ¿O nos saldrán con que al final hubo un caballo negro?
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