Los gabinetes: que no tengan cola que
les pisen
ÁLVARO SANJUÁN
“La política es el arte de buscar problemas,
encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después remedios
equivocados”
-Groucho Marx
Derivado de las promesas y compromisos de campaña de José
Ramón Enríquez y José Rosas Aispuro, hoy tal vez se encuentren entre la moral
pública que reclama la sociedad y el pragmatismo histórico de la clase política
local. La alternancia fue, sin duda, el discurso principal de los dos políticos
que llegaron al poder y se llegó la hora de pasar de las palabras a los hechos.
La primera prueba de fuego será con cuales mujeres y hombres integrarán sus
respectivos gabinetes. Los dos han dicho que quienes encabezan
los equipos de entrega-recepción para recibir las distintas áreas de la administración
municipal y estatal, no significa que las o los que reciban queden como titulares, sino todo lo contrario.
Como diría Rubén Aguilar cunado fue el vocero de Vicente Fox: lo que José Ramón
y Aispuro quisieron decir fue… ni están todos los que son, ni son todos los que
están.
El primero que tendrá que mandar su mensaje político y moral
a la sociedad será José Ramón Enríquez, eso sucederá en unas cuantas horas y,
ya sabiendo los nombres de las mujeres y hombres que pertenecerán a su primer
círculo, veremos quiénes no tienen cola que les pisen y quiénes sí. Porque la
sociedad no quiere más de lo mismo, o mejor dicho quiere que no sean los mismos
de siempre. En ocasiones, por circunstancias de la política los que han estado
en la banca hoy regresan, como los Douglas McArthur de nuestra política local.
En este contexto, podemos hablar de Marcos Cruz Martínez, personaje que eligió
la noble profesión de la política, y del que se cuenta tiene influencia con
Aispuro y José Ramón ¿será cierto? ¡Ya que falta para saberlo! Ser o parecer
político de izquierda militando en los partidos como el PT y el PRD no es mal
negocio. Cruz Martínez y Gonzalo Yáñez después de andar por muchos años con su
ideología de izquierda, se hicieron millonarios, tuvieron privilegios y poder,
fueron beneficiados por Carlos Salinas de Gortari, así como por su hermano Raúl
Salinas.
Cuando el matrimonio y los negocios en una sociedad no
funcionan, lo mejor es separarse. Eso les sucedió a Gonzalo y a Marcos, solo
que, como hubo separación de bienes, el famoso “tirantes” se quedó con la mayor
parte. Cruz Martínez no canta mal las rancheras, cuando se fue del PT otros
brazos lo estaban esperando: los de Chucho Ortega. Todos recordamos la
historia, Marcos pasó por encima de la cúpula estatal del Partido de la
Revolución Democrática, su compadre Ortega, lo hizo diputado federal por la vía
pluri. Aparte de cobrar estuvo en San Lázaro sin pena ni gloria, astuto como
es, esperó y se refugió con las tribus del PRD local y como dice el refrán:
mientras hay vida hay esperanza. Al famoso expetista la alternancia le cayó del
cielo, y ahora está listo para cobrar facturas con sus respectivos intereses.
Los que tienen información de primer nivel, aseguran que este personaje ya
tiene escriturada la Secretaría de Desarrollo Social del Estado. Desde ahí se
moverá como pez en el agua: es una secretaría electorera, un trampolín político
para ser diputado local, federal, presidente municipal y, si se descuidan,
hasta sirve para ser senador de la república ¿A quién le dan pan que llore?
Después le tocará el turno para enviar su mensaje al
gobernador electo José Rosas Aispuro Torres. El de Tamazula, hay que decirlo,
tiene una ventaja: no tiene cola que le pisen y eso le da calidad moral para
integrar su gabinete, cosa que no se puede decir de muchos otros. Ya lo sabemos:
el buen juez por su casa empieza. Hoy se viven otros tiempos “haiga como haiga
sido” la sociedad está más presente que nunca, vigilando a quienes eligieron
para gobernar, no quiere sorpresas de que en el gabinete del próximo gobernador
constitucional veamos a personajes del pasado que no tienen calidad moral para
ser funcionarios públicos, por ejemplo:
quien haya causado hace algunos años el quebranto económico de pequeños
constructores que le construyeron vivienda, a los cuales por el error de
diciembre cuando Zedillo, no les pagaron, pero el que los subcontrató si pudo
cobrar gracias al FOBAPROA (que, por cierto, hoy los mexicanos seguimos pagando
esa deuda).
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